Capsulas de Carreño

Tres puntos … suspensivos… Por Jorge Iván Londoño M.

Por Jorge Iván Londoño M.

 

*Algo les pasa a los jugadores, ya el técnico habla de la parte mental, lo que nos pone a la par, porque la de nosotros los hinchas pasa por la parte cardiovascular.

Fueron tres puntos pero suspensivos, porque sigue la incertidumbre que produce el juego de Nacional. Juego Indescifrable, en el que se pasa de una pared de mármol a una mala entrega que genera el contragolpe letal en algunos casos, o la escapada milagrosa tal como sucedió contra los petroleros. ¿Y el corazón? bien gracias.

El juego de nuestro equipo amado, (en las buenas y en las otras, tal como debe ser, o sino que lo diga Mónica, nuestra columnista verdolaga estrella de Cápsulas) cada semana se convierte en una prueba de esfuerzo nuclear, es decir con medicamento, para detectar cómo está funcionando nuestra presa mayor (el corazón). Por ahora, y gracias al Altísimo, todo va bien. Esta prueba semanal me ha permitido cambiar a mi cardiólogo Escobar por el doctor “BerNAL”

No se entiende por qué en cada partido se repiten los mismos errores. Miremos ejemplos. En el partido que nos ocupa, los primeros dos cobros hechos por Cepellini, uno por falta y otro por tiro de esquina, no alcanzaron a llegar al área. Algunos de los centros hechos por Helibelton y por Machado cayeron sobre los puestos de frutas.

Antes nos dábamos el lujo de llegar diez veces al arco contrario y de esas la mitad con opción de gol,  pero en los tres últimos partidos esa cuota la hemos rebajado considerablemente y por ende las opciones de gol; miremos: dos contra Tolima, una contra el Pasto y tres contra Alianza,  lo que se traduce en una producción de dos goles en tres partidos.

Cuando el técnico Autuori se atreve (casi siempre en el minuto 75) y pone dos creativos, el equipo pone carita feliz con una sonrisa de oreja a oreja, o sino que tal el cambio cuando entran Juan Pablo y Aldo Leao, quienes esta vez sí le aportaron alguito más al equipo. Ahora que menciono al técnico, por favor profesor, usted también juega, usted también participa en el partido, no se siente en el banco a poner cara de asombro y a mirar inerme entre los dedos.

Párese en la raya, y haga valer lo que eso significa, gesticule, hable, hágase sentir, que los muchachos vivan su presencia; si ellos no lo ven pasa lo mismo que cuando en la clase el profesor se ausenta y ahí mismo comienza la guachafita y la tiradera de tiza….cuando menos.

Bueno, ya pasó el susto, sumamos tres puntos que en el total nos arriman a los diez y ocho. Seguimos metidos en el remolino de la mitad de la tabla de posiciones, pero para desazón nuestra siguen los puntos suspensivos, los interrogantes y las dudas sobre el juego desplegado.

Algo les pasa a los jugadores, ya el técnico habla de la parte mental, lo que nos pone a la par, porque la de nosotros los hinchas pasa por la parte cardiovascular.

Por fortuna Duarte nos abrió la boca para vociferar ese gol, precedido de una excelente jugada colectiva. ¡Ufffff!

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