Capsulas de Carreño

¡UFF! …. La clasificación de Nacional (JIL)

Caras Verdes, caras felices después de la sufrida clasificación. Foto Comunicaciones Atlético Nacional.


¡UFF!

Por Jorge Iván Londoño M.

¡Uff! fue la expresión de alivio que todos expresamos cuando el cuestionado árbitro, que nada tiene de vista de lince, pitó la finalización del partido que por 3 horas metió a Nacional entre los ocho, porque a las 8 de la noche estábamos haciendo parte del complicado grupo B, compartiendo estrellato con Cali, Tolima y Junior. Pero bueno, eso era lo que queríamos, ¿O no?

Este trascendental partido, precedido por todo tipo de comentarios, de críticas, de alientos, de cartas abiertas, de súplicas de cambio y de arengas, entre ellas a poner los de la yema roja, nos pasó de las mil revoluciones que tiene cualquier domingo, a la zona roja de las cinco mil, eso pues sin darle trascendencia al terrorismo verbal del técnico (?) de Santa Fe y algunos jugadores, en una actitud nada propia de cardenales. Bueno, al fin y al cabo ellos se jugaban la única opción a la que podían aspirar, el honor de eliminarnos.

A medida que se desarrollaba el partido la boca se iba secando porque no llegaba el anhelado gol que le diera tranquilidad y soltura al trámite verdolaga, y mucho más cuando Bocanegra, en un acto suicida de malabarismo de circo sin malla protectora, pierde el balón por la presión de  Seijas (¡Ay Dios!) quien luego de dejarlo atrás dispara al arco para que milagrosamente Cuadrado nos salve por segunda vez del gol cardenal, gol que hubiera sido funesto. No charles tan pesado hombre Daniel.

Menos mal el momento cumbre, autoría de Barcos,  llegó cuando ya estaban abriendo las puertas de los camerinos para el descanso del entretiempo. Descanso que no solamente fue para los jugadores sino para los hinchas, que extenuados de espíritu aprovechamos para un tintico cargado.

A los 15 minutos del segundo tiempo Vladimir se mete la mano al bolsillo y saca tremendo gol para afianzar el marcador, que pudo ser mayor si Barcos, minuticos después, no pierde la magistral habilitación que le hace Vladimir.

Luego viene la fina atención que el árbitro les da a los santafereños, la cual los motiva para irse en busca del empate, que no logran gracias al buen trabajo de Cuadrado en unas y la mala puntería en otras. La arremetida cardenal la propició en parte a que Nacional terminó jugando con diez, debido a la entrada del “indio” Ramírez por Ceppelini. Señor Autuori, no le queda bien fungir de cardiólogo, porque tampoco lo hace bien.

Ahora hacemos parte del cuadrangular de los encopetados. Todos  partiendo de cero, todos con sus defectos, irregularidades y virtudes, ya no tenemos Rionegros y Envigados que nos dañen el caminado, tendremos al frente a pijaos, azucareros y tiburones.

Se nos cumplió la ilusión de estar en las finales, afianzados en que la esperanza es verde.

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