Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

Un clásico tiene tintes deferentes, sin importar lo que en ese momento este en juego, porque priman el honor y el orgullo del triunfo ante el rival de patio. Aparte de esa intención, ambos equipos, Nacional de local y Medellín de visitante, llegan aferrados al triunfo y luego a que ocurra un milagro, de los normales para el verde y de los extraordinarios para el rojo, por menor cantidad de puntos, que les permita llegar a la final. Además, está en juego el afianzarse en la reclasificación para ganarse el primero o el segundo premio seco, que da cupo a la Copa Libertadores.
Los papeles se invierten, y para este clásico predomina el verde en las tribunas. En la parte norte son más las pancartas que los hinchas rojos. Wilmar Roldan repite clásico y se viste de negro entero para contrastar con el color dorado de su pito, hecho en oro de todos los quilates para honrar a su cuna aurífera. Obviamente, no faltan la pólvora, las luces y el humo a la salida de los equipos, lo que le da un ambiente festivo al clásico paisa.
Arias repite a Rengifo a cambio de Cardona, y ubica a Marlos Moreno por la punta derecha. En el Medellín “reaparece” Alejandro Restrepo, quien guardaba tres fechas de cama, y lo hace con una defensa de cuatro y tres delanteros.
Suena el pito de oro y justo a los 40 segundos amarilla a Simón García por falta al Polaco, que luce su protector plástico en la cabeza producto de la lesión que tuvo en el partido anterior, lo que obligó a cogerle cinco puntos, que eran más urgentes para su equipo. 5 minutos más tarde, y es Perlaza el “envidioso” que también se hace a la amarilla, con la que completa la quinta.
Nacional se afianza y se apropia del balón y de los espacios. Mucho juego por las puntas, atendidas por el par de “Emes”, Marino y Marlon, con la segunda voz de Román y Cándido.

Al minuto 18 cobro de tiro libre por parte de Rengifo, el balón llega al área y Simón trata de cabecearlo pero en una posición incómoda por lo que el balón sale desviado. Y llega el señor gol de Nacional al minuto 25, con autoría y firma de Rengifo. Morelos cayéndose logra hacerle el pase a Marlos, quien en carrera se hace al balón que iba para afuera, parado le amaga a Chaverra, en esas Rengifo se le muestra y Marlos le hace el pase para que con potente zurdazo venza a Aguerre.
Medellín trata de equilibrar el juego, que también se empareja con las palabras de “amor” entre Morelos y Chaverra, suficientes para arroparlos de amarillo.
El segundo tiempo comienza con dominio rojo y un Nacional acucioso en la marca. Minuto 53, Morelos, en un corto forcejeo, le gana el balón a Torijano que cae al piso, Morelos avanza hacia el arco y con tiempo y espacio dispara un misil con velocidad de moto deportiva subiendo por Las Palmas, y vence a Aguerre. Es el segundo y definitivo para el verde.
Minuto 70, gol de José Ortíz que es anulado por fuera de lugar. A 15 minutos de la finalización, entran Cardona por Rengifo y Haydar por García. Antes habían ingresado Asprilla por Morelos y Salazar por Cándido; y fue precisamente Salazar el que sacó de la raya un balón con cara de gol enviado por Jarlan.
En los 3 minutos de adición Haydar le propina un agarrón a Sandoval dentro del área, penal inobjetable que cobra el Polaco para anotar fuerte al centro, gol que le sirve para apropiarse del título como máximo goleador de torneo. A propósito, sin explicación que un defensa con la cancha y experiencia de Haydar, cometa esa falta innecesaria, porque ese gol en contra, puede ser determinante en la última fecha.
Un minuto después termina el partido, que deja a Medellín sin ninguna posibilidad, y le abre a Nacional las puertas del santuario de San Judas Tadeo, porque debe esperar el resultado del partido entre Junior y América Barranquilla, que se juega a segunda hora del clásico, y luego en la última fecha ganar su partido de visitante frente al América y esperar un triunfo del Medellín de local ante al Junior, y que además la diferencia de gol favorezca a Nacional.
Todo este entramado obedece a los partidos mal jugados y mal planteados por Nacional frente al Junior, porque de seis puntos posibles solo logró uno, producto del empate jugando de “arrimado” en Ditaires.
“Quien camina sobre las huellas de otro, no deja huellas”. Autor desconocido.




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