Capsulas de Carreño

FALCAO, ETERNO. Por Esteban Jaramillo Osorio.


Por Esteban Jaramillo Osorio

 

 

*No todos saben lo que se siente al resurgir después de las caídas.
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Cuántos colombianos aún celebramos el gol de Falcao al City, contra Guardiola, en Liga de Campeones y en Manchester, donde vivió una oscura etapa de su carrera con el United.

“Vaselina” pura, de imponente recorrido, que tardó una eternidad en llegar a la red para la explosión jubilosa de sus hinchas.

Pero, no ha sido este, pese a su trascendencia, el mejor gol del Tigre en su carrera. Tampoco lo fue la media volea al América en amistoso en Cali, jugando con Atlético de Madrid; ni uno de los cinco goles que en una jornada le anotó al Deportivo de la Coruña, o los cuatro que realizo ante el Chelsea en competencia Europea.

No está en la selección, donde brilló en el clasificatorio a Brasil, ni en el combinado juvenil en el que pasó inadvertido.

El mejor gol de Falcao lo anotó con la constancia y firmeza de su fe en Dios y en sus capacidades. Lo hizo contra las dudas, contra la desconfianza y contra  comentarios periodísticos, que le pronosticaban un porvenir sin fútbol, próximo al retiro. El mejor gol está en su regreso con ruido y en la élite del fútbol.

El resurgimiento de su romance  con la red lo ha respaldado con su vida, modelo de comportamiento, porque el gimnasio y la pasión por el entrenamiento, están por encima de  discotecas, pasarelas y vida nocturna.

Es Falcao auténtico, único, acostumbrado a minimizar las críticas con goles. No todos saben lo que se siente al resurgir después de las caídas. El tigre si, porque lo ha vivido.
@estejaramillo

 

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