Capsulas de Carreño

NaciOnal (Jorge Iván Londoño Maya)

Jorge Ivan LondoñoPor Jorge Iván Londoño Maya

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*NaciOnal Se debe escribir con O, de OrgullO.
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Después del clásico, este Naci0nal se escribe con cero, porque fue un equipo nulo en todos los aspectos.  El clásico siempre será el termómetro para medir la estructura del equipo, además  de la entereza, entrega y en general  todo lo que termine en be…..rriondera.

Pero qué lejos estuvo nuestro equipo y cuerpo técnico, de aquellas tardes de gloria teñidas de verde, de euforia  y de triunfo. Tuvimos que apagar el televisor con obvia preocupación, porque perder teniendo con qué es muy bueno, pero perder  sin tener con qué, es supremamente preocupante.

Hemos llegado a la mitad del torneo, suficiente, por no decir que tarde, para darnos cuenta que la estrategia de juego que  quiso, o quiere, implantar el entrenador es demasiado frágil, sobretodo porque carece de herramientas que el fútbol ofrece, basta mirar la notable ausencia de los laterales colaborando con el ataque, las escasas llegadas por los costados generadas por punteros, y el siempre infructuoso juego por el centro. Y eso pues, sin profundizar  en la defensa y en la contención, zonas sujetas a ser analizadas con detenimiento para encontrarles soluciones de fondo.

Me vuelvo reiterativo en afirmar que el corte de nuestros delanteros, Duque y Ruiz, no es para ponerlos a disputar balones fuera del área, para que ellos por sus propios medios lleguen a posición de gol. Ellos son jugadores de área, y por lo tanto el balón les debe llegar finito para definir frente a la portería.

Para muestra un balón, Naci0nal en los 90 minutos tuvo solamente dos llegadas claras a gol, dos cabezazos en el segundo tiempo, uno de ellos impecable de Duque, para el lucimiento de González  y el otro en un tiro de equina terminando el juego. Eso, de por sí, ya dice mucho de la pobreza atacante que tuvo el equipo.

Amén del pobre funcionamiento, y contrario a lo que ve el técnico, según lo manifiesta en las ruedas de prensa, hay actuaciones individuales que rayan en la desfachatez, casos Yulián Mejía y Orlando Berrío. El primero, al menos, debió aprovechar la oportunidad, y el segundo  la ha desaprovechado todas, bajo la mirada paternal del técnico. Aplausos para Armani, Davinson, Murillo, Díaz y Chará, aún sin jugar en su puesto. En deuda, y muy honda, Bernal, Henríquez y Escobar.

Qué distinto sería que el profesor Rueda cambiara esa  pasividad, que la usa hasta para dirigir en la raya,  por la agresividad, en el buen sentido, y que le hiciera honor a su apellido, poniendo a funcionar al equipo como “sobre ruedas”

Nacional se debe escribir con O, de OrgullO

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