Capsulas de Carreño

El profesor Osorio y yo. Por Jorge Iván Londoño..

Foto tomada de @nacionaloficial.

Por Jorge Iván Londoño.

*Tengo muy claro que su deber como técnico de Nacional es llevarlo a las mieles de la gloria, y que el mío como hincha es respaldar y acompañar el equipo así sea espiritualmente.

Al profesor Osorio le dieron palco de honor por banco, como sanción por su “sacada de ropa” frente al árbitro aquel con ademanes de robot.

A mí también las circunstancias de la vida me dieron taburete  por mi cuadrito de cemento en la tribuna oriental, a la cual ascendí luego de muchos años de tirar popular, o sol que llamábamos, cuando éramos integrantes de la apacible barra “los de paleta y visera”

El profesor Osorio en su concepción de entender el fútbol, me lleva años luz. Quizás veamos lo mismo, pero él lo lleva a una dimensión inalcanzable a la cual no me interesa llegar.

El profesor Osorio conjuga varios verbos al mismo tiempo, yo únicamente conjugo el verbo mirar. Me emociono viendo una pared; él, en cambio, analiza cómo se elabora desde la perspectiva de una triangulación por zonas.

El profesor Osorio hace cuclillas y escribe, gesticula, indica, sufre y goza, así no se le note. Yo en cambio, me acomodo en mi “palco”, no tengo que hacer cuclillas, (con que alientos) sufro y gozo con lo que pasa en la cancha, me agrada el buen juego, fluido, sencillo y solidario, me saca de quicio un mal pase hecho a dos metros, un tiro libre a la tribuna, un tiro de esquina insulso, un centro al cerro Pan de Azúcar, una oportunidad de gol desperdiciada,  me desangro en alegría con el gol y me doblo con los goles en contra.

Me tiene sin cuidado si un jugador juega con el perfil cambiado, si está en la posición que no es la suya, la forma como se para el equipo, si se juega con defensa de tres o de cuatro, el juego de posesión, la presión en la zona alta,  y una interminable lista de situaciones propias de los técnicos y los analistas.

El profesor Osorio vive su mundo y yo el mío. Tengo muy claro que su deber como técnico de Nacional es llevarlo a las mieles de la gloria, y que el mío como hincha es respaldar y acompañar el equipo así sea espiritualmente. El  dividendo de esta unión es el disfrute de los buenos resultados de su trabajo y el de los jugadores, y que cuando se pierda porque el rival hizo mejor las cosas acatar el momento, pero ser crítico cuando haya sido por la falta de entrega y actitud de nuestros jugadores.

Luego de haber soportado el desastroso espacio propiciado  por los últimos tres técnicos, con Osorio, es mejor bueno conocido que malo por conocer, las posibilidades de volver a levantar la copa, son muy altas. Así las cosas, profesor Osorio, por ahora usted en su palco y yo en mi taburete, que  nos encontremos depende de que los jugadores secunden su idea de juego, que usted conjugue perfectamente sus verbos,   y yo el mío.

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