Capsulas de Carreño

Hay que querer para poder. Por Jorge Alberto Cadavid Marín

Por Jorge Alberto Cadavid Marín

*¿Será que Almirón está abriendo la puerta para su salida?

Que intentaba o mejor que esperaba el técnico del equipo paisa cuando diseñó esa nómina para enfrentar el equipo argentino, la realidad una formación muy liviana que auguraba lo más lógico una derrota, Almirón no quería ganar, de pronto un empate.

Pero no contaba con la repetida estupidez de su arquero de regalar muy frecuentemente un gol, que completada con la impotencia e incapacidad anotadora que vive nuestro conjunto hace menos viable esa mínima aspiración.

Será de tan poca importancia buscar avanzar en la Libertadores que confía el arte del gol a tres incapaces ágiles como Lenis, Torres y Lucumi, claro Candelo, Moreno y Rivas tampoco superan la calificación anterior y mucho menos si involucramos a Hernández, por donde miremos no hay de que hacer un caldo.

Los argentinos, Braghieri distinguido con la franja de capitán, no nos hace olvidar al eterno Henríquez, que al menos le da salida al equipo con sus pases largos cruzados, Monetti un irresponsable y Castellani en caída libre, otra platica más que se perdió.

Una golondrina no puede sola salvar la papeleta, clase a montones de Campuzano, el único que se destacó,
el diferente, el para mostrar, pero esto es un equipo, no individualidades.

Si está Nacional para inicios de procesos como lo indicó una columnista de Cápsulas, en pleno desarrollo de la Libertadores, no es la inversión que realizan cada semestre sus propietarios lo que genera un compromiso de competitividad, calidad y éxito?

La decepción es latente, tal vez mayor que la que se fue cuajando cuando Lillo no respondía. ¿Será que Almirón está abriendo la puerta para su salida?

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