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Más allá del balón. Por Mario F. Castro Fino.
- Actualizado: 28 junio, 2017
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De la Redacción. Cápsulas se complace en presentarles un nuevo columnista que abordará temas del fútbol, con énfasis en el mercadeo deportivo.
Ingeniero industrial de la Universidad Industrial de Santander (UIS), casi siete años trabajando en el sector de consumo masivo, en empresas reconocidas y con productos líderes en sus respectivos mercados.
Apasionado por el deporte, decidió iniciar estudios de MBA en Dirección de Entidades Deportivas con la Escuela Universitaria Real Madrid y la Universidad Europea de Madrid, estará muy cerca de Cápsulas en el desarrollo de diferentes proyectos deportivos.
En la sección perfiles de Cápsulas, la presentación de Mario F. Castro Fino. Y a continuación su primera columna.
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MÁS ALLÁ DEL BALÓN
Por Mario F. Castro Fino
*Aún hay mucho camino por recorrer pero estos pasos que está dando el fútbol profesional en Colombia demuestran y auguran un crecimiento provechoso.
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El fútbol ha sido, es y seguirá siendo un cúmulo de pasiones y sentimientos, la forma de expresión más pura para un aficionado, el amor innato a unos colores que, seguramente, nos evocan a nuestro viejo llevándonos a la cancha, las horas más felices, el momento más amargo del que tengamos recuerdo y también… ¡es un negocio!
Para los más románticos, no existe razón alguna para dar paso al resultado –Deportivo y económico- por encima de la esencia misma del juego, pero es una realidad mundial con la que tenemos que convivir, porque, si algo nos ha enseñado el fútbol, es que tiene espacio para todos.
El tema del mercadeo en el fútbol no es nuevo, pero sí que es más determinante en nuestros días. Decisiones de los clubes que pasan por un análisis financiero riguroso y permiten proyectar utilidades. Al fin y al cabo son empresas privadas y es parte del proceso de profesionalización del deporte.
Pero estas acciones no representan, necesariamente, un panorama oscuro para el deporte que nos hace vibrar. Por el contrario, cuando fútbol y gestión empresarial logran un equilibrio, es posible enaltecer el deporte rey y ofrecer a los aficionados la oportunidad de disfrutar una experiencia única.
Para hablar de temas más concretos y tangibles, basta con analizar nuestro principal “producto” futbolístico, La Liga Águila, una alianza de Dimayor con la principal cervecera del país, la cual representa USD 40 Millones por 5 años de patrocinio desde el 2015, y hoy se encuentra extendida también a la versión femenina del futbol profesional.
El convenio firmado en agosto de 2016 entre Dimayor y Avianca para el transporte aéreo de los equipos 36 clubes de fútbol de las divisiones A y B, además de los equipos de la liga femenina, es otra muestra de las sinergias propias del entorno empresarial y el deporte, la, cual en este caso, mejora las condiciones laborales para jugadores con desplazamientos de primera calidad. Además de mencionar también a Golty, un viejo conocido, que durante 26 años ha estado al lado del fútbol profesional en Colombia.
Sin embargo, para satisfacer el gusto deportivo de los aficionados, se necesitan más que millonarios convenios empresariales y los equipos también han hecho su tarea. Incorporaciones de jugadores de buen pie y con recorridos internacionales destacados, caso Juan Fernando Quintero durante el semestre anterior y la rimbombante contratación de Teo, un jugador con identidad de marca para el Junior, lo cual quedó demostrado el pasado lunes, en la presentación oficial ante 45.000 hinchas que abarrotaron el Metropolitano.
No se quedan atrás los directores técnicos que vuelven para engalanar la Liga, Luis Fernando Suarez y Francisco Maturana, con varios mundiales a cuestas, se suman a la experiencia de Juan José Peláez, Pecoso Castro y Gregorio Pérez, estrategas de lujo para la segunda mitad del año.
Los escenarios deportivos también se están transformando y, aunque aún exista uno que otro estadio no apto para jugar fútbol profesional, se puede afirmar que, a las ya tradicionales plazas del país como Medellín, Bogotá, Cali y Barranquilla, se suman cada vez más inversiones en infraestructura como el caso de Ibagué y Bucaramanga, además de las hechas en el eje cafetero con ocasión del mundial sub 20.
Estos proyectos, además de vincular el sector público (dueños de los escenarios deportivos del país) con la generación de un impacto social en cada región, contribuyen a mejorar las condiciones de seguridad y comodidad para los aficionados y los medios de comunicación, y facilitar, así, la cobertura de la totalidad de encuentros desarrollados fecha a fecha, implicando además, otro ingreso económico para los equipos y la Dimayor por concepto de derechos de televisión, en convenio vigente hasta el 2021 con RCN TV y DirecTV (Win Sports es el canal de la alianza).
Estas inversiones por parte de los equipos, auspiciantes y entes gubernamentales, aunadas con estrategias de mercadeo innovadoras como el caso de éxito “Todos en uno” del DIM, (por mencionar la más significativa) que ya cumple su tercer año con saldos muy positivos en términos de construcción de marca, relacionamiento con sus hinchas y resultados financieros, son el camino para desarrollar la industria del fútbol como negocio sin que ello implique sacrificar los valores clásicos de la competencia y deportividad en el juego.
Aún hay mucho camino por recorrer, con seguridad, pero estos pasos que está dando el fútbol profesional en Colombia demuestran y auguran un crecimiento provechoso para todos los que hacemos, de una u otra forma, parte del juego.