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Cuando todo sale al revés. Por Maria Victoria Zapata B.
- Actualizado: 25 febrero, 2018
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Por María Victoria Zapata B.
*Le espera al DIM un rival durísimo en la sexta fecha: el Junior de Barranquilla.
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Un Deportivo Independiente Medellín nublado en todas sus líneas y totalmente desconocido, sucumbió ayer, 0-2, ante Águilas de Rionegro, le dijo adiós a su invicto en el primer campeonato del 2018 y sufrió, igualmente, la expulsión de dos de sus titulares quienes no podrán estar en el difícil juego del próximo domingo, con Atlético Junior.
En el estadio Alberto Grisales, el DIM no solo fue incapaz de remontar un marcador adverso, tal como lo hiciera recientemente ante Boyacá-Chicó y Deportivo Cali, sino que la nómina elegida para el juego, el fútbol y el esquema táctico fueron contraproducentes. Dada la inferioridad numérica, las sustituciones ordenadas por el técnico Ismael Rescalvo para el segundo tiempo también resultaron infructuosas.
Errores múltiples
Así como en otras oportunidades se han destacado los hechos sobresalientes, en el juego ante Rionegro-Águilas es preciso señalar que la presentación del DIM fue sombría y con desaciertos al por mayor.
Este de la quinta fecha, fue un partido plagado de equivocaciones que, infortunadamente, partieron desde la conformación del onceno inicial y se materializaron de todas las formas posibles en el estadio Alberto Grisales. Se falló en la zaga, en el medio campo y en ataque, en tenencia y entrega del balón, en el trabajo de los zagueros centrales y por los costados, en marca, en creación, en definición, en variantes tácticas, en gestación de ideas en mitad de campo, en capacidad ofensiva y hasta en el aspecto disciplinario, por las tarjetas rojas a Didier Moreno y Leonardo Castro.
También el juez central Alexander Ospina se equivocó con la omisión de la sanción de una alevosa falta a Elacio Córdoba (un puñetazo en la espalda), del atacante Omar Vásquez, al minuto 33 y en la apresurada expulsión, con roja directa, del Chacho Leonardo Castro.
Con dos jugadores menos y un fútbol extraviado, al Equipo del Pueblo le fue imposible romper el módulo táctico de Rionegro- Águilas que, de la mano de Camilo Ayala y Omar Vásquez, lo maniató, le taponó el juego por las bandas, le mutiló su capacidad pensante , lo presionó arriba y le quitó el balón durante la casi totalidad del compromiso.
La exclusión de Mauricio Gómez y Germán Cano del onceno titular, se constituyó en el primero de los yerros, y para cuando se quiso corregir con el ingreso de volante y delantero, ya la endeble estructura táctica se había resquebrajado de manera considerable en virtud de la expulsión de Didier Moreno, por doble amarilla, al minuto 45+ 3, y se desmoronó por completo al 64, con la roja directa a Leonardo Castro.
En un compromiso accidentado, cortado, lleno de fricciones, juego brusco y hasta de la inusual pérdida deliberada de tiempo por parte de los recogebolas locales, el DIM nunca pudo encontrar su brújula, su cerebro, su fútbol, ni su capacidad para vulnerar el pórtico contrario. Ganas y actitud le sobraron hasta el instante final pero ellas no bastaron para hacerle frente a su inferioridad numérica y al cerrado módulo táctico local.
Ayer, en el estadio Alberto Grisales del municipio de Rionegro, todo le salió al revés al DIM. Jugó su peor partido en la era Rescalvo, careció de argumentos tácticos, estratégicos y futbolísticos, fue derrotado con justicia por el onceno que dirige el técnico tolimense Hernán Torres y perdió tres puntos, dos jugadores y su invicto en el campeonato.
Derrota para el análisis
Aunque se jugó muy mal y el 0-2 no tiene atenuantes, la derrota no borra de un tajo las virtudes mostradas por el Deportivo independiente Medellín en los partidos que le antecedieron. Sus cuatro triunfos consecutivos y sus 12 puntos no son producto del azar. Son la sumatoria de voluntades, esfuerzos, motivaciones y, fundamentalmente, de fortalezas individuales y colectivas que de manera inexplicable, no hicieron su aparición en el juego de la quinta fecha.
Por ello, este revés ante Águilas debe servir para evaluar uno por uno los aspectos en los que se falló ayer y se viene fallando desde el inicio del torneo. También en los correctivos que se deben aplicar. Será necesario examinar por que se obsequian con tanta liberalidad 45 minutos de juego y el balón; por que tal cantidad de pases erráticos; por que al DIM le cuesta tanto trabajo neutralizar un esquema defensivo-contragolpeador en el rival ; por que la rotación en la nómina, que fue perniciosa en el partido de ayer; por que Daniel Restrepo no es titular; por que se insiste con el juego retrasado de Andrés Ricaurte cuando el Nº 18 del DIM tiene mejor aporte en segunda línea de volantes y por que es tan inconstante la alimentación al ataque a través de las bandas, entre otros.
Ante Rionegro-Águilas, el DIM perdió la memoria, se le extravió el fútbol y se le fueron las luces. De ahí su traspiés. Ahora a recomponer el camino, a acometer la búsqueda de soluciones a las ausencias obligadas de Didier y Castro y, ante todo, a racionalizar la derrota como lo que es: un tropezón. Tenemos equipo, tenemos jugadores motivados y talentosos y tenemos muchas razones para seguir creyendo en el DIM.
En el estadio Alberto Grisales del municipio de Rionegro se perdieron el invicto, el partido y dos jugadores por expulsión. Hay muchos aspectos por corregir durante la semana. Trabajo, y bastante, le espera al cuerpo técnico del DIM, lo mismo que un rival durísimo en la sexta fecha: el Junior de Barranquilla. Un reto grande para un DIM que tiene virtudes y jugadores para asumirlo con entereza.
En conclusión, ayer todo, absolutamente todo, nos salió al revés.
(María Victoria Zapata B.)
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