Capsulas de Carreño

Derrota a Alianza entre protestas y goles.


Por María Victoria Zapata B.

Con la  esperanza casi perdida y con  la indignación aun  latente por la pésima presentación  del DIM el miércoles anterior ante a América de Cali, 13.127 hinchas  rojos nos  apostamos en las graderías del estadio Atanasio Girardot para el último juego local de la fase clasificatoria de la Liga Águila II/2017,  con Alianza Petrolera. Muy buena asistencia para tanto desengaño…!!!

Como  nunca  antes se había registrado en un  compromiso en condición de local, la hostilidad proveniente de todas las tribunas se hizo sentir con furor desde el momento mismo de la aparición de los jugadores para la sesión de calentamiento previa a la iniciación del partido y durante buena parte del mismo. Silbidos, cánticos, insultos y hasta una bandera  enorme  con forma de camiseta  representativa del histórico 27 de junio y que llevaba impreso el texto “la sudan o se van”,  desahogaron los sentimientos de rabia e impotencia de muchos de los asistentes   al máximo coliseo deportivo de la ciudad de Medellín.

45 minutos para el olvido.
Fue vergonzoso el primer tiempo ante Alianza Petrolera. Y también traumatizante. Con un  DIM caótico e incapaz que, pese a sus tres  delanteros  en el terreno (Toloza, Castro y Caicedo),  no  mostró juego alguno  en creación ni en ataque. Carente de ideas  y opciones,   Independiente Medellín padeció  con cada  llegada  aliancista, unas veces  del escurridizo  Yuber Asprilla,  otras, de los jugadores  César Arias, Roger Torres y Estéfano Arango. Fueron reiteradas las opciones del cuadro visitante ante un Medellín acéfalo.  Inmenso David González en el pórtico rojo y decisivo, con sus atajadas,  en  el 0-0 con el que  concluyó el período incial.

Y 45 minutos para tres goles.
En el campeonato,  el DIM no anotaba tres goles desde  el 16 de agosto, en la victoria a domicilio al Deportivo Cali, en la octava fecha. Y en condición de local, desde la jornada que le antecedió (la séptima), tres días atrás, en el dramático juego  ante Patriotas  en el que debutara el zaguero argentino Rodrigo Erramuspe con  gol y autogol y Juan Fernando Caicedo  marcara el tanto de la victoria en el minuto 90+2.

Anoche no solo se revivió la contundencia  de las fechas séptima y octava al aprovechar, además,  las múltiples  fisuras defensivas  de Alianza   sino que  el fútbol rojo se reivindicó  frente a su opaco período inicial. Castro abrió el marcador, con un taco, al minuto 61, después de un  centro preciso de Toloza. Cinco minutos después,   en un contragolpe,  Caicedo habilitó a Toloza, quien  aumentó la cuenta. Y al 72, tras un saque largo del cancerbero González, Jonathan Lopera  remató  fuerte desde fuera del área. Un golazo para el 3-0.

Un rebote en cobro de tiro libre permitió el descuento visitante al minuto 75, para el 3-1 definitivo.

No borran las frustraciones.
No se puede negar que la última media hora de juego ante Alianza Petrolera nos mostró  al equipo aguerrido que  los hinchas  rojos  echamos tanto de menos en el presente torneo. Con  un onceno colectivo, la mirada puesta siempre en el arco contrario- en esta ocasión   el que custodia el cancerbero mexicano Liborio Sánchez- y una  voluntad indomable. La victoria  permitió un respiro en reclasificación y aseguró, igualmente, un cupo a Sudamericana.

Pero también  el período inicial  se encargó de recordarnos  a ese DIM  amorfo, apático  y desordenado que  sucumbiera ante Tigres, Rionegro, Pasto, Tolima, Santa Fe, Junior y América.

Frente a las circunstancias actuales, ni el segundo tiempo, ni los tres goles, ni mucho menos el triunfo,  borran de un tajo todo un semestre de  sinsabores   así como tampoco las escasas posibilidades de acceso a la serie de los playoffs, en las que no bastará con un triunfo en el clásico con Atlético Nacional. Es un hecho que el DIM continúa en deuda con su fútbol y, fundamentalmente, con su afición.  Se  derrotó a un rival que atacó y  complicó bastante en el primer  tiempo, se explotó el juego por las bandas,  se anotaron tres bonitos goles y  se mostraron pinceladas de buen fútbol entre los minutos 60 y 90. Los hinchas, sin embargo, sabemos que no es suficiente.

Las expectativas  se dirigen ahora hacia el  durísimo juego de vuelta de la final de Copa Águila, el próximo miércoles en El  Metropolitano de Barranquilla, catalogado por algunos como el “partido del semestre”,  el  compromiso  de cierre de fase clasificatoria del torneo ante el rival de plaza y, sobre todo, a la reconstrucción total del equipo, en todos sus frentes: administrativo,  en dirección técnica y en conformación de nómina.  De ellos dependerá la supervivencia del Todos en Uno o su hundimiento total. Si  los jugadores deben asumir con entereza  dos partidos decisivos en los próximos días, a la dirigencia roja que encabezan don Raul Giraldo y el presidente Eduardo Silva Meluk les espera una tarea  mucho más compleja. Enderezar el camino, rehabilitar  su  hoy  casi  pulverizado  proceso  y propiciar de nuevo el acercamiento entre directivos  e hinchada, igualmente destrozado.

La credibilidad se perdió por completo  y ellos lo saben.  Anoche, con la asistencia más baja de todo el campeonato (superada tan solo por el reporte del partido de ida  de Copa Águila ante el Deportivo  Cali, de  12.019, en el 1-1 del 14 de septiembre),  tanto los 13.127 aficionados que asistimos  como los miles que en protesta  decidieron no hacerlo,  dimos a entender  que necesitamos nuevas razones para creer otra vez en la sociedad Equipo del Pueblo S.A.

En conclusión, el triunfo  de ayer sábado  ante Alianza nos entregó  tres  muy valiosos puntos tanto en Liga como en reclasificación,   pero no nos devolvió la fe. La deuda roja con su afición sigue sin saldar… Ni con tres goles ni con tres puntos… La decepción sigue ahí, en cada mente, en cada corazón, en cada hincha del DIM.
(María Victoria Zapata B.)

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