Capsulas de Carreño

Tigres 1 – DIM 0. Con la luz apagada.


Por Wbeimar Muñoz Ceballos

 

El DIM perdió con Tigres.  Intentó el dominio partiendo de la posesión de la pelota, mientras renunciaba a ella su rival, metiéndose en la cueva.  Uno quiso jugar sin un gramo de inspiración y el otro apostó a defender el espacio. Lo malo, es que Medellín ni atacó bien, ni supo defender y terminó dando patadas, lo que le costó la expulsión a Lopera a 15′ minutos del final.

El local rodeó bien al arquero Giraldo, con 5 defensores y 3 recuperadores en el primer tiempo.  En el segundo el comité de espera llegó a tener 10 y hasta 11 hombres, por detrás de la línea del balón, con buena colocación y coberturas, cerrando todas las vías de llegada al rojo, que en 90 minutos solo asustó dos veces: en un remate del juvenil Valencia y un cabezazo de Arias, cuando ya agonizaba la noche.

El lema de Tigres era : «robo y me voy por la punta derecha», el sector de Yulián Gómez y por allí rompió a los 11′ en un centro de Gómez que capitalizó JOAO RIVELINO HINESTROZA, ganando la posición de remate entre Lopera y Elacio, para el 1-0.

Después el DIM sobó y sobó la pelota, sin lograr siquiera romper la primera línea de presión de los locales.  Elacio no profundizó por la derecha y tampoco Yairo por la izquierda.  Quedaba la zona central, como única vía de acceso, pero entre la poca influencia de Mao, Atuesta y Cataño (entró a los 20′ por Danilson) y el corte de juego de Tigres en el ombligo de la cancha, todos los avances quedaron a mitad de camino.

Jornada de impotencia, que volvió a plantear hechos influyentes en el bajo rendimiento del DIM: la venta de los laterales y la ida de Marrugo y Mosquera, más la ausencia de Quintero.  Un equipo sin líderes que tiren del colectivo, frente a un adversario solidario a la hora de militarizar su terreno.  Terminó la visita con la imagen de un equipo que encadena pases lejos del arco, pero no dispara porque no encuentra los espacios, ni los fabrica.  Nada de cambios de velocidad y de orientación del juego. Nada tampoco de amplitud y profundidad. Es decir, vías estrechas y semáforos en rojo, para un taco intransitable.

Una noche de pases previsibles…nubarrones negros…y ni una sola alma caritativa que se ofreciera para encender la lámpara !

No les parece ???

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