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El letargo del verbo de Lillo. Por Jorge Alberto Cadavid Marín
- Actualizado: 10 agosto, 2017
Por Jorge Alberto Cadavid Marín
*Fe intacta para que la sapiencia del técnico convierta su verbo en acción y resultados.
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El receso obligado auguraba un equipo con más unidades de trabajo y por consiguiente una formación que se aproxime a la ideal de acuerdo con las últimas contrataciones o refuerzos.
Parece que el profe Lillo no despierta y sigue respetando la nómina con la que inició Liga y Copa, ante Equidad esperábamos la formación que innegable para todos ya concebimos en nuestras mentes, pero oh sorpresa, Nieto y Aldo, Rodin y Gustavo, por obligación Elustondo, pues Valencia está sancionado, en el banco los que debieron iniciar : Torres,Lucumi y Rentería.
Por consiguiente en la primera etapa mas de lo mismo, nada nuevo, mucha tenencia de balón, pero sin productividad, pocas llegadas al objetivo, el arco contrario, pobreza total por las bandas, ni Rodin, ni Gustavo, juego interno pero sin profundidad, al fin como el técnico mucho verbo, pero…
Esa primera etapa también mostró dos caras, la de la esperanza que presentó el español, actitud, precisión en los pases, buena pelota quieta y quien inicie la salida del equipo y el contraste, la cara amarga, la pobre muestra que nos dio Mafla, custodiando la izquierda o llegando por esa banda, esperábamos mas.
Lo lógico, lo que me mostraría un técnico despierto, eran los cambios desde el inicio de la complementaria, pero Lillo seguía durmiendo el sueño de los justos, así le dio oportunidad al visitante a buscar la igualdad y la encontró con la complicidad de Mafla.
Los tres cambios esperados llegaron simultáneos, pero ya fuera de tiempo, ya era tarde, el equipo cambió, pero no alcanzó, no logró la ventaja y así mas que un punto, Lillo perdió dos.
Campaña que hasta ahora deja dudas, mejor dicho muy pobre, dos derrotas ante los únicos equipos grandes que ha confrontado, pobre en la cosecha de goles y arco vencido contrario a lo que siempre ha logrado Armani, pero la fe todavía intacta para que la sapiencia del técnico convierta su verbo en acción y resultados, pero acompañado de buen fútbol.
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