Capsulas de Carreño

En treinta minutos Sherman lo cambió todo

jorge-alberto-cadavidPor Jorge Alberto Cadavid Marín

*Un solo hombre para salir de la mala pasada que la noche nos brindaba.

Como salido de la lámpara maravillosa, el genio irrumpió en el ambiente y lo que eran cenizas lo convirtió en esplendor, la abulia de los primeros 60 minutos fue encanto en los restantes 30, de desazón interminable a éxtasis y bulla de triunfo al final.

Al ingreso de Sherman ya perdíamos por un gol, pero a él le bastaron dos minutos para cambiar las cosas sobre el terreno de juego, de entrada pase al Alcatraz y este de preciso centro al área de candela, a Macnelly que de magistral gesto técnico, cabezazo y empate.

Como por arte de magia a todos les fueron aflorando sus virtudes, en el empate resucitó Mac, y los aletargados Marlos e Ibargüen sacaron a relucir sus mejores florituras, sus endiabladas arremetidas aparecieron y primero fue Marlos que a pase del genio, desbarató la defensa visitante para dejar libre al debutante Castañeda que de soberbio derechazo creo la ventaja.

Y a pase del genio, esta vez fue a Ibargüen, quien en velocidad y habilidad pura concreta el tercero. Y a pase del genio para sellar la noche, vuelve la técnica de Mac con el mejor de la noche, son cuatro que parecían imposibles, pero que un iluminado lo permitió. El pequeño santandereano con su explosión, velocidad, habilidad, precisión despertó sus adormilados compañeros y los sacó de la penumbra en que vivían.

El Profe Rueda analizó los tres partidos siguientes en su camino por la Liga y la Libertadores y eligió una nómina, completamente distinta a la del domingo anterior, solo dos de esos participaban, los compromisos de sábado y martes próximos por la calidad de los contrarios exigían los de élite descansados y dispuestos.

Fortaleza, en el papel el menos exigente, presentó resistencia en base a un buen planteamiento, el Verde era dueño aparente del campo, pero sin solvencia la superioridad no se marcaba, no había inspiración para romper la murallas que formaba el visitante cuando Nacional atacaba, quien sacaba el equipo y a qué velocidad era la transición, pobre, las individualidades no brillaban, el conjunto no engranaba.

Los goles se dieron en la complementaria, pero para sorpresa el primero fue contra Nacional, entre domingo y miércoles parecía pasar del cielo al infierno.

La solución estaba en el banco, entró Sherman y con él la movilidad, el equipo engranó, la construcción de fútbol sobre el terreno avanzó, espectáculo y goles para volver al cielo del que no deberíamos bajarnos nunca, tenemos equipo para hacerlo, somos líderes en la Liga y la Libertadores. Un solo hombre y 30 minutos bastaron, para salir de la mala pasada que la noche nos brindaba.

[Jorge Alberto Cadavid Marín]

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