Adiós a Totò Schillaci, goleador Mundial Italia-90

By Alfredo Carreño
Updated: 18 septiembre, 2024

*El héroe de las noches mágicas de Italia 90, exdelantero italiano, nos ha dejado a la edad de 59 años.

=====

Salvatore Schillaci, héroe de Italia, ha muerto a los 59 años. El delantero saltó a la fama en Italia 90 como su mejor jugador y máximo goleador. Fue uno de los dos únicos jugadores que ha conseguido ambos galardones personales en un mismo torneo. Foto tomada de @Fifa.com.

El Presidente de la FIFA, Gianni Infantino, encabezó los homenajes al delantero italiano: » Aquellas noches mágicas de Italia ’90… La expresión de los ojos bien abiertos después de marcar el gol. Corriendo a toda velocidad con los brazos en alto. Aquel salto que definió una carrera, de Palermo a la eternidad.

Querido Totò Schillaci, fuiste un gran rey que surgió del pueblo y mantuviste el don de gentes a pesar de tu grandeza. Despierta, dondequiera que estés. Corre. Y mientras tanto, vamos a tararear entre nosotros la canción de aquella Copa Mundial de la FIFA: “Noches mágicas”, y sí que lo fueron.

Quel sogno che comincia da bambino e che ti porta semper più lontano non è una favola e dagli spogliatoi escono i ragazzi e siamo noi.
No era un cuento de hadas, sino tu cuento de hadas. Ellos no lo sabían entonces, pero lo habían escrito para ti».
«De cierto modo, mi carrera sólo duró tres semanas», declaró Schillaci.

La confesión procede de un jugador cuyo nombre figura junto a Diego Maradona, Zinedine Zidane, Romario y Lionel Messi en una categoría, y Eusebio, Gerd Muller, Gary Lineker y Ronaldo en otra. Por supuesto, Salvatore Schillaci puede estar exagerando la brevedad de su carrera al más alto nivel, pero es innegable que, antes de Italia 90, poca gente fuera de Italia conocía su nombre. Increíblemente, tampoco se oiría hablar mucho de él después de aquel torneo.

«Toto», como se le conocía popularmente, nunca había marcado con Italia antes de la Copa Mundial de la FIFA 1990. Después, sólo marcó un gol más con la selección. Pero durante unas semanas doradas, este delantero aparentemente anodino se convirtió en una superestrella mundial.

«Cuando eres futbolista, hay momentos en los que todo te sale a pedir de boca», reflexionó más tarde. «Todo lo que tienes que hacer es respirar y el balón entra. Estaba en estado de gracia».

Salvatore Schillaci con sus compañeros de Selección Italia-90. Foto tomada de @Fifa.com.

Toto se encontró en el banco de suplentes en el primer partido de Italia, contra Austria, lo que no era de extrañar cuando entre sus opciones de ataque figuraban Gianluca Vialli, Roberto Mancini, Aldo Serena, Roberto Baggio, Nicola Berti y Andrea Carnevale. Al final, ninguno de ellos deslumbraría en ese primer partido, lo que permitió la aparición de una estrella fugaz que acabaría iluminando la competición.

Con 75 minutos en el reloj y los anfitriones aún frustrados, Vicini decidió que era el momento de jugar su comodín. Schillaci se sorprendió como el que más y más cuando su compañero en la Juventus, el guardameta Stefano Tacconi, le dijo: «Prepárate. Vas a seguir y vas a marcar». Y así fue, ya que Schillaci marcó el gol de la victoria sólo tres minutos después. Lo que empezó como una bonita historia empezó a parecer un cuento de hadas.

El delantero volvió a salir desde el banquillo en el segundo partido, pero no vio puerta en la victoria por 1-0 contra Estados Unidos. En el último partido de la liguilla, contra Checoslovaquia, fue titular y sólo tardó nueve minutos en ver puerta. Roberto Baggio anotó el segundo en los últimos minutos del encuentro, que se saldó con victoria por 2-0. El hecho de que los dos primeros goles de Schillaci fueron de cabeza es una prueba más del estado de gracia que estaba experimentando el delantero, que la temporada anterior no había logrado impresionar ni una sola vez con su habilidad cabeceadora.

Para entonces, enamorado como el resto de Italia, Vicini se convirtió en Schillaci en su primera opción para el resto del torneo. Toto devolvería esa fe en él marcando en cada uno de sus siguientes partidos: en octavos de final contra Uruguay, en cuartos contra la República de Irlanda y en semifinales contra Argentina.

Y aunque la Albiceleste de Diego Armando Maradona frenó el camino de los Azzurri en semifinales, el cuento de hadas de Schillaci no estaba completo. Para ello necesitaría la ayuda de uno de sus ilustres compañeros. En el partido por el tercer puesto contra Inglaterra, Baggio, el lanzador habitual de penales, cedió el honor a Schillaci, que marcó su sexto gol del torneo y superó al checoslovaco Tomas Skuhravy en la Bota de Oro.

El Balón de Oro Adidas se entrega al mejor jugador de cada fase final de la Copa Mundial de la FIFA. Los queden subcampeones en la votación reciben los premios Balón de Plata Adidas y Balón de Bronce Adidas como segundo y tercer jugador más destacado del torneo, respectivamente.

Pero Schillaci no sólo se embolsó el premio al máximo goleador. También volvió a casa con el Balón de Oro, tras haber sido reconocido como el mejor jugador del torneo, y con el cariño imperecedero de toda una nación. Junto con su compatriota Paolo Rossi, es uno de los dos jugadores que se han llevado a casa la Bota de Oro y el Balón de Oro.

«Creo que alguien había decidido que Toto Schillaci se convertiría en el héroe de toda Italia», declaró años más tarde a la FIFA. «Nadie habría podido predecir lo que me sucedió.

«Ha habido momentos en los que la gente se ha echado a llorar al conocerme. Es fantástico cuando veo una gran sonrisa en la cara de la gente y están tan felices. Siempre tendré esos maravillosos recuerdos de Italia 1990».
(Fuente: Fifa.com).