Capsulas de Carreño

Jenny Gámez, editora de Futbolred, también se ganó un lugar…(y III)

Jenny Gámez, periodista colombiana que cubrió el Mundial de Rusia para el portal Futbolred..


Por Flor Nadyne Millán M.

Publicación tomada de El Muro de Pata.N.
Edición 438. Julio 2018.
(Tercera entrega)

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Como el fútbol desata todo tipo de pasiones, ganarse la antipatía de una fuente no es tan complicado. Jenny Gámez, editora del portal Futbolred, recuerda que se ganó la animadversión de Dragan Miranovic (QEPD), entrenador del Independiente Santa Fe, al punto que él detenía el trabajo táctico de los jugadores y gritaba desde la cancha que no lo reanudaba hasta que ella se retirara.

Era una censura que ella ni el diario Hoy, para el que trabajaba, estaban dispuestos a aceptar. Lo bueno es que sus colegas, en su mayoría hombres, la apoyaban y decían que se iban con Jenny si Miranovic impedía el cubrimiento.

En este trabajo tampoco faltan las primiparadas. La cuestión es que ellas sienten que si cometen un error son más cuestionadas. Pocas veces los colegas son condescendientes y no juzgan con tanta severidad. Como recuerda Jenny Gámez, con 17 años en el oficio: ‟¡Choronta!„ Escuchó que gritaban en la lista de titulares de jugadores de la Selección Colombia, y ella no sabía de qué hablaban.

A su lado estaban figuras del periodismo deportivo como Liliana Salazar, Tito Puccetti y Gabriel Meluk y no sabía qué hacer, hasta que se llenó de valor y le preguntó a este último “¿Choronta es nombre o es apellido?”. Y aprendió la lección. “Jamás olvidaré que es el apodo de John Javier Restrepo. Así uno empieza, se va vacunando y le va cogiendo más el tiro”, apunta.

TESTIMONIOS
¿Lo más desafiante de este oficio? Trabajar siempre bajo una sombra de duda. «Mi reto constante es recibir preguntas para comprobar qué tanto sé. Es como estar todo el tiempo en un examen”, repara Andrea Guerrero.

El margen de error de una periodista deportiva es mínimo porque no tiene derecho a equivocarse. “Si un hombre lo hace, está mal, pero no pasa nada. Si le pasa a una mujer, bueno, es muy grave porque somos como las intrusas del periodismo deportivo”, agrega ella, que acaba de lanzar su libro Manual de fútbol urgente, en el que invita a las mujeres a aprender a hablar con propiedad del tema para no sentirse fuera de lugar.

De esa sensación también habla la brasileña Marina Granziera. “Tengo la gastritis alborotada por la ansiedad. Es que yo me presiono mucho, siempre espero tener un buen dato o nota o lograr una entrevista con alguien importante, algo que no es fácil en esos ambientes Fifa”, agrega esta periodista y psicóloga que cuenta con una gran habilidad para manejar datos y estadísticas con los que adereza cada transmisión de un partido.


La ansiedad que vive estos días no es para menos. Ella reconoce que en Rusia se enfrentan a muchas dificultades, incluida la barrera del idioma. “Allí saber inglés no es suficiente porque casi no lo hablan. Las dos veces que he ido me he defendido con lenguaje de señas, el traductor de Google y con cinco palabras en ruso: hola, buenos días, gracias, no y sí. Pero es difícil, es otro alfabeto”, apunta con risas. Ana María Navarrete trabaja en el Canal Caracol y el de Rusia será el segundo mundial de fútbol que cubre. El primero fue en Brasil 2014.
(Fuente: El Muro de Pata.N)

UNA COLUMNA DE JENNY GÁMEZ
Coraje, la columna de opinión de Jenny Gámez (@jennygameza), editora de FUTBOLRED, sobre la clasificación de Croacia a la final del Mundial.

“Impetuosa decisión”. La victoria parte siempre del hecho consciente de ir por ella sin que pese ninguna otra consideración. Las circunstancias, el esfuerzo -que muchas veces puede superar la propia

Es un hecho que el día que se encuentra lo que se quiere se va la vida en alcanzarlo. Y para Croacia eso era la final del Mundial de Rusia 2018. Arrasó en la primera ronda con tres victorias frente a Nigeria, Islandia y Argentina, esta, tal vez la mejor demostración de fútbol profundo, constante y letal que se ha vuelto su sello. Vendrían los inocentes daneses y los rusos, que alentados por su gente por poco dan un golpe de nocaut.

Pero ya estaba decidido que Croacia cambiara para siempre su historia llegando a la primera final de un Mundial y nada lo iba a impedir. Ni la velocidad, la juventud, el talento de los ingleses, como quedó en evidencia; ni la condición de local que llevó a Rusia más allá de lo imaginable; ni la Argentina de Messi, ni los africanos, ni el fútbol. Era una decisión tomada.

“Esfuerzo del ánimo”. Se trataba ahora de encontrar el cómo. Croacia disputará la final del Mundial contra Francia de la mano de una generación irrepetible de estrellas, brillantes en cada posición, con el roce internacional propio de estar en los mejores equipos del planeta (Real Madrid y Barcelona, por mencionar a algunos) y con una sucesión de alternativas difíciles de ignorar en el frente de ataque como Perisic, Subacic, Mandzukic, Modric, Rakitic… y amanecería mencionándolos.

Pero una noche falla eso y falla todo y hay que echar mano del corazón y entonces descubren todos que sí funciona. ¡Y de qué manera! Sobre la base de la solidaridad, la disciplina táctica y el trabajo en equipo, Croacia logró maniatar a Kane –ya lo había hecho previamente Colombia, hay que decir- y así bloqueó a Sterling y Dele Alli y todos los muchachitos ingleses a los que veremos en los próximos mundiales. Esfuerzo. ¡Cómo se necesita!

Y es así como llegamos al domingo 15, estadio Luzhniky, 5:00 p.m. Decidió Croacia que habría un séptimo partido y en pocas horas lo peleará. Y será una batalla más con las caras de Vida levantando la pierna y cometiendo faltas, de Rakitic y Modric, de Subacic, de Mandzukic, un triunfo de un equipo y no de una individualidad. Es la batalla que define la guerra. Vale la pena prepararse para otra lucha sin cuartel.
Jenny Gámez
Editora de FUTBOLRED
Enviada especial en Rusia
En Twitter: @jennygameza

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