Capsulas de Carreño

La tormenta de la Santa Cruz también le cayó a Nacional.

MANTA, Ecuador. Como elste registro fue el fùtbol de Nacional que perdiò con Delfìn: enredado, sin profundidad. Foto tomada de http://www.elcomercio.com

Por Jorge Iván Londoño Maya

A la par con la tormenta de la Santa Cruz que cayó ayer sobre Medellín y municipios vecinos, también a Nacional le cayó en su partido por Copa Libertadores, perdido (no jugado) frente al Delfín, en la ciudad de Manta, Ecuador.

Los once inicialistas que salieron al gramado, con motilado de loco de pueblo, creyeron que se trataba de un partido de la  Copa Colombia, esa que se juega por estos lares, y que al frente tenían a un equipo costeño, no se…diga usted de Tamalameque.

Nacional creyó que esta vez, como muchas, también iba a ganar de nombre y de camiseta, de un color extraterrestre pálido y desteñido como su juego,  pero se encontró con once delfines, que más saben de ardentía que de otra cosa, y que en una jugada a lo Barcelona definieron el partido a su favor.

De un mal primer tiempo, plagado de errores, malas entregas, descoordinación entre las líneas,  falta de profundidad, faltas por doquier,  falta de ideas, desconcentraciones en defensa, y lo más importante, falta de actitud, pasamos a un segundo que se jugó un poquito mejor, porque a lo mejor alguien les dijo que partido estaban jugando, pero esa mejoría no alcanzó siquiera para lograr el empate, y con ello la clasificación a la otra ronda.

En esa tormenta no hubo rayos y centellas, pero si manotazos y cogidas de cabeza de quienes veíamos impotentes por la pantalla grande (ya no es pantalla chica) que lo único parecido a nuestro equipo era el verde del saran con el que taparon la tribuna oriental.

No fueron muchas las opciones de gol en ese segundo tiempo, siendo las más claras las de Lucumí, un balón que rozó el travesaño, este Lucumí nos va a enloquecer con su eterna jugadita de más y sus disparos al avión que esté pasando en ese momento sobre el estadio, y el cabezazo de Delgado, faltando un minuto, que terminó en el regazo del portero.

Hubo jugadores con un nivel discretísimo, plenamente identificados para no repetir sus nombres, otros que mejoraron para el segundo tiempo, pero en general fue un equipo que le falló al técnico, a la institución que tanto hace por ellos, como pagarles sueldos, esos si por las nubes, y con ñapitas como llevarlos en vuelo chárter y alojarlos en el mejor hotel, a la hinchada presente en la tribuna, que no desalentó en los 90 minutos a un equipo que si desalentó en su juego, y a la hinchada que en silencio vimos como en tres días, Nacional sufría su segunda derrota consecutiva en partidos de sí o sí.

En Medellín el nivel de las aguas demoró varias horas para bajar, pero el de la tormenta que le cayó a Nacional habrá que esperar hasta este 24 de mayo, fecha del partido de cierre del grupo, entre Nacional y Colo Colo, porque si Nacional pierde ese partido y por el otro lado Delfín le gana al Bolívar en la Paz, esos dos equipos serían los clasificados. ¡Hágame el favor!

Quien iba a pensar que para este sábado frente al Cali, y para el 24 de mayo frente al Colo Colo, vamos a tener que encender el cirio pascual y quemar el ramo bendito, para que amaine la tormenta. ¡Bendito Dios!.

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