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9 técnicos, como un 50%.

 

Por Julio César Rodas Mejía.

 

 

*No somos jeques árabes, pero si tenemos un espíritu mercantilista…

 

Me pica la lengua hablar del DIM. No lo haré, no por lo menos explícitamente, porque su situación es tan trillada, tan conocida, tan reiterativa, tan permanente en el tiempo que hacerlo es volver a llover sobre mojado y !!que pereza!!.

Giraldo es uno más en la añeja cadena de dirigentes/propietarios desacertados. Llenos de buenas intenciones. Pero el infierno está lleno de buenos propósitos, desviados a mitad del camino. Y Bolillo es un error con canas, boquisucio y desactualizado, que por decencia no debió aceptar el cargo.

Van 9 de 20 técnicos echados de sus equipos cuando van 8 fechas de la liga. Nuestro fútbol, como siempre, busca el ahogado rio arriba. ¿Malos técnicos? Puede que sí. Los buenos valen mucho y no hay con que pagarlos. Pero han salido también algunos catalogados como buenos. ¿Malos equipos? Puede que sí. Los buenos equipos están conformados por buenos jugadores, aunque no siempre que hay buenos jugadores salen buenos equipos. O ¿ambas cosas? Puede que sí.

El problema es estructural. Se corresponde con una idea de empresa que hizo carrera desde que Envigado se convirtió en la cantera y mostró a ávidos dirigentes que esa filosofía de negocio podía resultar una empresa exitosa. No somos jeques árabes, pero si tenemos un espíritu mercantilista. Y ese afán de empresa exitosa trastrocó los principios. De tener un equipo bueno, que diera espectáculo, que ganara partidos y torneos se pasó a una fábrica de promesas, que mientras más precozmente se mostraran, más rápido sería el reembolso.

Las divisiones inferiores se proyectaban como el futuro de las entidades y era glorioso ser llamado a “entrenar con la primera”. Hoy no. Si el pelado es visto en un video por un intermediario, probablemente su debut no sea en casa. Eso es inexorable. Es el devenir del negocio del fútbol, pero nuestro torneo se ha visto afectado y convertido en un campeonato de pelagatos, con la excepción de uno o tal vez dos equipos.

Solo que, si se agotan las fuentes, se agota el negocio y si la vitrina del torneo nacional no recibe un cambio en su imagen que haga atractivo el espectáculo este se limitará, en el futuro, al bochornoso evento que nos brindan las barras bravas.
Julio César Rodas M.
Septiembre de 2021.

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