Capsulas de Carreño

Cochise y sus 68 dientes. Por Pablo Arbeláez Restrepo

 

Martín Emilio Cochise Rodríguez superó el récord mundial de la hora aficionada hace 45 años. Este domingo, el intento será del británico Bradley Wiggins. La marca de Cochise tuvo nueve años de vigencia. Foto El Colombiano

Martín Emilio Cochise Rodríguez superó el récord mundial de la hora aficionada hace 45 años. Este domingo, el intento será del británico Bradley Wiggins. La marca de Cochise tuvo nueve años de vigencia. Foto El Colombiano

Por Pablo Arbelaez Restrepo

Pablo Arbelaez

El pito del padre Pacho y el pistoletazo del Comisario UCI, sonaron aquella vez casi que al unísono.
La señal del rector del colegio era para quienes iniciaban carrera hacia el comedor, en búsqueda del frugal almuerzo que premiaba el actuar estudiantil.
A 3.697 kilómetros de allí, a esa misma hora, 12:00 m. de Colombia, Martín Cochise Rodríguez ingresaba en la historia, al imponer el récord mundial aficionado de la hora, al recorrer 47,566 metros y 24 centímetros en la pista del velódromo Agustín Melgar, de Ciudad de México.

Pero el silbatazo del padre Pacho, que iba más allá del rígido comportamiento de un árbitro futbolero, se vio interrumpido, y el pique de los estudiantes también, con el anuncio de la proeza que acaba de realizar Cochise en tierras mexicanas.

Ese fue el mediodía en que Colombia supo lo que era triunfar, tras aquella remota y añeja historia del 4-4 con Unión Soviética en el Mundial de Chile-62.

Y el jolgorio no fue sólo en el colegio, se trasladó a todo el país, y también ahí cerca en La Estrella donde se escuchó el tronar de voladores, ancestral forma de celebrar los éxitos. Esa fue la primera vez para el deporte.

Y tuvo más sabor la conquista porque a Cochise, quien venía de ser quinto en el Mundial de pista de Leicester, Inglaterra, se le había perdido en el viaje a México, la bicicleta hecha a la medida por Alberto Mass, de marco 56. Pero lo que no cambió en nada fue la extraña relación de 68 dientes delanteros por 19 traseros, escogida por el técnico italiano Claudio Costa. «Le tuvimos que dar martillazos al marco para poderle instalar el enorme plato», recuerda Cochise.

Esta, por fortuna no fue una alegría pasajera, ya que duró nueve años -hasta que la batió el danés Hans Henrick Oestered- en la mente de un colectivo que no olvidó, en ese tiempo, el imborrable 7 de octubre de 1970. La fecha en que Colombia aprendió a ganar.

Por eso eso hoy, más que nunca, cuando este domingo a las 12:00 m. se lanza a la pista 45 años después el británico Bradley Wiggins, para buscar los 55 kilómetros, 250 metros, en la pista inglesa de Lee Valley Velo Park, es menester recordar lo grande que hizo Martín Emilio, con su dulce martirio de la hora. Por fortuna, Cochise, no tuvo ni antes ni después del exitoso intento el silbatazo del padre Pacho, mas sí la osadía de mover 68 dientes. ¡Inmenso!

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