Capsulas de Carreño

Nacional 0 – Millos 0. La sacamos barata.

Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

 

*Este sábado El Campin forrado de azul y la esperanza vestida de verde. El jugar de local es diferente a jugar de visitante.
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Casa repleta, ambiente de fantasía, ilusiones intactas, 22 grados de temperatura en la cancha y 50 en la tribuna, noche que invitaba al buen futbol y al canto de gol.

Todo este sorbete fue la antesala para el partido de ida de la final, en el que Nacional asume las veces de local  y Millonarios de visitante, condición que con el desarrollo del partido se fue desfigurando, igual como se desfiguró la forma como el técnico Autuori asumió este partido, porque de entrada respetó la virginidad del arco azul, dejando sentados a Duque y a Ángel, los referentes del gol en los últimos partidos, y convirtiendo a Dorlan y a Jarlan en animas en pena para que deambularan por el campo de Millonarios pidiendo padrenuestros. Hasta la escogencia del campo de juego por parte de Sebastián, quien ganó el sorteo, no estuvo acorde con la tradición, porque siempre se escoge atacar de sur a norte en el primer tiempo.

Ese primer tiempo, como muchos otros, fue cortesía de la casa para Millonarios, que tuvo oportunidades claras de gol, hasta una con aroma de gol olímpico, algunas evitadas por Castillo y otra por el poste derecho, con tiempo y espacio para hacer jugadas lujosas entre Cataño y Mackalister, inclusive para entrar al área; para ajustar, el rendimiento de los destacados en el verde se quedó en las bodegas del bus verde. Irreconocibles Sebastián, Deossa, Candelo y Palacios, la primera línea que armó el técnico para aplacar la inspiración embajadora.

Para la etapa final el técnico enmienda su “despiste” y saca al juvenil Ocampo y entra a Jefferson, así mismo recompone la posición de las “animas en pena” y Nacional vuelve en sí, para emparejar en algo el juego, que sigue mostrando a un Millos con menos tenencia pero la misma solvencia, con demarcación y pases exactos, ganando todos los rebotes; mientras Nacional hilvanaba jugadas que no pasaban de 3 o 4 pases, Millonarios las hacia entre 8 y 9 pases.

Un segundo tiempo con pocas opciones de gol de parte y parte. Por Nacional el cobro de un tiro libre de Dorlan y un disparo de Zapata, ambos rechazados por el portero Moreno. Una muestra del poco ataque de Nacional la da el cobro de los tiros de esquina en todo el partido, uno para Nacional y ocho para Millonarios, ahí tienen pues.

En el colofón del partido se mostraron tres tarjetas amarillas, casi que consecutivas, la primera para Banguero por protestar, la segunda para Deossa que esta vez fue deosso, por mandar el balón a la carrera ochenta y la tercera para Sebastián por un empujón con alevosía, que por poco sienta al afectado en uno de las sillas de la banca verde. Todas ellas con destellos de impotencia. Mejor dicho, y como decimos por estas calles, la sacamos barata.

Se viene pues el partido decisivo este sábado, que tendrá El Campin forrado de azul y la esperanza vestida de verde. El jugar de local es diferente a jugar de visitante, y en eso, nos ilusionamos, así como en el cambio de actitud de los jugadores y en la sensatez de Autuori, que para este partido también se le quedó en la bodega del bus. Aquella Carta Abierta que les mandé, parece que no la leyeron, y si lo hicieron, no la entendieron.

“El precio de la grandeza es la responsabilidad” Winston Churchill.Nacional 0 – Millos 0. La sacamos barata.

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