Capsulas de Carreño

«Nunca comulgué con el regreso de J.J. Peláez»..

Juan José Peláez ya no es el técnico del DIM. Foto Liga Deportiva Postobón.

Por María Victoria Zapata B.

No es un secreto para nadie, que yo nunca comulgué con el regreso de Juan José Peláez, un técnico  con  el que no me identifico en ningún sentido.

 

Durante su tercera etapa con el DIM, el equipo mostró una involución total. Táctica no se vio por parte alguna, ni en materia defensiva ni en el plano ofensivo. Lo que se observó fue una incomprensible subutilización del recurso humano, una constante errónea lectura de partidos, un nulo trabajo durante la semana, la carencia de un liderazgo en él como cabeza visible del equipo, unas muy tardías sustituciones en cada  juego y un retroceso que aun muchos hinchas rojos no logramos explicar.

 

Hacía mucho tiempo yo no  veía jugar tan mal al Deportivo Independiente Medellín. Y al margen de si hay o no un sindicato, o de si hacen o no falta los jugadores que fueron transferidos en plena competencia, el DIM cuenta con una nómina que podría desempeñar un mejor papel que el vergonzoso torneo que hoy realiza. En esta Liga Águila Águila II de 2017, cambiamos el fútbol, la vocación de ataque, el orden, la  sincronización y la colectividad por un caos que lo único que produce es desconcierto y derrotas repetidas. Todo lo perdimos en este segundo campeonato del año, hasta la motivación de nuestra plantilla.

Cuando no hay un adalid en el banco y cuando no se observan procesos, lo mejor es el cambio de timonel. Juan  José Peláez tardó en entenderlo.

 

RELEVO
No se si los recientemente vinculados hermanos Rescalvo asumirán de manera interina la dirección técnica del DIM, pienso que así  va a ser.  Sin embargo  me agradaría que  dicha gestión se encomendara, también hasta la finalización del campeonato,  al exjugador David Montoya, quien ahora  trabaja con las divisiones inferiores.

Solo me resta reiterar,  que al técnico Peláez le quedó demasiado grande este reto. Nos llevó al fracaso total.


Posdata. El DIM genera mucho dolor. Sabemos que tenemos una nómina que, no obstante sus deficiencias, está en condiciones de ofrecer mucho más que el  magro espectáculo que hoy brinda. Insisto en que su recurso humano no fue canalizado  con eficiencia por parte del cuerpo técnico.

También  genera desconcierto y desazón, por cuanto somos sabedores de  los fallos  en dirección técnica pero, igualmente, de los múltiples desaciertos directivos que, de un manotazo, acabaron con todo lo que se construyó desde el 2014. Hoy el equipo necesita un giro de 180º tanto en el plano administrativo como en el deportivo. Así como vamos, vamos demasiado mal.
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