Capsulas de Carreño

Nacional: De la confianza al desconcierto. Por Miguel Robledo Restrepo.

Estadio Palmaseca. La salida en falso de Monetti, la derrota de Nacional con el Deportivo Cali en el partido de ida de cuartos de final. Foto @AsoDeporCali.

Por Miguel Robledo Restrepo

*Y no de otra forma que desconcertante puedo interpretar el resultado en Palmaseca.

Nacional fue un equipo sin ambición que pareciera no estar compitiendo en una final de un campeonato.

Después de un torneo bien jugado liderado con méritos llega a la instancia decisiva frenado, inseguro y en exceso cauteloso. Y ese temor se notó desde el inicio del juego. Se notó en la inseguridad de Monetti que parecía un principiante y en las malas entregas de los volantes; en la poca profundidad del juego y en las pocas opciones de gol generadas. Camilo Vargas, excepto en la jugada de Lenis del minuto 2 fue un espectador más.

Desconcierta, digo, porque en otros partidos, a pesar de no anotar, Nacional generó constantes situaciones de peligro lo que ayer no ocurrió. Y no digamos que fue porque el Cali no lo permitiera si no por propia incapacidad. Los laterales ayer no salieron y además estuvieron flojos en la marca, especialmente Delgado.

Hasta los pies de Campuzano el asunto anduvo bien, pero de ahí en adelante Nacional estuvo desconectado. Castellani fatal en la entrega, Macnelly nunca filtró un balón con claridad y además no tuvo a quien. Y de la delantera no hay mucho qué decir porque no fue delantera ni fue nada. Lenis en un caracoleo insulso, los pocos balones que cruzó fueron a nadie; Dayro hace días que anda perdido y Vladimir demuestra que no le alcanza para ser inicialista.

Los cambios tampoco solucionaron nada y a pesar de lo grande de la nómina, no tenemos marcador izquierdo confiable y de esa poca confiabilidad nace el gol. Un balón que pierde Castellani no encontró quien lo recuperara y sí a Balanta que lo cruzara por las barbas de los centrales para que Benedetti lo rozara con su cabeza. Monetti en una mejor noche se tira hacia adelante a puñetear.

Almirón no es Zubeldía y este es incomparable, pero Zubeldía cuando ganó también lo hizo con una nómina incomparable. Con el genio de Olmedo, Herrera y Cueto; con la picardía del Chumi Castañeda y con la eficacia de Vilarete y Larrosa, cualidades todas ésta sumadas y conjuntas, de que Nacional hoy carece.
Almirón será un técnico de época pero Nacional necesita cambios fundamentales en su nómina.
Lo de traer a Lillo al cuento sí parece un mal chiste.

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