Capsulas de Carreño

Nacional, fracaso anunciado… de todos. Por Jorge Enrique Vanegas.

Por Jorge Enrique Vanegas

*Un barco sin timonel y una institución en las que hasta la dignidad se hipotecó yéndose todos contra el cliente.

1º. La triste eliminación de Nacional era de esperarse por el mal momento de sus últimos dos meses y los bajísimos niveles de la gran mayoría de sus jugadores, sobre todo los más relevantes y referentes, sin eco en los jugadores normales y suplentes.  Es que con su fútbol y falta de actitud no podía aspirarse a más. Ni lo merecían.

2º. Y aunque ahora todo recae bajo la responsabilidad del técnico Lillo, es claro que él no es el único a quién endosarle las culpas.  Comencemos por el “presidente”, señor Botero, pasemos a la inapropiada y equivocada comisión técnica, al motor de todos los cismas del año, señor Juan Pablo Ángel con su nefasta cuota de poder tóxico y contaminante, entre otros, que enrarecieron el clima en la casa verdolaga.

3º. La directiva en pleno son muy culpables, permitieron desbaratar lo que muy bien estructurado tenía Reinaldo Rueda a quien de una forma infame, de enorme bajeza e ingratitud lo sacaron por la puerta de atrás del Club, con todo lo orquestado por Ángel.

4º. Y los directivos son culpables porque no armaron el equipo bien, no contrataron ningún jugador de la categoría del Nacional y de todos los que se fueron, a quienes no pudieron reemplazar nunca.  Un Alejandro Guerra, un Elkin Blanco, un Orlando Berrío, ni siquiera entre los suplentes vinculados ninguno del nivel de un Juan Pablo Ramírez.

5º. Los directivos trajeron a jugadores comunes y corrientes, no de equipo grande, ninguno para marcar diferencia.  Entre ellos, por su aporte en el primer semestre y así haya rebajado su rendimiento en la liga 2, el único rescatable en esa materia fue Dayro Moreno, pero además herencia de la anterior presidencia, cuando había, Dr. Juan Carlos de la Cuesta.

6º. Y volviendo sobre el estamento futbolistas, su displicencia, su falta de interés, de profesionalismo, de respeto a la hinchada y a la divisa, su afán de salir rápido a vacaciones, pues lo lograron de manera anticipada, es inadmisible.  La evaluación es muy simple y fácil. Solo se salvan los porteros, Armani y en lo poco que actuó Cristian Vargas, por su nivel. De resto, ninguno.

7º. Empecemos por la defensa. Ninguno aprueba el semestre.  De lo peor, el señor Henríquez, Cuesta con condiciones pero no brilló nunca y fue irregular, Aguilar nunca encontró su nivel después de su lesión, Bocanegra, ídem, Velasco, nada de nada, el señor Mosquera, ni es delantero ni es lateral, no es para un equipo como Nacional. Pobre Armani, lo mal acompañado que estuvo.

8º. Y en la mitad, perdedores todos.  Subrayar a Macnelly Torres en su peor temporada con el equipo, entre todas sus incursiones con el verde. El español Gorka, cero en aporte, conoció el país, a eso vino.  Cometa del entrenador y sus empresarios? Pues sospechoso.  Y rajados: Los Arias, Nieto, Valencia, el joven venezolano Lucena no jugó prácticamente.  Y adelante, ni Dayro hizo buen segundo semestre.  Ruiz nada aportó, y los que trajeron pasaron por el campo cuando actuaron: Torres, Lucumí. Rentería, etc. Nada de valor.  El escenario: dantesco.

9º. Y el técnico?  También cae, pero por lo explicado no es el gran culpable.  Con el panorama descrito sería injusto cargar todo el peso de este fracaso estrepitoso al señor Lillo. Qué hace un entrenador en un equipo en el que los jugadores no rinden y actúan con una actitud que reflejó mínimo compromiso con la causa, con la institución y fanaticada?  Podían traer al técnico de Alemania, campeón mundial, a Guardiola, a Rueda. A Osorio.  Pero con esa actitud de los jugadores era imposible alcanzar los objetivos.

10º. Y Lillo no tuvo más de 2 partidos buenos y completos en todo el semestre ni en el que su equipo deleitara y convenciera.  Se equivocó muchísimo, habló siempre más de la cuenta, hasta ha sido masoquista, padeciendo el rechazo casi total de los hinchas sin reacciones ni reclamos. Y de reconocerle que nunca culpó a sus jugadores, ni a la prensa de los males verdes, lo que los referentes del equipo si hicieron de manera ridícula.

11º. Y el tal  apoyo total de su nómina de jugadores  quienes salieron a completar su papelón, en una falsedad total, en la última rueda de prensa a expresarle su respaldo, de pura palabra y boca en señal de un supuesto apoyo, lo que en el lugar de los hechos, la cancha y en los partidos, nunca demostraron.  Se repitió una vez más la parábola del fariseo, de parte de quienes pisotearon el nombre de Nacional porque en la cancha nunca lo hicieron.

12º. Y qué viene.  Seguro que Lillo se irá. Ya lo condenaron cuando el señor que funge como presidente dijo. “Seguimos respaldando al técnico y este proceso”.  Claro que primero deberían licenciar a muchos jugadores a los que cuando salieron del estadio el público les gritaba: “sinvergüenzas”, y con mucha razón.  Con un barco sin timonel, a la completa deriva, y una institución en las que hasta la dignidad se hipotecó yéndose todos contra el cliente, su razón de ser, es muy sombrío el panorama para el 2018 y está hoy lleno de incertidumbre para su gigantesca y apabullada afición.

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