Capsulas de Carreño

Eduardo Andrés Maglioni, goleador con Récord Guinness

 

Por John Cardona Arteaga.
Profesor Universidad de Antioquia
Expresidente del DIM

En esta oportunidad nos acompaña de nuevo un goleador de raza. Su papel en el campo de juego fue decisivo para los clubes en los que militó y, además, cuenta en su historia con un magnífico valor agregado. Se trata de un récord no superado hasta el presente. Estas notas se han redactado según sus propios relatos en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Se trata de Eduardo Andrés Maglioni, un orgulloso provinciano que triunfó en la capital del tango.

Como muchos argentinos descendientes de italianos, su abuelo era jefe de la estación Paul Groussac del ferrocarril y su padre estaba encargado de un almacén de pueblo donde se conseguía todo tipo de mercancías. Su familia habitaba en “El sombrerito”, paraje a unos 50 kilómetros de Reconquista, pero Eduardo nació en esa ciudad, el 14 de abril de 1946, pues era la más cercana que reunía las condiciones hospitalarias.

Cuenta nuestro gran amigo Héctor Agustini, quien fuera Síndico General de la Nación en Argentina y ampliamente conocido en Colombia por sus actividades académicas y profesionales, que Reconquista es una de las cinco ciudades más importantes de la Provincia de Santa Fe, la mayor del norte santafesino, y la cabecera de una de las regiones en que está dividida la Provincia. Fundada en 1872, la población de esa región mostró incrementos significativos a partir de la corriente inmigratoria que comenzó en el último cuarto del siglo XIX con la llegada principalmente de italianos y también de suizos, galeses, árabes y españoles.

La zona está dedicada a la actividad agrícola ganadera, y muestra un importante desarrollo industrial. Es un gran polo educativo para una vasta zona, incluyendo instituciones terciarias y universitarias prestigiosas. Posee un puerto industrial y deportivo sobre el río San Jerónimo, brazo del caudaloso Paraná, junto con un delta integrado por riachos, arroyos e islas. Todos los años se desarrolla un campeonato de pesca deportiva que convoca a cientos de lanchas provenientes de toda la Argentina y también de países vecinos. Cuna de grandes escritores, músicos, pintores, deportistas, Reconquista es reconocida como una ciudad pujante que es el orgullo de sus habitantes.

El establecimiento donde laboraba papá Maglioni era lugar de reunión obligada de trabajadores de diferentes oficios y localidades y con ellos dio sus primeros golpes al balón. Quien no jugaba con él no entraba al almacén. Su padre también le pegó a la pelota, pero no trascendió por sus obligaciones. Sus primeras letras las recibe en “El Sombrerito” en rancho de adobe, barro y paja con las señoritas Leonor Gioria y Sara Etiggin en la Escuela 88.

Cursa estudios secundarios en Rosario, provincia de Santa Fe, y tiene como compañero a Aldo Poy, también futuro gran jugador. Se prueba en la sexta de Rosario Central a los 12 años jugando como wing derecho. Regresa a Reconquista a terminar su bachillerato, juega primero en Central Reconquista y luego en el Club Atlético Adelante en compañía de “Berna” Agustini y “Peleco”, de quienes guarda hermosos recuerdos por su calidad, lamentando que no hubieran triunfado profesionalmente.

Eduardo evoca con gratitud al maestro y poeta Pablo Alcides Pila, quien fue el orientador de toda una generación de reconquistenses y dedicó parte de sus versos al bello deporte del fútbol. En su libro titulado La búsqueda, que nos obsequió y dedicó Pila personalmente, incluye el poema “Escena de fútbol con Berna Agustini “en el cual refleja su simpatía por esta actividad:

“Iba con el bolo atado a los tobillos
Y de tanto en tanto lo amasaba a suela.
Los ojos levantados, con los brillos
de esa diablura que al hincha lo desvela.
“Jabalí” salió a cortarlo, le hizo unos caños
sin olè, sin sonrisa, sin sobrada.”

Después de un torneo regional Maglioni ingresa al Club Sarmiento de Resistencia, provincia del Chaco. Con sus 17 años participa en varios encuentros amistosos memorables, uno con Santos de Pelé el 13 de febrero de 1963, en el que hace gol al legendario Gilmar, y otro con la primera de River Plate, a inicios de 1965, tapando Hugo Gatti; Maglioni le hace un gol de media cancha. Ambos partidos concluyen empatados a un gol.

Por supuesto los ojos de los directivos y técnicos se fijaron en Eduardo y fue invitado por Renato Cesarini y Gatti a presentarse al Club Millonario en Buenos Aires. Pero sucedió lo impensado. Nadie lo recibió en el club después de un tedioso viaje, pues los responsables de River habían viajado a un encuentro internacional. Para no regresar a su tierra de origen, un amigo le recomienda presentarse al Club Atlético Independiente. Con el nombre de José Silva (un compañero de la primaria) recibe la oportunidad en un juego de reservas amistoso en cancha de Racing Club, contra Boca Juniors y anotó gol. Pero debía regresar a presentarse a su club con su verdadero nombre, pues todavía hacía parte de la Liga Chaqueña.

En el libro Resistencianos –Personajes de la ciudad-de Rolando Pérez Beveraggi, Librería de la Paz, Resistencia, 2011, pág. 804-806, se dedica un apartado a las actuaciones de Maglioni. Allí se lee:

“Maglioni formó parte del glorioso seleccionado chaqueño Campeón Argentino en el año 1968, en Mendoza, y fue el goleador del torneo. Este título lo catapultó al fútbol profesional, ya que su pase fue adquirido por el Club Independiente de Avellaneda, donde continuó con su exitosa carrera futbolística.”

Eduardo jugó con Independiente durante 5 años, disputó 135 partidos y marcó 58 goles. Ganó los Metropolitanos 1970 y 1971, las Copas Libertadores 1972 y 1973 y la Interamericana e Intercontinental en 1973. En Independiente reemplazó a Yazalde, otro de nuestros personajes, cuando viajo a Portugal.  Tuvo un paso fugaz en 1974 por Huracán (tres meses por Copa Libertadores) convocado por Menotti.

 

Juega en Millonarios de Colombia en 1974 y 1975, gracias al señor Harry Klein, y acompaña en el ataque a Willington Ortiz a quien considera el mejor 7 de la historia.  Para los azules anotó 17 goles. Por desacuerdos con el sistema de juego del DT Gabriel Ochoa Uribe renuncia a este club.

Maglioni es buscado por José Curti y contratado por el Atlético Nacional en 1976. Allí conoce a excelentes a personas y jugadores como Francisco Maturana y es gestor de la llegada del Zurdo López y del Polaco Semenewicz. También guarda inmensos recuerdos del Doctor Hernán Botero Moreno.

Por su espíritu y filosofía de juego, una vez Osvaldo Zubeldía es contratado en 1976 por el Atlético Nacional, Maglioni renuncia por no compartir su modelo de juego. Es contactado por Eduardo Dávila y juega en el Unión Magdalena de Santa Marta su última etapa a finales de 1976. De esta ciudad quedó prendado y regresó a ella muchos eneros.

Eduardo Andrés rememora sus buenas relaciones con la prensa deportiva colombiana y en particular expresa sus positivos comentarios por Hernán Peláez Restrepo y Wbeimar Muñoz Ceballos.

A su regreso a Argentina jugó pocos partidos en Tigre y cerró su carrera como futbolista. Después Maglioni tomó el curso de técnico, hizo estudios en administración y se dedicó a la gerencia de consorcios en Buenos Aires, entendiendo esta actividad como la administración de inmuebles bajo el régimen de propiedad horizontal.

Una faceta importante de Eduardo es su personalidad y sentido crítico en protección a los derechos de los jugadores y de los técnicos. Por algo fue distinguido como gerente de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino. En particular insistió en las condiciones y requisitos para la jubilación de los jugadores.

Como todo buen provinciano tuvo apodos “Naranja” en Reconquista y “Paisano” en el ámbito futbolero profesional.

En Reconquista también nacieron, entre otros, Gabriel Omar Batistuta, Ángel David Comizzo, Federico Andrés Mancuello, Gustavo Humberto Savoia, Alan Daniel Sosa, Juan Daniel Forlín y Rafael Marcelo Delgado.

 

El récord

Mucho se ha hablado de este acontecimiento que gira en torno a la consecución de tres goles en pocos segundos.  Fue el 18 de marzo de 1973.

Nos cuenta Eduardo que jugaban con Gimnasia y Esgrima de la Plata en la cancha de Independiente.

Las formaciones de los equipos fueron:

Independiente: Santoro; Commiso, Miguel Ángel López, Sa, Pavoni; Martínez, Montero Castillo, Semenewicz; Balbuena, Maglioni y Mendoza. Entrenador: Humberto Maschio.

Gimnasia y Esgrima: Guruciaga; Gonzalo, Gotfrit, García, Carnevale; Della Savia, Pedraza, Palacio; Pignani, Bulla y Villagra. Entrenador: José Varacka.

Árbitro: Roberto Goicoechea.

El primer gol lo marca Ricardo Pavoni en el primer tiempo. Al iniciar el segundo a los cuatro minutos, Maglioni hace el segundo. A los 5 minutos, marca el tercero y a los 5:30 segundos el cuarto. Dice Maglioni que esa fue la anotación del árbitro Goicochea. El partido terminó 4-0.

Sobre el tiempo trascurrido entre los tres goles existen diversas opiniones. Unos hablan de 1:50, otros de 1:51, el famoso narrador José María Muñoz cronometró 1:40, pero según el criterio de Maglioni, la voz oficial es la del juez.

Comenta Eduardo que la información para el registro del Récord Guinness fue proporcionada por un periodista uruguayo “Pinocho” Mitigada de la Revista Goles.

Para consultar sobre la trascendencia del récord de Maglioni pueden consultarse dos links que agregamos:

http://edant.ole.com.ar/diario/1999/10/01/o-00601n.htm

https://www.clarin.com/deportes/hoy-cumplen-35-anos-record-maglioni_0_S196npR6Yx.html

 

Sobre el tango

Comenta Maglioni que el tango le gusta desde niño y que la mayoría de sus compañeros seguían esa música. Entre ellos estaba el Zurdo López, que interpretaba el bandoneón, y Pancho Sa, quien entonaba las melodías en compañía de su guitarra. Anuncia que no es un bailarín de tango perfeccionado, pero se defiende en el piso.

Al culminar sus competiciones en Buenos Aires, en muchas oportunidades se dirigían a Caño 14 a escuchar las interpretaciones de los artistas que allí actuaban, entre ellos Aníbal Troilo y el Polaco Roberto Goyeneche, con quienes se mezclaban hasta la madrugada en compañía de José Omar Pastoriza, el Polaco Alejandro Semenewicz y José Pablo Burtovoy.

Caño 14 fue creado a instancias de Aníbal Troilo por el destacado pianista Atilio Stampone, su amigo Vicente Fiasché, y Rinaldo Martino, jugador rosarino que había brillado en San Lorenzo de Almagro, en Italia con la Juventus, en el Nacional de Montevideo y en Boca Juniors.

En Medellín también frecuentó el tango escuchando a Juan Carlos Godoy y Roberto Mancini en los locales de diversión tanguera. También asistió repetidas veces al restaurante Versalles regentado por Leonardo Nieto, sitio de encuentro de los jugadores argentinos.

Definitivamente su orquesta preferida fue la de Aníbal Troilo y su cantante Roberto Goyeneche. Como estas historias están acompañadas del tango, indagado por sus gustos en materia de temas tangueros, Maglioni menciona los siguientes que se pueden escuchar en los links respectivos.

Anclao en París   

https://www.youtube.com/watch?v=mVjFP7TsqU4

Volver

https://www.youtube.com/watch?v=I5JQ1m3mxKw

La comparsita

https://www.youtube.com/watch?v=C0yzvOO8GZE

Las cuarenta

https://www.youtube.com/watch?v=OphhB7nIAM8

Encuentro en la Confitería las Violetas, Buenos Aires

Es gratificante encontrar a un personaje del fútbol como Eduardo Maglioni en una etapa importante de su vida en condiciones insuperables en su desarrollo personal y deportivo. Su historia es ejemplar y refleja la situación en la que desearíamos encontrar a quienes algún día fueron ídolos y ahora son excelentes personas. Su condición anímica y su gran disposición no solo orientaron esta nota, sino que permitieron penetrar su vida sencilla, humilde y plena de buenos recuerdos.

Como Maglioni quisiéramos encontrar siempre a quienes en un momento de nuestras vidas como aficionados de una divisa o como amantes del fútbol nos hicieron vibrar con sus jugadas y con sus goles. La vida después del retiro de los deportistas se torna difícil para quienes no se han preparado en otras actividades u oficios que reorienten su vida futura. La contradicción existe: hoy son ídolos, mañana ciudadanos del común, y para ello deben habilitar estratégicamente la dimensión de su existencia en goce de bienestar en todos los órdenes.

[John Cardona Arteaga
Profesor Universidad de Antioquia
Expresidente del DIM
Medellín, septiembre de 2019]

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