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Nacional: camarón que se duerme…

ASUNCIÓN. El uruguayo Alejandro Silva entró como Pedro por su casa, con la venia de Mantilla, Candelo y Mier para abrir la cuenta. Nacional empató jugando bien pero después vino el replanteamiento para defender el empate y los cambios de un técnico novato que dejaron como saldo el complicado 1×3. Foto @Libertadores.

Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

 

 

*El jueves 3 sabremos si los Restrepo (Alejandro y Carlos)  tienen fibra para enderezar la historia.

 

Quién iba a pensar que por culpa de la Conmebol, muchos nos tuvimos que incluir en algo hasta difícil de escribir, pero que se pronuncia parecido a feisbuc. Así que haciendo gala de mis precarios conocimientos en estas lides, puede ver el partido de Nacional contra Olimpia, inolvidable equipo, al que le sacamos la Copa Libertadores en 1989 a punta de enjundia, arrestos, empuje, bríos y coraje, atributos que ayer brillaron por su ausencia.

 

Bajo la conducción de Pitana, árbitro argentino que nos pitó con solvencia el partido en el que nos coronamos bicampeones de la Libertadores en 2016, y a quien lo tenemos entre amores y desamores, y con la presencia de unos 100 integrantes de la barra Los del Sur (siempre presentes) comenzó el partido con un Nacional que más parecía estar jugando contra el Huila versión 2021; y claro, al minuto 7 Silva entró como Pedro por su casa, contando con  la bienvenida de Mantilla, Candelo y Mier.

 

Volviendo a Pitana, quien anoche dejó muchas dudas en dos jugadas que a la luz del VAR, ayuda con la que no se cuenta para esta fase, podían haber sido penaltis a favor de Nacional, lo de nombrar árbitros argentinos para partidos con equipos uruguayos o paraguayos, suena igual a un árbitro Pereirano pitando partidos del Once Caldas o el Deportes Quindío. Nada raro entonces  que para el partido de vuelta nombren un árbitro uruguayo; pues, digo yo.

 

Con el gol a favor, Olimpia le merma el volumen al radio, y Nacional se atreve, generando llegadas como la de Jarlan que pudo terminar en gol, o los postazos de Dorlan, que anoche dijo “Yo me llamo Dorlan”. Hasta hubo tiempo para la lesión de Ángulo, determinante en el juego, porque Banguero, su reemplazo, volvió a ser el que nos sacaba la piedra en sus  inicios con Nacional. Por la otra punta, Candelo también se reciente, y no sale para el segundo tiempo. Lo reemplaza Hayen Palacios.

 

Comienza el segundo tiempo, y cuando apenas estábamos corriendo la silla y acomodando el pocillo de tinto, llega al gol de Jarlan, que inicia con pase de Dorlan a Mantilla, de costa a costa,  Mantilla entra raudo al área, alcanza a empujar el balón que rebota en el portero, le queda a Duque quien despojado de egoísmos, le hace el pase a Jarlan para que mande un tiro quita cabezas para empatar el partido. Iban 49 segundos.

 

Los jugadores de Olimpia quedan groguis con ese gol de camerino, y Nacional, de verde entero, aprovecha para manejar los hilos del partido, se apropia del balón, a tal punto que en una secuencia se pudieron haber generado más de 40 pases, situación que indujo a los jugadores verdes a conformarse con el empate, a renunciar al ataque, a roncar en el medio campo, a sentirse “ganador” (hasta cuando por Dios) y claro, camarón que se duerme….directo al sartén. En los diez minutos finales, Olimpia le da vuelta al marcador con Cardozo, recién entrado, quien anota por partida doble, y deja a Nacional en la UCI.

 

El jueves 3 de marzo será el día de la quema. A las 8 y 45 de la noche sabremos si los jugadores del verde fueron capaces de asumir la responsabilidad, no solamente de revertir el marcador, sino de afrontar el partido con entereza, y convencidos de lo que está en juego. Sabremos si los Restrepo (Alejandro y Carlos) en definitiva tienen fibra para enderezar la historia, y si la posición de los directivos en las contrataciones, tan contraria a la de los hinchas, era la correcta. Ya saben, camarón que se duerme, termina al ajillo.

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