Capsulas de Carreño

Echar flores.


Por Saúl Restrepo, Bogotá.

 

*Lo peor que se le puede hacer a un futbolista o a un técnico en nuestro y criollo fútbol es adularlo….
====

Después de eso les empieza a ir mal. «Como los burros de Apartadó: Les echan flores y estos se las comen». Reza el dicho.

En esto hay un factor psicológico, el de no saber recibir el elogio de manera constructiva como lo que es; un reconocimiento a una buena labor o desempeño. Ya eso es todo, la razón a esto es el regocijo personal, listo.

Pero… Y resulta así, particularmente me refiero al Arriero Herrera:
Todo iba bien haciendo su reemplazo a Restrepo; le había cambiado el semblante al equipo, había corregido varias cosas y encontró una buena titular aprovechando las habilidades de cada jugador de forma efectiva.

Entonces llega el partido contra América. En este, el equipo demostró un muy buen nivel competitivo al apabullarlo de esa forma tan superior y holgada.

Y al otro día lo llaman de ‘Peláez y De Francisco’ y le hacen una entrevista. En esta, los dos Hernán contaron anécdotas y reminiscencias de cuando él era jugador en los setentas. Unas muy graciosas, otras muy edificantes con Zubeldía, o cuando quedó campeón. Muy amena. Y por algo le dicen el Arriero, aunque le quedaría bien y acorde lo de montañero también.

Sin embargo, dentro de su diálogo hubo una gran cantidad de lisonja, preguntas con sobada de chaqueta previa y felicitaciones disimuladas de dudas sobre lo que estaba haciendo al interior de Nacional y sus resultados.

De ahí para acá, no tengo que describir que pasó, ¿Cierto?. Todo se empezó a diluir: Rotó la nómina, cambió a hombres de lugar pero no alinea a otros. Puso a Aldair, ¡imagínese! Salvó a Leonel de estar cesante, regaló puntos, perdió el liderato y no ha recuperado a jugadores que pueden ser relevantes como variantes en momentos específicos, como en un partido embolatado. Tal cual los han tenido en estas últimas fechas, donde regulete si les ha ido.

El caso con Jhon Duque, Baldomero y Guzmán:

El primero; no ha podido engranar. Su aporte no es eximio para el equipo como se pensaba a su llegada. Que iba a ser referente, por algo a los azules les dio duro su salida y lo graduaron de ingrato y tal. Pero aquí no ha demostrado nada, solo intrascendencia y sin protagonismo alguno.

El Segundo; tampoco ha podido regresar, ni a su ritmo, ni mucho menos a su confianza como jugador. Es entendible desde el punto de vista de un recuperado. Su lesión fue traumática y al volver, aun no se siente seguro y teme que se vuelva a joder. Ya no hace nada que sea riesgoso, no mete pierna, evita el esfuerzo no seguro y se esconde para no tener un contacto por ahí que lo perjudique. Anoche en 2 jugadas se vio lo que describo aquí.

El tercero; No ha tenido confianza en si mismo. Su inseguridad se trasmuta en timidez. Y eso que ha hecho goles para reafirmar su ánimo, pero nada.
Parece excluido del grupo, pero no es así. Algo pasa ahí, él es un buen jugador con condiciones demostradas ya en el Envigado. Ayúdenle a superar eso. Una terapia desinteresada para que regrese a su firmeza no le sobraría.

P.S. ¡Ah! Y del otro Duque: Ayer no jugó él, parece que jugó fue Patricia…
Saúl Restrepo

Compartir:

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *