
Ante Junior, un soso primer tiempo y un período complementario chispeante y, además, lleno de sufrimiento, tensiones, celebraciones y exabruptos defensivos. Foto @DIM_Oficial.
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Por María Victoria Zapata B.
Columnista Cápsulas.
Con un notorio retroceso respecto del fútbol exhibido en fechas anteriores ante Deportivo Cali y Atlético Nacional, especialmente en los primeros 45 minutos, un uniforme -alternativo???- sin identidad alguna, y un emocionante período complementario, el Deportivo Independiente Medellín empató anoche, a dos goles, con Junior, en el catalogado clásico de la duodécima fecha de Liga Betplay 2025-2, que se jugó en el estadio Atanasio Girardot.
Aunque ya había sido anunciado con antelación, sorprendió el atuendo con el que el DIM saltó al gramado, por cuanto su diseño es un irrespeto a sus raíces, a su historia y a su acervo institucional. Nos encontramos luego, en el primer tiempo, con que ni el fútbol ni la estructura colectiva, ni las individualidades así como tampoco un módulo táctico acorde con las exigencias del compromiso, hicieron su aparición en el terreno de juego. Por el contrario, lo que vimos fue un onceno plano, aletargado y carente de fútbol.
Dos anotaciones visitantes, en los minutos 46 y 53, en protuberantes yerros compartidos entre arquero y zaga de Independiente Medellín, cambiaron el rumbo y características del partido. Con un Junior volcado en ataque en busca del tercer gol y un DIM decidido a vender cara su derrota, el compromiso ganó en acciones, emociones y motivaciones. Descuento rojo (con ese uniforme, ya ni rojo es) por la vía del penal (Francisco Chaverra) al minuto 61, empate y aplicación de la ley del ex (Jarlan Barrera), al 63, penal malogrado por Paiva, al 65, en brillante gestión de Chaux, rabieta del técnico Arias quien sustituyó del inmediato al delantero paraguayo, afectado hasta el llanto, y un segundo tiempo cargado de opciones y adrenalina.
No obstante esos 45 dramáticos minutos del juego ante Junior y un empate impensado después de las dos anotaciones del cuadro tiburón, quedan muchas inquietudes frente al desempeño del Equipo del Pueblo. El DIM logró la igualdad gracias a que resistió, aguantó, no se rindió y le puso el alma al partido. Fue todo corazón y transpiración en el segundo tiempo y gracias a ello, el Junior no se regresó a Barranquilla con tres puntos y 4 o más goles a favor. Lo que al DIM le faltó en fútbol, le sobró en voluntad y arrojo.
Pero fue evidente el retroceso del DIM en todos sus frentes, tanto individual como colectivamente, su imprecisión y falta de conexión entre líneas, su extrema fragilidad defensiva, la carencia de filtros en mitad de campo y la pobreza de su fútbol al que pareció haberlo afectado, y de manera considerable, el receso de 15 días por el aplazamiento de su juego de hace una semana ante Águilas Doradas, en el estadio Alberto Grisales del municipio de Rionegro.
En conclusión, ayer, ante Junior, vimos un soso primer tiempo y un período complementario chispeante y, además, lleno de sufrimiento, tensiones, celebraciones y exabruptos defensivos. Vibrantes los 45 minutos finales del partido, escaso fútbol y mucha actitud en el DIM, que empató a punta de sudor y corazón. En ese orden de ideas, quedamos llenos de preocupaciones por la pobre presentación del DIM en materia de fútbol y a la espera del comportamiento del equipo el próximo fin de semana, en condición de visitante ante el Deportes Tolima.
[María Victoria Zapata B.]