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Como el esposo insatisfecho. Por Jorge Iván Londoño Maya
- Updated: 6 octubre, 2017
Por Jorge Iván Londoño Maya
*Nuestra selección Colombia, como el esposo insatisfecho, tendrá que buscar por fuera, lo que no logra en su propia casa.
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Hicimos el gol y nos enloquecimos. En esos últimos diez minutos se nos olvidó que estábamos jugando el partido de la vida. Se nos olvidó que ganar era poner un pié en la plaza Roja de Moscú. Se nos olvidó que ganar era ver el nombre de Colombia escrito Колумбия.
Hicimos el gol y nos olvidamos de los paraguayos. Creímos que con el gol de Falcao los habíamos noqueado, que estaban entregados, que el calor también los había derrotado, que estábamos solos, puros espejismos. Cada jugador nuestro tomó las de Villadiego y ellos se agruparon cual rebaño. Esos últimos diez minutos tuvieron olor de sala de cirugía, sabor de infarto. Inclusive Pékerman, el único llamado a ponerle una camisa de fuerza a esa locura colectiva, hizo gala de su eterna pasividad, enmarcada por sus gesticulaciones de asombro y las de su asistente.
Ahora estamos obligados a ganarle a Perú en su propio feudo Inca, (cómo les parece) ilusionados, estado tan familiar para nosotros, en lo que al término del partido dijo Pékerman: “todavía dependemos de nosotros”, pero, ¿Y en dónde diablos estamos nosotros?
Para ese partido contra Perú, no habrá que mejorar nada, sino cambiar mucho, porque así lo demuestra el bajo rendimiento de la mayoría de los jugadores, quizás Falcao se salva de la debacle. El técnico está obligado a escoger la nómina sin visos de “teología”, a planificar el partido en vez de mandar once jugadores a la cancha a ver que sale, aferrado como siempre a una jugada salvadora, tal como se aferra a los botones de su saco, y a hacer los cambios correctos y en el tiempo preciso; es decir, lo mismo que ayer le enseñó Francisco Arce, el técnico de Paraguay, quien le ganó en una rodilla, porque la otra la tiene recién operada.
Sería interesante que nuestros jugadores, debajo de la camiseta de Colombia, se pusieran la de los equipos en donde juegan, a ver si el rendimiento se asemeja al que logran en los mismos.
Contra Paraguay era el partido de todos los apelativos, pero como no resultó, será entonces contra Perú el partido del SI o SI; el único SI en el que, por primera vez, todos los colombianos estaremos de acuerdo.
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