Hoy: Boca – River (2:30) con renovación de Gallardo

*Por sus urgencias, River empezó a jugar antes un superclásico al que Boca llega sin tanto ruido. Se enfrentan este domingo desde las 16.30 en la Bombonera; Gallardo, ratificado para 2026, debe una reacción ante un rival más armado.

====

Claudio Úbeda, a cargo de Boca tras el fallecimiento de Miguel Ángel Russo, y Marcelo Gallardo, a quien le renovaron contrato en su peor momento en River
ALEJANDRO PAGNI – AFP, tomada del diario La Nación.

LA NACION – Claudio Mauri.

Un superclásico se empieza a jugar varios días antes y sus consecuencias puedan hacerse sentir bastante tiempo después de que la pelota se haya frenado. Por algo es el partido más movilizador del fútbol argentino, el que más exagera las sensaciones y los sentimientos. Casi nunca los 90 minutos pasan en vano. River anticipó su ingreso a la Bombonera de este domingo con el sorpresivo anuncio conjunto entre el flamante presidente Stefano Di Carlo y Marcelo Gallardo sobre la renovación del contrato del entrenador por un año más.

Así como River estaba necesitado de dar desde los escritorios un golpe de efecto que es incapaz de plasmar en la cancha un equipo angustiado, Boca transitó la previa del superclásico desde dos tipos de tranquilidades, siempre momentáneas: la de dos triunfos consecutivos que lo ponen con un pie en la Copa Libertadores después de dos años y el hallazgo de una formación estable, que, de todas maneras, no está garantizando un rendimiento muy ilusionante.

A las 16.30, (2:30 en Colombia) en el hervidero que será la Bombonera, el superclásico potenciará la rabiosa actualidad por la que se rige el fútbol. Mientras Boca tiene algunas cuestiones un poco más claras, River anda tan a tientas que se adelantó una jugada: evitar que una derrota acrecentara la incertidumbre sobre la continuidad del Muñeco.

El peor momento de Gallardo desemboca en la clase de partido que remite a lo único ponderable que tiene su segundo ciclo, que ya pasó largamente el año: las dos victorias frente a Boca. Ambas con un efecto contra sus colegas de entonces del que ahora él está librado: el 1-0 en la Bombonera (gol de Lanzini) dejó tan en la cuerda floja a un Diego Martínez que no sobrevivió a la caída ante Belgrano en el siguiente cotejo, y el 2-1 en el Monumental (Mastantuono y Driussi) terminó con el escaso crédito que Riquelme le había extendido a Gago tras el papelón contra Alianza Lima.

Si bien el caso Gallardo viene teniendo mucha exposición, el de Claudio Úbeda, por otras razones, quedó solapado a partir de los tres triunfos en cinco partidos desde que quedó a cargo tras el fallecimiento de Miguel Ángel Russo. Se descuenta que Úbeda llegará hasta fin de año como interino, y todo lo demás es una inmensa incógnita. Riquelme deberá evaluar muy a conciencia quién tiene que ser el técnico para la próxima Copa Libertadores, ya en los últimos dos años de su mandato.

Mucho más despejado es el panorama en Boca en cuanto a la alineación. La línea de cuatro se repite, Milton Delgado recuperó tras el Mundial Sub 20 el lugar que nunca se explicó bien por qué lo había perdido, el “Changuito” Zeballos desempolvó su desparpajo para gambetear y la dupla Merentiel-Giménez no deja pasar un partido sin algún aporte valioso.
(Fuente: La Nación – Argentina)

Si te gustó este artículo, compártelo en tus redes:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Notas relacionadas