Capsulas de Carreño

Mejoramiento de juego no se ve con los nuevos DT (Roberto Perfumo, Olé)

Roberto PerfumoPor Roberto Perfumo,
Olé

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*Hablamos más de contratos que de tácticas o de estrategias. El fútbol genera plata. La plata no genera fútbol. Estamos cambiando los valores.
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Va a empezar la recta final del torneo y los que pelean la punta no garantizan nada con su juego. Boca (puntero) y San Lorenzo, River (también candidato junto con Racing), no juegan bien. La renovación, con esta camada de técnicos jóvenes, no tiene tanta incidencia (salvo el caso de Gallardo) en el mejoramiento del espectáculo. Arruabarrena, Almirón, Milito, Cocca, Pellegrino, Sava, Domínguez, Coudet, entre otros, todos tipos capaces, hacen lo que pueden, no lo que quieren porque se la pasan rezando para que no le vendan a sus mejores jugadores.

La nueva legislación en el vínculo entre jugador y club, lo obliga. “Si no los vendés esperan que se les cumpla el tiempo del contrato y se quedan libres, te quedás sin el jugador y sin la guita de la venta”, me decía hace un par de días Rodolfo D’Onofrio, presidente de River. Frente a esta perspectiva, el fútbol del continente está condenado a conformarse con lo que queda. Porque se ve patente en la Copa Libertadores de América. El fútbol, en eso es como el teatro. No se pueden ver obras brillantes con actores que no lo son, salvo excepciones. Este River de Gallardo es el mejor ejemplo. Se fueron Funes Mori y Cavenaghi, mientras que el  fenómeno de Kranevitter ya no es del club y se irá en diciembre.

Frente a este panorama, ¿cuál es la propuesta del técnico? La más simple: que los jugadores corran mucho y no dejen jugar al adversario. Todo es fricción y presión. Juego: cero. La pelota salta todo el tiempo con la bolita del flipper. El ejempo más claro es cuando se termina de presionar (recuperación de la pelota) y hay que “despresionarse” para jugar.

Ninguno lo hace porque cuesta mucho tiempo y capacidad para entrenarlo y hacerlo. Practicar jugar bien (de esto se trata) es muy difícil y costoso. Porque es puro juego lo que necesitás si no querés ser presionado por el rival en el mismo instante luego de hacerte de la pelota. Se la pasan de presionadores a presionados. Si además le agregamos la fricción dura, la que se siente, y las patadones que se meten, cabezazos, planchazos, paralítica y abrazos miles, estamos frente a un dolor de ojos y no de un partido de fútbol.

Cada vez hablamos menos del juego. Se trata de un indicador peligroso, sobre todo para los jugadores más jóvenes (lo advertimos en los torneos juveniles). Hablamos más de contratos que de tácticas o de estrategias. El fútbol genera plata. La plata no genera fútbol. Estamos cambiando los valores.

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