Capsulas de Carreño

Otro sueño que se rompió (María Victoria Zapata B.)

MARIA-VICTORIA-ZAPATAPor María Victoria Zapata B.

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*Ayer quedó truncado el sueño rojo y hoy  amanecimos con el corazón   saturado  de amargura,  de frustración y  de decepción.
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Y se rompió por el cúmulo de errores cometidos, desde la confección misma de la nómina inicial, que dejó por fuera a Fabio Burbano e incluyó sorpresivamente  al  delantero  Félix Micolta un jugador que nunca hizo méritos para para ser titular  y que , además, tampoco justificó su  vinculación al DIM.

 

Se rompió por el olvido del fútbol,  de la inteligencia, de la agresividad,  de la presión, de  la intención de ataque y  de la posesión del balón  en el partido definitivo. 

Se rompió porque dejamos en el camerino las sociedades, las fortalezas individuales,  las ideas, la seguridad en el arco,  la solidez en la defensa,  la capacidad de recuperación y armado en el medio campo y la llegada y definición.

Se rompió porque no tuvimos en cuenta la velocidad de Yimmi Chará, la  brillantez  con la que discurrió  Alexánder   Mejía-  figura de la cancha en el clásico Nº 288- la  peligrosidad del goleador Jefferson Duque,  ni toda la estrategia nacionalista  en mitad en campo, que  anuló por igual defensa y ataque rojos.

Se nos rompió  porque no hay   disculpa  a  tantas equivocaciones   cometidas  en  el banco y en la gramilla por igual,  ni minimiza la superioridad de un Atlético Nacional que nos  doblegó tácticamente  desde el primer minuto de juego.

Se nos rompió porque  mutamos totalmente. Porque elegimos meternos atrás en vez de presionar por toda la cancha. Porque  cambiamos dinamismo por pasividad, coraje por miedo, vocación de ataque por tácticas defensivas, ambición por conformismo y  preponderancia   por  inferioridad.

Se  no rompió porque, desde el pitazo inicial, se nos extravió el balón y  carecimos de  argumentos  y de  agallas para buscarlo.  Porque tanto en el primer tiempo como en el complemento,  fue Atlético  Nacional el dueño absoluto de la esférica, de los espacios, de los goles  y del partido.

Se rompió porque,   en el  compromiso  crucial,  fallamos táctica y estratégicamente; individual y colectivamente.  Porque cometimos errores  a granel y, fundamentalmente, porque ayer nos faltó la jerarquía que nos sobró en el primer juego de la  semifinal.

Se nos rompió porque  el ímpetu, el talento  y la táctica   se materializaron en  noventa minutos de superioridad verdes, en dos  anotaciones  y  en un triunfo sin discusión de nuestro eterno rival de plaza, el Atlético Nacional,  que nos rebasó hombre a hombre, línea a línea y también desde el banco. Nos derrotó y eliminó con suficiencia y, sobre todo, con inteligencia.

Ayer quedó truncado el sueño rojo y hoy  amanecimos con el corazón   saturado  de amargura,  de frustración y  de decepción.

No queda más que decir de este juego y de esta  dolorosa eliminación.

[María Victoria Zapata B.]

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