Capsulas de Carreño

Falleció «Turrón» Álvarez: de los mejores, el mejor (q.e.p.d.)

Por Álvaro «Polaco» Galeano

*Falleció hoy a los 90 años Humberto “Turrón” Álvarez, el mejor jugador antioqueño de todos los tiempos. q.e.p.d.

Hablar de Humberto «Turrón» Álvarez es abarcar toda una época de nuestro fútbol no solo local sino nacional, sometiéndonos a la traición de la memoria y al corto espacio. Primero digamos que para mi concepto, «Turrón» Álvarez fue el mejor jugador que dio el fútbol colombiano, nacido a destiempo para desgracia de los que no pudieron verlo nunca.

VECINO

Yo personalmente lo disfruté desde 1953, lo tuve como vecino cuando vivió en la isla, un poco arriba del colegio Calazans y lo consideré mi amigo en las épocas en que trabajó para el fútbol aficionado de Antioquia y, bueno, en algunas noches de copas.

A brochazo limpio digamos que Humberto «Turrón» Álvarez se inicia  justo cuando nace el fútbol profesional colombiano en el año 1948, con algunas apariciones en el equipo Municipal que antes perteneció a Fabricato como Unión indulana.

Ya en el año 1949 se afianza como titular y se hace inamovible por su talento, habilidad, capacidad goleadora,  personalidad y liderazgo, muchas veces exagerado, otras mal entendido si a eso hay que agregarle altas dosis de malgenio.

En la cancha era un artista con la pelota con variantes de gimnasta dada su agilidad. Se convierte en cabeza del ahora denominado Atlético Nacional que en el año 1954 obtiene su primer campeonato. aunque al equipo lo lideran extranjeros del corte de Gambina, Miotti, Terra, Pepe, hay criollos de valía como Ignacio Calle,  Gabriel Mejía, Hernán Escobar y el mejor del equipo, Humberto «Turrón» Álvarez. El resto de la historia es de todos conocida.

CON SELECCIONES
«Turrón» pertenece a varias Selecciones Colombia, especialmente la del Suramericano de Lima del año 1957, en la que por un acto de reconocimiento al buen fútbol, es llevada la Selección Valle de Jorge Orth el húngaro, como nómina paralela; indudablemente había jugadores de altísimo nivel, caso Delio Maravilla Gamboa, pero fue mas un detalle de filantropía deportiva, digamos, mas un premio por el título aficionado de 1956 y así, los que debían ser titulares definidos, pasaron a segundo plano con algunas participaciones en dicho torneo; Álvarez fue uno de los sacrificados.

Luego vendría la Selección Colombia que se alistaba para las Eliminatorias con rumbo al Mundial de Suecia 1958, selección dirigida por un tal Orlando Orlandini; «Turrón» Álvarez se cansa del encierro, venia de ser un divo en su equipo y aquí era uno mas y decidió irse de la selección lo que le costaría una sanción, recuerdese que el ser llamado a una selección era como un llamado a filas, era mandatoria la asistencia (que tiempos!). a «Turrón» lo salva una amnistía a los ciclistas de Antioquia que se habían retirado en Riosucio por la sanción ante el famoso remolque de Ramón Hoyos, fueron suspendidos, el gobierno  da una  amnistía  general para que los ciclistas puedan competir, y eso cobija a Humberto «Turrón» Álvarez, que no volverá mas a la selección pero que seguirá derrochando su fútbol por montones en todas las canchas del país.

La llegada de Delio Gamboa al Nacional se debe a la presión que hace Álvarez para que sea contratado; los directivos decían que como contrataban un diez si estaba «Turrón», que que iba a decir el «Turrón»; Turrón dice «yo juego de ocho y traigan al negro y así  llega Delio al Atlético Nacional y se inicia una amistad casi fraterna, terminan en compadres, apadrinan sus hijos y aun hoy, a pesar de lo distantes sigue el cariño y el reconocimiento; para Turrón, Delio fue el mejor, para Delio lo fue Turrón.


TÉCNICO AFICIONADO

Turrón siempre tuvo el gusto por el fútbol aficionado y dirigió a Nacional de la primera categoría, equipo casi todo del Barrio Antioquia de allí surgió Gilberto Osorio y Jairo Niño Arias. Tuvo al Municipal de donde salen los hermanos Congote, si la memoria no me falla y trabaja mucho tiempo con niños; allí dejaba de ser el temperamental para convertirse en un padre; pero volvamos al recorrido de nuestro invitado.en el ano 1958 hace parte de la natillera Independiente Nacional que aportaría dos jugadores al futbol mejicano, Delio Gamboa y Efraín «El Caimán» Sánchez. luego vuelve a ser Atlético Nacional para 1959.

Para 1960 Humberto se viste de azucarero juega para el Deportivo Cali; me contó algún día que un domingo de partido llegó al estadio con los guayos en un periódico y el portero del estadio no lo quiso dejar pasar, no lo conocía y menos sin atuendo; Turrón se iba a ir y apareció un directivo que salvó la situación reconociéndolo. Otra vez lo bajaron de un avión por no quererse amarrar el cinturón y lo enviaron en el vuelo siguiente; rebelde sin causa. líder con suficiencia cuando de enfrentar a los directivos e trataba.

En el ano 1961, en lo que se consideraba  una traición a los verdes, pero una inmensa alegría para los rojos, llega al Independiente Medellín, aún tenía una gran capacidad, que sin embargo iba minando los golpes criminales de los defensores burlados por su exquisitez. Comenzaba su periplo por el quirófano, con sucesivas intervenciones del doctor Gabriel Ochoa Uribe y otros conocidos ortopedistas; al final nada sirve, termina con una lesión de por vida que no le impedía seguir trabajando en divisiones inferiores, hasta que se termina su labor y viene a formar parte de la legión de jubilados mal remunerados y rumiando rencor contra la seguridad social.


TÉCNICO PROFESIONAL

Humberto fue también técnico del equipo profesional del Independiente Medellín, después de haberle dado grandes campeonatos al equipo reservista del cuadro rojo, el famoso Dim Vicuña. Por los comienzos de los ochenta dirigió las inferiores del DIM en la época de Héctor Mesa.

Uno de sus hijos, john, dotado de gran capacidad técnica y excelente pegada, tuvo sus primeros pinitos como profesional en el Independiente Medellín siendo técnico su padre. Luego llega al Once Caldas con una buena legión de paisas, Álvaro Santamaría, Elkin Velásquez, Fabio y Alejandro Zapata y al ano siguiente pasa al Pereira; llevaba sobre sus hombros el nombre y recorrido de su padre y eso le cortó las alas.

Hoy, Humberto «Turrón» Álvarez, desde su casa en Bello mira al horizonte como preguntándose el porque siendo el mejor de todos los tiempos, han sido tan pobres los reconocimientos. La memoria de la masa es ingrata y solo vive el momento. Gracias a Dios los viejos tenemos  maravillosa memoria remota para revivir en ella las páginas de gloria de lo mejor de nuestro fútbol.

Humberto «Turrón» Álvarez, el mejor, sin duda!

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