Capsulas de Carreño

La costumbre de ceder puntos en casa. Por María Victoria Zapata B.

Por María Victoria Zapata B.

 

*Y los goles siguen sin aparecer. ¿Insistirá nuevamente con Toloza y Caicedo el nutrido cuerpo técnico rojo interino?

Con  un DIM tan venido a menos en la presente temporada,   era imposible esperar un milagro  para el  partido de ida de la final en Copa Águila, jugado anoche en el estadio Atanasio Girardot.  Ni siquiera con relevo en la dirección técnica del equipo. Y el milagro no esperado tampoco llegó… aunque por lo menos el equipo no se replegó  después del minuto 59, cuando el cuadro visitante empató el marcador.

Si bien es cierto al Deportivo Independiente Medellín se le notaron un poco más de ganas ante el Atlético Junior y se observó una buena labor en mitad de campo entre Juan Fernando Quintero y Daniel Cataño,  también lo es que   su   falta de sincronización e ideas, su  ansiedad,  sus intermitencias  defensivas  y su total incapacidad para anotar en pórticos contrarios, le volvieron  a pasar factura, aun en condición de local, tal como ha ocurrido  durante  todo el segundo  semestre del año y, lejos de ganar un punto  en el juego de ida  de la final  de Copa Águila,  perdió dos que disminuyen considerablemente sus opciones de dicho título.

 

Desde el árbitro…
Muy mal el  colegiado vallecaucano Carlos Betancur, quien se constituyó en protagonista de un compromiso  en el que se  permitió la proliferación del juego brusco,  el mismo que  sacó del partido, por lesión,  al volante Yairo Moreno,  cuando apenas transcurrían 14 minutos de juego. Decisiones erróneas, que tuvieron su punto culminante   en  una inexistente falta en el área a  Rodrigo Erramuspe, sancionada como penal  en la agonía del primer tiempo, acabaron con la credibilidad en un arbitraje acorde con la importancia del juego. Una mano    de John Edison Hernández, al minuto 51,  que debió ser penalizada con el máximo castigo,  fue omitida por el  árbitro Betancur.  El bochornoso espectáculo del final del partido, en el que jugadores de ambos bandos  intentaron convertir  en campo de batalla el césped  del Atanasio Girardot, después de la agresión del zaguero Andrés Álvarez sobre Yimmi Chará,  no fue más que el resultado de la pésima gestión  del encargado  de impartir justicia en el gramado,  la misma que brilló por su ausencia durante los 90 minutos de juego e incidió de manera directa en el marcador.

El trabajo del árbitro Carlos Betancur fue, sin  lugar a dudas, vergonzoso…!!!

…Y en el DIM…

Como se advirtió  unos renglones más arriba,  se percibió  un equipo ligeramente más motivado, con  chispazos ofensivos,  una buena gestión de Quintero y Cataño y un equipo que no tiró hacia atrás después del gol de Barrera,   pero  es utópico  esperar goles en un Medellín  cuyo medio campo se mueve  solo al ritmo de Quintero y  cuyos delanteros llevan meses y meses desconectados de los pórticos contrarios. Ni  Caicedo  obnubilado por completo en su rol  y hoy carente de todas las características que requiere un  goleador,  Yairo, sustituido por lesión al minuto 14, no alcanzó a cumplir  su función en mitad de campo o adelante   y Toloza, a quien no solo le falta fundamentación sino actitud,  fueron solución en ataque.

Respecto de  los dos últimos,  cabe recordar que Toloza no ha anotado en instancias definitivas de Copa Águila y en Liga su último gol( el segundo  suyo en el torneo) lo marcó en la tercera fecha, en el empate  a un gol con Atlético Huila. Su displicencia es tan  desconcertante como su incapacidad y   por ello no se entiende que anoche fuera el relevo de Moreno. En cuanto a Juan Fernando Caicedo, su  carencia de ambición y de gol son evidentes. Dos goles en Liga y uno en  siete juegos de las  series de eliminación directa en Copa, son más que elocuentes.

De Leonardo Castro conocemos la ansiedad que lo domina en su afán de recuperar su espíritu goleador . Con todo y ello, supera con creces al Nª 18 del DIM. En cuanto al ayer ausente atacante argentino Valentín  Viola,  fue un jugador  sacrificado por los incomprensibles  módulos  de Peláez,  desdeñado desde el principio por  el citado técnico rojo, obligado a jugar en zona de volantes desconociendo su posición de puntero o  ingresado al campo, en condición de “apagaincendios” a los 75 u 80 minutos de juego. Y  si a ello le añadimos  sus constantes  e inexplicables lesiones, su aporte al equipo ha sido mínimo.

Un Junior compacto
Muy bien trabajado en todas sus líneas el  onceno tiburón,  un equipo  al que le sobran el sentido de asociación, el  manejo del balón,  la llegada y  el temperamento de los  que adolece Independiente Medellín y, además,  con un  orientador  acertado  en la lectura de partidos. El domingo anterior ganó el  compromiso  con el ingreso de Gutiérrez y Chará para el período complementario. Anoche, hizo el relevo de   James Sánchez por  el escurridizo Jarlan   Barrera y fue el centrocampista  samario  el encargado de igualar el juego al minuto 59, cuatro después de su ingreso y en una vistosa jugada colectiva.

 

En conclusión
Aunque se vio un DIM ligeramente más motivado y menos defensivo,  el 1-1 ante el Atlético Junior, en el estadio Atanasio Girardot, resignó gran parte de su aspiración al título de Copa Águila. Aunque  los contendores se vieron parejos durante algunos pasajes del partido, las deficiencias rojas, a las que ahora se suman también las de los dos centrales argentinos con una inesperada disminución en su rendimiento,  el DIM requiere de mucho más  que dos días para recomponer su camino. El sábado nos espera otra dura prueba ante equidad, por Liga. Y los goles siguen sin aparecer. ¿Insistirá nuevamente con Toloza y Caicedo el nutrido cuerpo técnico rojo interino?
(María Victoria Zapata B.)

Compartir:

3 comentarios

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *