Capsulas de Carreño

Quedamos como cuando el agua se escapa entre los dedos

BARRANQUILLA. James Rodríguez celebra su gol con frenesí, el que abrió el marcador, en una jornada de rendimiento sobresaliente para el «10» que volvió a ser muy parecido al de sus mejores momentos. Foto FCF.

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Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnista Cápsulas.

 

Pareciera que el Metropolitano se ensanchara cuando juega Colombia, y mucho más en esta oportunidad, que lució repleto debido al contendor de campanillas como lo es la selección de Uruguay, dirigido por el técnico Bielsa, que mucho sabe de esta materia, y que vive su propio partido con manifestaciones propias de película de suspenso.

 

La alegría inicial rondó por parte de los niños que llevaban las diferentes banderas, emocionados por rosarle la pantaloneta a James y demás integrantes de nuestra selección. Los actos protocolarios incluyeron la presencia del jugador 33, alineado en ambos equipos, por tratarse de los grados de temperatura que marcaba el termómetro, condición calórica que le tiene sin cuidado al técnico Néstor Lorenzo, quien no obstante viste de saco; lo que lo convierte en un “axiliado” del buen olor. Vayan viendo.

 

El árbitro chileno Piero Maza, debutante en este torneo, apura la iniciación del juego. Colombia sale a proponer y los charrúas tampoco se quedan cruzados de pies. Muy temprano Vargas se gana la amarilla por falta a Núñez. Un remate desviado de Matheus a los 15 minutos, es respondido por Uruguay que permite el lucimiento de Vargas.

 

Riposta Colombia con remate de James que también sale desviado; Facundo, pero no Cabral, es el encargado enseguida de ir agrandando la figura de Vargas, que a estas alturas se comporta como un pulpo, alargando sus manos y sus pies para defender su guarida.

 

Minuto 35, jugada de Arias por su punta, excelente trabajo el del hijo pródigo, hace el centro que le llega a James, quien baja el balón con la derecha y patea con la zurda para vencer a Mele y decretar el primero para Colombia. James corre a la pista atlética, abre sus brazos y expone su humanidad a la tribuna, como queriendo decir, aquí estoy yo. Al minuto 42 Sir Díaz pudo aumentar la ventaja, pero una pierna salvadora uruguaya le dijo not mister. Termina el primer tiempo, con dominio alterno y el triunfo parcial para Colombia. Momento ideal para que rumbe la cerveza en la tribuna y las rosquitas en El Retiro.

 

Comienza el segundo tiempo con dos cambios en las toldas uruguayas. En Colombia los mismos once, pero embuchados por la hidratación, porque a los 2 minutos de haberse iniciado, se produce el cobro de un tiro de esquina, para que Olivera, uno de los recién llegados, y sin nadie que le respire en la nuca, marque de cabeza y empate el partido.

 

Debieron transcurrir 10 minutos para que Matheus, en una jugada con mucha técnica, marque el segundo, gol revisado por el VAR por posible mano de James, que permitió que el balón le llegara al anotador, pero la anotación se validó.

 

Ese segundo gol les cae a los nuestros como una refrescante caricia facial con agua de Florida Murrai, lo que origina llegadas con riesgo para el arco de Mele, al punto que en 5 minutos son dos los tiros que devuelven el paral y el travesaño, el primero de James y el segundo de Arias; y eso pues sin contar la descolgada de Sir Díaz que termina en un globo, pero de 10 pliegos, porque se eleva.

 

No ha de faltar el bendito pero, que llega al minuto 85. Falta innecesaria de Colombia en la mitad del campo, cobran los uruguayos y nos cogen con los pantalones a lo Mockus, por lo que Vargas sale obligado a conjurar la llegada del jugador charrúa,  le comete falta que da para tarjeta amarilla, y como era la segunda, la roja se viene pegada. No obstante, Vargas sale en medio de los aplausos por ser la figura indiscutible del partido. Arias  se retira para darle el cupo al portero Montero. El penal es cobrado por Núñez,  potente y al ángulo, para empatar el partido.

 

En los últimos minutos, tanto Colombia como  Uruguay tuvieron oportunidad de ganar, en ellos el balón sale por centímetros, y en el nuestro cabezazo de Davinson que tapa Meli.

 

Así es la vida, todo estaba dado para el triunfo de nuestra selección, triunfo que se necesitaba por ser un rival directo, pero en el momento de la verdad faltó el gritón que advirtiera la soledad total en la parte de atrás, bien fuera un jugador o el mismo técnico; tal como lo hace el profesor Alfredo Arias en los partidos del Medellín, quien se vuelve un ocho para advertirles a los jugadores que están “descobijados”.

 

Este martes nos veremos las caras con los ecuatorianos, con quienes tenemos que saldar una deuda de seis goles, que la verdad sea dicha, fue propiciada por nosotros mismos.

 

Mejor dicho, en este partido quedamos como cuando el agua se nos escapa entre los dedos.

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Un comentario

  1. Roberto Usme Motta

    13 octubre, 2023 at 11:45 am

    Dos puntos perdidos en Barranquilla
    Sr Londoño, mis respetos. Se perdieron 2 puntos en Barranquilla y se crea la obligación de sumar en el próximo partido. Ecuador tiene que cuadrar caja con los 3 puntos menos conque entró en esta eliminatoria y lo está haciendo. De 10 equipos clasifican 6 y un repechaje? Que sinvergüenzada.
    Roberto Usme Motta

    Hincha de DIM
    Envigado

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