Capsulas de Carreño

No bastó con el gol histórico de Cano. Por María Victoria Zapata B.

Por María Victoria Zapata B.

*Deseo expresar mi  voz de  condolencia al reconocido hincha Héctor Flórez Ortiz, por el reciente  fallecimiento de su hermano, Alfonso.
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Fue un momento grandioso, inolvidable, sublime.  Con Germán Ezequiel Cano, el goleador de goleadores del DIM,  detrás del balón, y un  efectivo cobro que escribió otra historia para el Deportivo Independiente Medellín.

La emotiva celebración de una tribuna totalmente de pie, el casi interminable aplauso, el repetido coro de “goleador, Cano, goleador”, y un instante que quedará para el recuerdo de quienes  fuimos testigos presenciales de ese minuto 17 que le  puso rúbrica a la casta  de un jugador rojo y entregó al Equipo del Pueblo  un nuevo máximo goleador  en 105 años de historia: GERMÁN EZEQUIEL CANO RECALDE.

Y  también ayer,  otro empate con sabor a derrota, con sabor a mal fútbol, con sabor a inquietud, con sabor a múltiples interrogantes, todos ellos sin respuesta,   en  otro partido frustrante  y doloroso  que nos arrebató la alegría del  gol N°93 de capitán y máximo anotador del DIM y la esperanza de la primera victoria en el 2019.

Ese significativo   gol  de Cano  no suficiente para el reencuentro con el fútbol ni con el triunfo. La anotación samaria del delantero Ricardo Márquez, al minuto 39 y, sobre todo, la pobreza franciscana  de un Medellín plagado de inconsistencias tácticas y futbolísticas, acabaron con el sueño  de un escenario más digno para  la importante celebración y para  renacimiento rojo en condición de local.

¿Qué pasa con el DIM? ¿Dónde quedaron su fútbol, su identidad, sus referentes, su acertado  trabajo desde el banco, todo?

Porque los 90 minutos vistos anoche en el estadio Atanasio Girardot, en el insípido empate ante Unión Magdalena, eleva las preocupaciones al grado superlativo. Y es que el DIM es un equipo totalmente plano. Fútbol no hay, en un equipo desordenado, caótico y, ahora,  desmotivado. Sin trabajo  confiabilidad en la zaga,  los jugadores adecuados en ella y  todavía más vulnerable  si se  confirma mañana la gravedad de la lesión del central Hernán Pertuz (sospecha de daño en ligamentos, según el médico Edgar Méndez),  con una línea de volantes inconexa  y una delantera que depende exclusivamente de gestiones y acciones  individuales,  el Equipo del Pueblo    se hunde  por el peso de sus propios errores e incapacidades.

Ya  se han jugado cuatro fechas del primer campeonato del año y nada que aparece el fútbol rojo.  Por el contrario, se observa una involución en  las tres  líneas del equipo y en el nivel  de la casi totalidad de sus jugadores. Los llamados refuerzos tampoco han respondido y el cuerpo técnico luce cada  vez más obnubilado.  La voluntad y ganas que se percibieron ante  Patriotas, Equidad y Junior, dieron paso anoche  a una pasmosa y desesperante lentitud que puso en peligro, inclusive,  el 1-1 con Unión Magdalena.

Y con  esos mismos cuatro partidos jugados en Liga, Independiente Medellín no conoce  aun la victoria. Dos derrotas  en condición de visitante (Patriotas y Atlético Junior) y dos empates en el Atanasio Girardot (Equidad  y Unión Magdalena)  y un paupérrimo fútbol,  dan cuenta del pésimo comienzo de año  de un DIM  que  ha marcado apenas  cinco goles, ha recibido 7, solo suma  dos  puntos y muestra un rendimiento del  16.6%.

Preocupantes estas cifras, pero más preocupante aun el comportamiento del  DIM en el gramado. No  hay módulo  táctico,no hay estrategias de juego,   las grietas en la zaga son cada vez mayores, primera y segunda línea de volantes  son inexistentes en un medio campo inoperante en defensa y ataque,  la fortaleza de la delantera hoy se limita únicamente a la efectividad del capitán Germán Cano, los experimentos y ensayos en el onceno titular están a la orden del día en cada partido y la lectura del mismo es una utopía para un orientador, Octavio Zambrano, confundido en extremo e  igualmente absorbido por ese caos rojo que nadie puede explicar, que nadie puede entender.

Pero en medio de este desorden, hay algo que si me queda claro como hincha: El problema actual no es solamente de resultados  ni atribuible al 100% al cuerpo técnico de Independiente Medellín. La poca inversión y las necesidades  no cubiertas del equipo se manifiestan  en gran parte de las contrataciones, los rendimientos individuales de la gran mayoría de jugadores  están por el piso,   el aporte de los refuerzos brilla por su ausencia,  el equipo carece de reacción y motivación,  el  orientador Zambrano ya no sabe que inventar y, como si ello no fuera suficiente,  las agresiones verbales- desde la tribuna- a los jugadores del DIM son  vergonzosas.

«Hay muchas cosas que están ocurriendo, tengo que encontrar la raíz del problema. Soy un hombre de soluciones. Algo está pasando y lo voy a descubrir »   así se  expresaba el  técnico Octavio Zambrano en la rueda de prensa al término del compromiso. Su experiencia del torneo inmediatamente anterior nos recuerda su capacidad para reencontrar el rumbo. Quiera Dios que ahora pueda lograrlo también, pero que lo haga pronto, se manifieste con fútbol y resultados y deje de lado  esos experimentos que son nocivos para el equipo. La situación es demasiado complicada y presenta, lo reitero, variables en todos los ámbitos institucionales.

Finalmente, y a través de este espacio en Cápsulas, deseo expresar mi  solidaridad y voz de  condolencia al reconocido hincha Héctor Flórez Ortiz, por el reciente  fallecimiento de su hermano, Alfonso, también  seguidor incondicional del DIM.
[María Victoria Zapata B.]

 

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