MEDELLÍN. Tomás Ángel con la marca de Diego Sánchez. El atacante de Nacional con algunas cositas. Águilas con mucho más kilometraje como equipo, mereció algo más. Foto @Dimayor.com.
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Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.
*Por favor, que alguien entere al señor Autuori de que se trata la Superliga.
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Pareciera que Águilas Doradas fuera el laboratorio en donde Nacional ensaya jugadores y sistemas de juego a diestra y siniestra. Primero fue el técnico Herrera a quien esa vez le dio por poner 8 canteranos y le supo a cacho, porque el partido se perdió, y ahora fue el técnico Autuori el que abrió plaza con cuatro canteranos, tres de ellos en el medio campo, en donde se pone el dulce a mordiscos.
Perea con sus 17 años hace sus primeros pinitos, pero el único que destelló cual estrella fulgurante a esa edad, fue Pelé. Solís se atragantó con los buenos comentarios del anterior partido, y en este no fue ni sombra. Nelson Palacio más perdido que el presidente aquel. Góez intrascendente y cortico en su juego como su apellido. Arriba Tomás Ángel con algunas cositas, pero que lejano está del juego de su papá, y Jefferson Duque en el plan de marcar…..pero la salida del portero.
Águilas con mucho más kilometraje como equipo, con su toque de memoria, con un andamiaje más sólido, jugando con toda la pesada, encabezada por John Fredy Salazar, un jugador que a lo mejor con cuatro jugadores verdes, de los que estaban en el campo de juego, se amasa algo parecido.
El equipo Dorado impuso condiciones a lo largo del partido, que no ganó por dos opciones de gol desperdiciadas de tal forma, que ni la física ni la santería son capaces de explicar, la primera ese balón que se eleva a 50 centímetros de la raya de meta, y otro que pega en los pies de Mier, que si le sirven para eso, porque para sacar o despejar es más bien regularcito, tirando a malo; hay que ver la elegancia y la precisión del arquero Contreras de Águilas, le da tres cuadras de ventaja. Por los lados de Nacional solamente una opción por parte de Peña, que estiró el pie para darle otro rumbo al balón, pero una opción tan tibia que no sirvió ni para hacer una aromática.
Para el segundo tiempo entran en Nacional Deossa, en la camiseta aparece escrito Suárez, sabrá mirús; Peña con buen físico y pegada; Gentil el promocionado, mostró cositas, pero son las mismas que mostró Ángel; Mosquera el viejo conocido con su pelo color cenizo y John Duque. Así las cosas, ya le conocimos las caras a los nuevos del salón, a quienes hay que darles un compás de espera, pero no será de 90 grados.
En fin, todo esto que pasa en Nacional no es de extrañar, porque nos tiene acostumbrados a estos cambios bruscos de temperatura, alta como la de hoy, no solo los jugadores y la parte técnica, sino también los directivos; todo es color verde, pero impredecible.
En pocos días comenzaran los dos partidos contra el Pereira, para definir el ganador de la Superliga. Serán partidos que no admiten experimentos, y que se deben jugar con los generales, sin importar los soles que tengan. Por favor, que alguien entere al señor Autuori de que se trata.
“De todos los peligros, el mayor es subestimar al enemigo”. Pearl S. Buck.
