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Iván Ramiro Córdoba, exitoso en valores y objetivos.
- Actualizado: 18 octubre, 2018
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Por Liceth Daniela Torres Gómez.
El ex defensa central colombiano, Iván Ramiro Córdoba, visitó la Universidad Pontificia Bolivariana para hablar de su vida y para recibir una condecoración especial por parte de la universidad en honor a su carrera deportiva y sobre todo a su calidad humana, en desarrollo de los conversatorios UPB en alianza con Cápsulas, diario digital de fùtbol y medios.
Iván, rodeado de amigos, conocidos y espectadores, confesó que de niño solo pensaba en jugar y jugar y aunque no era un estudiante brillante tenía claro que el colegio también era una prioridad porque sus padres siempre le inculcaron que el estudio era lo que le iba a permitir jugar al fútbol y ser una mejor persona.
PILAR FUNDAMENTAL
La familia es el gran pilar de lo que Iván Ramiro Córdoba es como persona y profesional, pues siempre ha seguido los consejos de sus padres, como mantener los pies sobre la tierra y conservar su humildad. Iván Ramiro se considera muy antioqueño porque junto a su familia vivió en Zaragoza, Campamento, Abejorral, Santuario y Rionegro. Para él fue un regalo vivir en tantos municipios de Antioquia.
Cuando apenas iniciaba su sueño como futbolista, su padre era quien lo llevaba a entrenar en los equipos de Santuario, Iván Ramiro cuenta que aunque entrenaba toda la semana, nunca jugaba los fines de semana. «El partido para uno es la esencia de todo lo que uno hace en la semana porque ahí uno puede medir sus capacidades y después de un año mi papá dijo que fuéramos a otro lugar donde tuviera más posibilidades de jugar». Relató Córdoba sobre el sacrificio que hizo su padre por ayudarle a cumplir su sueño de ser futbolista.
TÉCNICO FORMADOR Y SELECCIONES
Así llegó Iván Ramiro Córdoba al Deportivo Rionegro a entrenar, allí empezó como delantero pero como no rendía lo suficiente, su técnico formador que estaba presente en la charla, Jorge Humberto Echeverry, empezó a retroceder a Iván como volante y lateral, hasta que llegó a ser defensa central y fue en esa posición en la que su entrenador descubrió en Iván Ramiro la capacidad de saltar, a pesar de su estatura (1,75 metros) e inició un proceso para desarrollar la velocidad.
En el Deportivo Rionegro, Iván Ramiro Córdoba hizo su debut en la segunda división del fútbol colombiano, también hizo parte de la Selección Antioquia, aunque recuerda que la primera vez que lo convocaron a la selección antioqueña juvenil le dijeron que no haría parte del equipo debido a su baja estatura, además de que en algunos clubes a los que se presentó, también le dijeron que no.
Esto hizo que aquel joven Iván Ramiro, de tan solo 17 años, se frustrara porque para él era muy significativo poder hacer parte de la Selección Antioquia y al ver que sus esfuerzos de trasladarse desde Rionegro y faltar a colegio por entrenar, para que le dijeran que no lo aceptaban por su estatura, lo marcó significativamente. Pero Jorge Humberto Echeverry y sus padres fueron el gran apoyo para ser mejor.
Y sus esfuerzos fueron recompensados, gracias a sus buenas actuaciones en el equipo de Rionegro, Iván Ramiro Córdoba pudo hacer el salto de la Selección Antioquia Juvenil a la categoría sub-23 y allí ganó el campeonato, por esto el técnico de la juvenil también lo convocó y allí Iván también fue campeón.
Ese fue el paso que más tarde lo llevaría a la Selección Colombia sub-20 donde inició su gran amistad con Mario Alberto Yepes que luego también jugó con Iván en el Deportivo Rionegro donde juntos consiguieron llevar al equipo antioqueño a su primera final de la segunda división.
CONTRATO CON NACIONAL
Luego llegó la oportunidad de hacer parte de un equipo de primera división, de jugar en Atlético Nacional. La oferta del equipo verdolaga era para que Iván Ramiro Córdoba se sumara al grupo de jugadores a mitad de año e hiciera parte del segundo equipo, mientras el primero disputaba Copa Libertadores. Juan José Peláez era el técnico del equipo verde al que Iván Ramiro le rogó e insistió para que lo llevara antes de mitad de año con la promesa de ser titular a los tres meses.
Juan José Peláez le decía que esperara, que en Nacional había jugadores que tenían más experiencia y camino por recorrer. «Yo le dije, profe venga yo me voy untando de esas cositas, qué tengo que aprender, voy viendo cómo juega usted tácticamente, voy aprendiendo, y él decía que no y yo me volví cansón, hasta que me dijo véngase pues pa’ acá», recordó Iván Ramiro y confesó que estar con ese grupo de jugadores era un sueño que disfrutaba.
Recuerda con claridad su primera concentración con el equipo verde, pues fue concentrado con René Higuita, además tiene presente que por esos códigos que hay en el fútbol, prefería no decir nada, simplemente ver y escuchar para evitar decir algo que incomodara al equipo. Luego le tocó compartir habitación con el «loco» René e Iván recuerda con gracia que se cubrió todo con su cobija, no hablaba nada, no tocaba el control del televisor, para él todo estaba bien así como lo hacía Higuita.
A los tres meses Iván Ramiro Córdoba cumplió su palabra y jugó de titular, aunque fue más un golpe de suerte pues de los seis centrales del equipo, dos estaban lesionados, uno suspendido, otro estaba convocado a la Sub-23, solo estaba disponible Rafael Vásquez y la última opción era Iván y le tocó debutar. Fue un partido contra el Pereira en el Atanasio en el que Iván usó el dorsal 17.
Después de ese primer partido empezó a jugar más hasta que se ganó la titularidad que más tarde le permitió hacer parte de la Selección Colombia de mayores, dirigida por Hernán «el bolillo» Gómez, técnico que le pidió usar el sagrado número 2 que había sido utilizado por última vez por Andrés Escobar. El «bolillo» además le dijo que también pidiera el número de Andrés Escobar en Nacional.
«En ese momento me puse una meta, me dieron la camisa de Andrés Escobar, qué orgullo y qué responsabilidad, y dije, esta es mi posibilidad de lograr que ese número dos sea un número importante en el mundo», confesó Iván que luego se llenó de objetivos para el fútbol y la vida.
CON SAN LORENZO
Su desempeño en Nacional y en la Selección le permitieron luego dar el salto a Argentina para jugar en el club San Lorenzo de Almagro, equipo en el que Iván Ramiro aprendió a trabajar en grupo, a amar la camiseta, a reaccionar rápido ante situaciones difíciles y aprendió del fútbol argentino que es más de contacto, detalles que le permitieron terminar de formarse. Óscar Ruggeri fue el técnico que lo puso a jugar únicamente de central, aspecto fundamental que le permitió consolidarse y alcanzar un buen nivel como defensa del San Lorenzo.
Su desempeño en Argentina despertó intereses en Italia, en equipos como Udinese e Inter de Milán, «cuando Marcello Lippi llegó a dirigir el Inter pidió un central rápido y el presidente Massimo Moratti, que le gustaba mucho el fútbol argentino, le dijo vea este video y vea este central, a mí me gusta mucho y puede ser el que usted necesita» contó Iván Ramiro, quien después empezó a ser observado por personas del Inter.
Tiempo después llegó la propuesta formal del Inter por Iván Ramiro Córdoba y justo por esos días se entera que su esposa estaba en embarazo de su hija Paloma. Iván estaba lleno de expectativas por la posibilidad de firmar con la escuadra italiana, pero antes de cerrar el trato lo llamó su representante a decirle que San Lorenzo estaba poniendo problema porque querían más dinero. La solución era renunciar a la comisión de un millón y medio de dólares que le correspondían a Iván, el jugador antioqueño meditó la decisión con su esposa y juntos se dieron cuenta que el representante los estaba engañando porque se quería quedar con la plata, representante del cual se separó dos años después.
«Yo le dije a mi esposa, yo creo que esta oportunidad solo pasa una vez en la vida, vámonos, esa platica la recuperamos, póngale la firma», expresó Iván, quien firmó el contrato con la convicción de que debía ir sí o sí a Italia y además sabía que no quería ser uno más del Inter, Iván Ramiro Córdoba sabía que quería hacer historia para que el fútbol colombiano fuera reconocido.
SALTO A EUROPA
Iván Ramiro tenía muy claro que su sueño y sus objetivos eran más importantes que el dinero, por eso firmó sin problema y se fue para Italia con la maleta llena de expectativas. Esta característica de no darle mucha importancia al dinero y priorizar su parte humana también se ve reflejada en sus aportes sociales a fundaciones como ‘Colombia te quiere ver’ o el Barco hospital, además de su aporte para la creación de la agremiación de futbolistas colombianos.
Después de 12 años y medio como jugador, 15 títulos, 455 partidos y 18 goles con el Inter de Milán llegó el momento del retiro, del equipo neroazzurro recuerda la exigencia constante de ganar, de que el equipo fuera el mejor, los compañeros como Javier Zanetti y por supuesto su deseo de dejar una huella en la historia del Inter, donde luego fue directivo por 2 años.
«Yo cuatro años antes de terminar, porque más o menos sabía hasta que edad iba a jugar, comencé a planear mi vida después del fútbol y empecé a ahorrar e invertir para tener la posibilidad de estar bien con mi familia», confesó Iván Ramiro que fue titular 10 años con el Inter y hacia el final de su carrera como futbolista, luego de una lesión de ruptura de ligamentos, se dedicó desde el banco a darle una mano al técnico de aquel momento, José Mourinho, un técnico difícil pero que reconocía el esfuerzo y trabajo del central colombiano.
Esa intención de ahorrar y proyectarse a futuro la aprendió Iván de su padre, quien le dijo en el momento que firmó con Nacional: «Iván, con la primera platica del mes nos vamos a endeudar conscientemente, vamos a hacer un préstamo en el banco para que compre su casita, esa va a ser su primera inversión». Consejo que le sirvió a Iván que para la época no pensaba en dinero, pues entre risas cuenta que cuando firmó con Atlético Nacional ni miró cuánto iba a ganar, le tocó preguntarle después a su papá que lo había acompañado ese día.
CAPITÁN CAMPEÓN CON COLOMBIA
Una de las hazañas revividas en este conversatorio fue aquel gol de Iván Ramiro Córdoba ante México que le dio a Colombia la Copa América del 2001, realizada aquí en el país. «Cada vez que lo recuerdo es un sueño y aunque hubo problemas para la realización de la Copa, con el profe Maturana estábamos mentalizados a ganar esa Copa América y nos concentramos un mes antes y empezamos a trabajar y ya teníamos la mentalidad de que de acá no se podía ir esta Copa, si no la ganamos acá van a pasar muchos años para ganar otra», expresó Iván Ramiro.
La jugada del gol del título estaba preparada y funcionó, aunque como confiesa Iván Ramiro Córdoba, él no sabía cómo celebrar esa anotación porque incluso ya estaba pensando quiénes cobrarían los penales, por eso empezó a correr sin dirección, hasta que se tiró al suelo y encima se tiraron sus compañeros que prácticamente lo dejaron sin aire.
HOY EJECUTIVO
Al final de la charla, la faceta de emprendedor de Iván Ramiro Córdoba también fue tema de conversación, ahora tiene un proyecto, junto a otros exfutbolistas y empresarios, que se llama Jardines de Llanogrande, un parque comercial que está siendo construido.
Además está trabajando de la mano de la Universidad Pontificia Bolivariana para fortalecer la Universidad del deporte que tendría sede en el parque comercial y donde se abrirían estudios académicos en medicina deportiva, periodismo deportivo, dirigencia deportiva, dirigencia técnica y preparación física deportiva, esto con el objetivo de fortalecer y ayudar a progresar el deporte en Colombia.
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