Capsulas de Carreño

El examen final. Por Luis David Obando.


Por Luis David Obando

 

* El trecho del dicho al hecho se verá claro en estas instancias finales de la Liga.

Atlético Nacional ya no puede ni consigo mismo. En las últimas tres jornadas le pasaron por encima el descendido Tigres y el decepcionante Deportivo Cali, y si no pasó nada en el clásico fue porque DIM ni se atrevió, necesitando ganar para clasificar. Los verdes llegaron al mata-mata convertidos en la mínima expresión de la relación entre su historia y su actualidad.

Verdad de a puño: el Nacional de hoy es muy pero muy inferior al del primer semestre, en cuya Liga salió campeón indiscutido. Sin hablar todavía de juego, pueden hacerlo los puntos: 49 unidades obtuvo el cuadro de Rueda al final de la fase Todos contra Todos, 38 sumó el de Lillo en la misma instancia; eso da un 22,5% de caída en la producción. Si esta fuera comercial o industrial, resultaría ruinosa.

Entonces, esos 100 puntos a los que se llegó hasta ahora en el año con el pobre empate frente al Rojo de la Montaña, son un moño con una cinta raída. De nada sirve esa centena cuando existe la sensación de que poco hay por hacer cuando se viene en un declive tan pronunciado de rendimiento, y el siguiente juego, ya en play offs, es un cuadro que desde octubre le gana en todo.

Para empezar, Deportes Tolima lleva diez fechas invicto, mientras Nacional acumula dos derrotas en los últimos tres juegos. Si contamos los últimos cinco partidos de cada uno, los Pijaos suman 11 puntos, 8 goles a favor y 3 en contra (gol diferencia: +5); Nacional, en cambio, alcanza 7 puntos, 4 goles a favor y 2 en contra (GD: +2). El único ítem a favor del Rey de Copas es un gol menos en su valla, pero tiene 4 menos en los arcos rivales.

Obvio que, como le gusta a Lillo, todo se pueda solucionar con un 0-0 en cualquier parte y un 1-0 en la otra: un gol a favor en 180 minutos puede dejar a Nacional en semifinales, y mandar a vacaciones adelantadas a quienes en el último mes y medio le superan un 57% en su rendimiento en puntos, y un 100% en producción goleadora.

Pero, ¿eso es lo que le corresponde al equipo más campeón en Colombia? Los hinchas no lo creen, y por eso han huido despavoridos del Atanasio. Porque, dejando los números y entrando al fútbol, el movimiento de aquí para allá de la bolita hace de buen somnífero durante minutos enteros de tenencia improductiva.

También porque, entre otras cosas, esa zaga de tres si no ha dejado recibir más es porque los contrarios todavía respetan mucho la casaca verde y no se atreven a atacarle (los fantasmas de la historia todavía asustan); pero lo cierto es que Nacional es un equipo que los analistas definen como “muy atacable”. Si se atrevieran…

Como si fuera poco, Dayro Moreno, que con sus diez goles acumula el 40% de los anotados por el Verde en esta Liga, no estará en los cuartos de final por su roja directa ante el DIM. Mucha ventaja individual para repetir Botín de Oro, pero más aún la colectiva, en un cuadro que no ubica a ninguno más de los suyos entre los 20 máximos artilleros del campeonato.

Total: pasó el tiempo de la verborrea incontenible, y llegó el examen final para el experimento español en tierras paisas. Hora de callar a críticos e hinchas con buen fútbol y goles, o de callar y salir por cuenta propia, antes de que la realidad le termine mostrando la puerta de atrás.

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EXTRATIEMPO. Al Atlético Bucaramanga lo salvó literalmente un milagro con el gol de último segundo de Nazarith a Cortuluá en Manizales. Pero de aquí en más los Leopardos necesitarán mucho más que suerte si aspiran a mantenerse sin sustos en la A.

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