Capsulas de Carreño

La lección del Barcelona (Carlos Fernando Villa)

Carlos Fernando VillaCarlos Fernando Villa Gómez

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Que nuestros torneos sean, como son, emocionantes, no los hace de alta calidad.
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No sabe uno qué pensar después de haber apreciado el sensacional partido de demostración de fútbol del Barcelona ante el Real Madrid, y haber escuchado y leído cualquier cantidad de comentarios sobre lo que pasó en España, y lo que ha ocurrido durante el desarrollo de la llamada Liga Águila, y lo que ha venido acaeciendo con la selección de nuestro país y su hoy cuestionado seleccionador (¿?). Pero, sigo siendo optimista, porque existe materia prima.

Además, respetando todos los conceptos, es triste y desconsolador lo sucedido el sábado: después de ver el fútbol que pudimos apreciar en España, pasar al juego entre Equidad y Cortuluá, para terminar el día con la despedida del Cúcuta a manos de un desabrido, inexpresivo e irreconocible desde el punto de vista profesional equipo verde, el mismo que es favorito para el título y que ha tenido una admirable campaña, pero que dejó ver falta de eso que dizque es jerarquía en los deportes, y más en los rentados. ¿Menosprecio, desinterés o, como dicen algunos, estrategia?

Aunque las comparaciones son odiosas, dicen, la lección que dieron los integrantes del Barcelona, sin su máxima estrella la mayor parte del partido, al igual que la que nos dio la selección argentina en Barranquilla, ojalá se aprenda.

Además, hay que mencionar la entrega en el juego, la honradez del accionar de los integrantes de esos equipos: sin payasadas, sin tirarse al piso a perder tiempo y engañar a todo el mundo, corriendo y jugando durante el tiempo reglamentario, y, como si fuera poco, la atronadora ovación que recibió Iniesta, no propiamente por los seguidores del cuadro barcelonés sino por los del Real Madrid, aficionados que también dieron una lección al mundo al reconocer lo actuado y hecho por el jugador y la superioridad demostrada por los visitantes.

Es que de verdad, cuando se compara lo que se vive en el mundo con lo nuestro, lo rescatable de los torneos colombianos es, quizá, la emotividad, pero eso está lejos de ser calidad de juego y profesionalismo. Que nuestros torneos sean, como son, emocionantes, no los hace de alta calidad. Y si a ello sumamos los reglamentos que rigen nuestro deporte, hay mucha tela para cortar, teniendo con qué.

Seguramente muchos no estarán de acuerdo con lo que aquí expresamos, y nada de malo tiene que así sea. Pero, la verdad es que el fútbol que vemos en nuestro país está lejos de ser un fútbol de alta calidad, y, lo más triste, teniendo los jugadores que tenemos que se manifiesta mucho mejor y más claro, cuando actúan por fuera de las fronteras. Pero es que cuando se tiene como fin principal, casi que único, la rentabilidad económica, las cosas no pueden ser diferentes.

Con razón decía un sociólogo europeo que el desarrollo de los países de mide teniendo en cuenta 3 parámetros: el rendimiento del deporte del país, la manera de conducir automóviles en las ciudades, y el aseo en los baños públicos.

 

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