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Derrota a Alianza entre protestas y goles.
- Actualizado: 5 noviembre, 2017
Por María Victoria Zapata B.
Con la esperanza casi perdida y con la indignación aun latente por la pésima presentación del DIM el miércoles anterior ante a América de Cali, 13.127 hinchas rojos nos apostamos en las graderías del estadio Atanasio Girardot para el último juego local de la fase clasificatoria de la Liga Águila II/2017, con Alianza Petrolera. Muy buena asistencia para tanto desengaño…!!!
Como nunca antes se había registrado en un compromiso en condición de local, la hostilidad proveniente de todas las tribunas se hizo sentir con furor desde el momento mismo de la aparición de los jugadores para la sesión de calentamiento previa a la iniciación del partido y durante buena parte del mismo. Silbidos, cánticos, insultos y hasta una bandera enorme con forma de camiseta representativa del histórico 27 de junio y que llevaba impreso el texto “la sudan o se van”, desahogaron los sentimientos de rabia e impotencia de muchos de los asistentes al máximo coliseo deportivo de la ciudad de Medellín.
45 minutos para el olvido.
Fue vergonzoso el primer tiempo ante Alianza Petrolera. Y también traumatizante. Con un DIM caótico e incapaz que, pese a sus tres delanteros en el terreno (Toloza, Castro y Caicedo), no mostró juego alguno en creación ni en ataque. Carente de ideas y opciones, Independiente Medellín padeció con cada llegada aliancista, unas veces del escurridizo Yuber Asprilla, otras, de los jugadores César Arias, Roger Torres y Estéfano Arango. Fueron reiteradas las opciones del cuadro visitante ante un Medellín acéfalo. Inmenso David González en el pórtico rojo y decisivo, con sus atajadas, en el 0-0 con el que concluyó el período incial.
Y 45 minutos para tres goles.
En el campeonato, el DIM no anotaba tres goles desde el 16 de agosto, en la victoria a domicilio al Deportivo Cali, en la octava fecha. Y en condición de local, desde la jornada que le antecedió (la séptima), tres días atrás, en el dramático juego ante Patriotas en el que debutara el zaguero argentino Rodrigo Erramuspe con gol y autogol y Juan Fernando Caicedo marcara el tanto de la victoria en el minuto 90+2.
Anoche no solo se revivió la contundencia de las fechas séptima y octava al aprovechar, además, las múltiples fisuras defensivas de Alianza sino que el fútbol rojo se reivindicó frente a su opaco período inicial. Castro abrió el marcador, con un taco, al minuto 61, después de un centro preciso de Toloza. Cinco minutos después, en un contragolpe, Caicedo habilitó a Toloza, quien aumentó la cuenta. Y al 72, tras un saque largo del cancerbero González, Jonathan Lopera remató fuerte desde fuera del área. Un golazo para el 3-0.
Un rebote en cobro de tiro libre permitió el descuento visitante al minuto 75, para el 3-1 definitivo.
No borran las frustraciones.
No se puede negar que la última media hora de juego ante Alianza Petrolera nos mostró al equipo aguerrido que los hinchas rojos echamos tanto de menos en el presente torneo. Con un onceno colectivo, la mirada puesta siempre en el arco contrario- en esta ocasión el que custodia el cancerbero mexicano Liborio Sánchez- y una voluntad indomable. La victoria permitió un respiro en reclasificación y aseguró, igualmente, un cupo a Sudamericana.
Pero también el período inicial se encargó de recordarnos a ese DIM amorfo, apático y desordenado que sucumbiera ante Tigres, Rionegro, Pasto, Tolima, Santa Fe, Junior y América.
Frente a las circunstancias actuales, ni el segundo tiempo, ni los tres goles, ni mucho menos el triunfo, borran de un tajo todo un semestre de sinsabores así como tampoco las escasas posibilidades de acceso a la serie de los playoffs, en las que no bastará con un triunfo en el clásico con Atlético Nacional. Es un hecho que el DIM continúa en deuda con su fútbol y, fundamentalmente, con su afición. Se derrotó a un rival que atacó y complicó bastante en el primer tiempo, se explotó el juego por las bandas, se anotaron tres bonitos goles y se mostraron pinceladas de buen fútbol entre los minutos 60 y 90. Los hinchas, sin embargo, sabemos que no es suficiente.
Las expectativas se dirigen ahora hacia el durísimo juego de vuelta de la final de Copa Águila, el próximo miércoles en El Metropolitano de Barranquilla, catalogado por algunos como el “partido del semestre”, el compromiso de cierre de fase clasificatoria del torneo ante el rival de plaza y, sobre todo, a la reconstrucción total del equipo, en todos sus frentes: administrativo, en dirección técnica y en conformación de nómina. De ellos dependerá la supervivencia del Todos en Uno o su hundimiento total. Si los jugadores deben asumir con entereza dos partidos decisivos en los próximos días, a la dirigencia roja que encabezan don Raul Giraldo y el presidente Eduardo Silva Meluk les espera una tarea mucho más compleja. Enderezar el camino, rehabilitar su hoy casi pulverizado proceso y propiciar de nuevo el acercamiento entre directivos e hinchada, igualmente destrozado.
La credibilidad se perdió por completo y ellos lo saben. Anoche, con la asistencia más baja de todo el campeonato (superada tan solo por el reporte del partido de ida de Copa Águila ante el Deportivo Cali, de 12.019, en el 1-1 del 14 de septiembre), tanto los 13.127 aficionados que asistimos como los miles que en protesta decidieron no hacerlo, dimos a entender que necesitamos nuevas razones para creer otra vez en la sociedad Equipo del Pueblo S.A.
En conclusión, el triunfo de ayer sábado ante Alianza nos entregó tres muy valiosos puntos tanto en Liga como en reclasificación, pero no nos devolvió la fe. La deuda roja con su afición sigue sin saldar… Ni con tres goles ni con tres puntos… La decepción sigue ahí, en cada mente, en cada corazón, en cada hincha del DIM.
(María Victoria Zapata B.)
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