Capsulas de Carreño

¡…El DIM  le quedó grande,  señor Peláez…!!! Por María Victoria Zapata B.


Por María Victoria Zapata B.

*Que dolor  tan grande es llegar al estadio y  encontrar, desde la tribuna,  tan escaso fútbol y tan  abundante desasosiego.
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No importa que jugadores hacen parte del onceno inicial, ni quienes  están en el banco.  El caso es que  tampoco  hay certeza respecto de los titulares, puesto que, de cambio en cambio,  el equipo carece de nómina base y,  partido a partido, hay modificaciones en las líneas, en los convocados  y en los titulares

 

No importa quien es el rival ni si se juega en condición de local o visitante, porque hace  rato  el Atanasio Girardot dejó de ser nuestra fortaleza, el “irrespeto” de quienes nos visitan es cada vez mayor  y en  estadios ajenos jugamos tan mal como en casa.

Para el fútbol que practica  actualmente el Deportivo Independiente Medellín  da lo mismo donde  se lleve a cabo el partido,  que jugadores se convoquen  y quien es el contendor,  pues  liviano o fuerte,  cada adversario  se encarga de desnudar nuestras debilidades,  cada presentación roja es una tortura y cada derrota   es una  cruel una bofetada a la afición.

Retroceso y caos.
Es  tan manifiesta  la involución del  DIM   que es ya imposible disfrazar con  los rótulos de  equipo en construcción, proceso o táctica, la incapacidad  de un cuerpo técnico a quien  el reto de dirigir nuevamente al Equipo del Pueblo le quedó del todo  grande.

Y frente a un fútbol tan mezquino, anárquico  y sombrío  como el exhibido durante la casi totalidad del semestre, en Copa Sudamericana y en Liga y Copa Águila,  ya se agotan todas las disculpas.  La transferencia de jugadores en plena competición, las lesiones, sanciones, cambios de estilo de juego, un naciente proceso, falta de definición  y mil discursos más que no son más que sofismas de distracción  ante la aplastante realidad de un DIM  cuya  táctica no superó  una cierta mejoría en la zaga  y el equipo, que vuelve a mostrar fisuras en defensa,  y agudiza con el transcurrir de los partidos sus  problemas en armado  y  su esterilidad en definición,  luce descuadernado por completo y en todo sentido, a pesar de las ganas y combatividad que se observa en los jugadores, especialmente en los 15 minutos finales de cada compromiso.

Por ello, resulta inadmisible que después de perder   ante el colero del campeonato (Rionegro-Águilas) y en el propio estadio Atanasio Girardot,  el   adiestrador  Juan José Peláez exprese en la rueda de prensa que  “le gustó el equipo y que el problema se reduce a falta de definición”

¿Puede gustar un  equipo que no juega a nada,  que cada vez involuciona más,   que carece de  ideas   y de  identidad?

¿Acaso, el técnico Peláez,  no se ha percatado de que el DIM es un equipo acéfalo y desarticulado?

¿Acaso no se ha dado cuenta que  este Independiente Medellín  es un onceno  que adolece  de fútbol, de alegría, de orden, de sincronización   y de todos los  elementos  que requiere el fútbol de alta competencia?

¿Acaso no  ha advertido que   la  falta  de ideas en mitad de campo  deja en la orfandad  la zona delantera del DIM y no solo afecta  la búsqueda de recursos   ofensivos   sino que, además,   contribuye  a malograr  el esfuerzo  de los delanteros del DIM, sean éstos goleadores o no?

¿Acaso no ha notado que  a estas alturas del campeonato Independiente Medellín maneja el balón pero no sabe que hacer con él  y, además,  aun no  aprende a  neutralizar los contragolpes rivales y, por el contrario, los facilita  debido a su falta de equilibrio entre defensa y ataque?

¿Acaso no ha  captado  que  el equipo carece de cerebro y de líderes en el banco y el gramado?  ¿Que el proyecto rojo brilla por su ausencia?  ¿Qué para los jugadores no es clara su propuesta táctico-estratégica?  ¿Qué uno y otros  se expresan en diferentes códigos? ¿Que éste es el PEOR  Medellín de los últimos años?

Hasta la ilusión se está perdiendo.
Y es que  lacera el alma  ver este   marchito  Independiente Medellín  modelo 2017-II.    Un DIM que ha jugado 20 partidos en la tercera etapa de Juan  José Peláez: dos por Sudamericana (ante Racing), cinco por Copa Aguila ( Deportivo Pasto, Independiente Santa Fe y el  de ida ante el Deportivo Cali) y trece de  Liga y en la casi totalidad de estos partidos ha dejado una estela de insatisfacción, incertidumbre   y pobreza  en su fútbol.

UN DIM que en esos 20 partidos no ha sentado las bases de proyecto alguno, a excepción de  cierta mejoría táctica o defensiva que hoy empieza también a  desdibujarse. Pero nos ha “entregado, a cambio,  la  amargura  de una temprana eliminación en Copa Sudamericana, la inquietante desventaja ante el Cali en semifinales de Copa Águila,  el desolador presente de un equipo  cuya clasificación  en el grupo de los  8 tambalea  de manera peligrosa y, por si no fuera suficiente,  que  ya agotó su ventaja en la reclasificación y, con ella, las posibilidades de participación internacional el año próximo.

Un DIM que  irremediablemente está alejando a la afición del estadio,   que cercenó la expectativa de cada partido y la ilusión de un título a fin de año  y que en condición de local golpea, castiga, humilla y burla a su hinchada. Que poco hemos recibido  en los  recientes juegos en el Atanasio Girardot  ante Millonarios (1-1), Atlético Huila (1-1), Cortuluá (1-0) Santa Fe (0-1) y Rionegro-Águilas (1-2).  Que distantes  están ahora la alegría, la fe y la esperanza.  Que mal juega nuestro amado DIM…!!!

Que dolor  tan grande es llegar al estadio y  encontrar, desde la tribuna,  tan escaso fútbol y tan  abundante desasosiego. Que burla las últimas dos derrotas en casa, especialmente ésta, ante Rionegro-Águilas.

Por todo eso, señor Peláez, el  reto de dirigir al DIM le quedó demasiado grande.  Por todo eso, señor Peláez, renuncie a la dirección técnica del DIM…!!!
(María Victoria Zapata B.)

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