Capsulas de Carreño

Uruguay festeja y Panamá llora

Los uruguayos, como es natural, celebran el triunfo 3×1 logrado anoche (23) ante Panamá en el inicio del Grupo C de la ‘Conmebol Copa América USA 2024’.

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POR WILLIAMS VIERA desde USA.

 

 

 

En un partido animado en el que Uruguay y Panamá tuvieron momentos de ataque, el dos veces campeón del mundo y el que ostenta 15 galardones del torneo más antiguo del mundo entre selecciones festejó, en tres ocasiones y el mismo se puede resumir en pocas palabras.

Los uruguayos empezaron ganando a los 16’ gracias a un golazo de Maximiliano Araujo contra los canaleros luego de disparar fuerte y arriba del arco defendido por Orlando Mosquera que solo se quedó viendo la trayectoria de la pelota para el 1-0 y desde ese momento todas las explicaciones de lo que aconteció en la gramilla del ‘Hard Rock Stadium’, en Miami, parecía que sobraban.

EL ESPEJO…

Panamá tuvo un fútbol agradable y compacto en la forma defensiva con el 5-4-1 que se ha convertido en sinónimo bajo el mando de Thomas Christiansen, pero la mínima diferencia en contra lo empujó hacia adelante, pero los charrúas insistían e insistían en buscar un triunfo convincente para alegrar a sus 3.4 millones de habitantes mientras los 4.4 millones de los canaleros se comían las uñas con cada ataque rival como ocurrió a los 19’ cuando Darwin Núñez dio muestras de su habilidad para girar rápido y disparar con potencia hacia la portería de Mosquera.

Si se mira por el espejo retrovisor de este encuentro se tiene que a los 20’, los dirigidos por el técnico argentino Marcelo Bielsa, con una diferencia de segundos, les creó a los panameños una especie de pandemónium cuando tuvo tres oportunidades de gol, pero cada una de ellas fue salvada por un defensa en el último momento cuando los aficionados se alistaban para celebrar, pero después se llevaban las manos a la cabeza y miraban hacia el cielo, buscando una respuesta al más allá; pero la respuesta estaba ahí, en la portería panameña que tenía a un Mosquera que realizaba, si era necesario, una fantástica parada como sucedió, a los 29’, con un remate de volea, a quemarropa, de Núñez, quien dijo: “No sé cómo lo hizo”.

Y AL FINAL…

El resultado final es un valor grande para el equipo que tuvo las oportunidades, pero solo convirtió tres y ya se sabe que, si se quiere llegar hasta el último partido de los 32 programados, en cada contienda se debe cimentar y Uruguay, en esta ocasión, hizo lo justo y en los últimos 5’ anotó por intermedio de Núñez, quien, ¡finalmente consiguió su objetivo! Araujo, autor del primer gol, cabeceó la pelota y el jugador del Liverpool remató de volea para el 2-0, pero antes de la confirmación del tanto, la jugada fue revisada por el VAR.

Y como Uruguay tuvo ráfagas de inspiración y de fervor, consiguió el tercero a través del defensa Matías Viña, a los 90+1’, al golpear la pelota con la cabeza luego de la ejecución de un tiro libre desde un costado por el volante Diego de la Cruz.

Sin embargo, el tanto de la honrilla lo consiguió, en maniobra individual, Michael Murillo a los 90+4’ luego de aprovechar que los uruguayos se quedaron dormidos por lo que el defensa panameño que juega en el Olimpique de Marsella en la Ligue 1 de Francia, golpeó el útil con efecto con lo que superó al arquero Sergio Rochet, quien no lo esperaba en el segundo palo.

En este párrafo final hay que puntualizar que Uruguay con Bielsa es uno cuando tiene la pelota por jugar un 4-2-3-1 que ataca y otro muy distinto cuando la pierde y es atacado.

Panamá antes del partido con Uruguay. Para los canaleros su selección hizo una buena presentación a pesar del 3-1 en contra.

LAS QUEJAS

   Una de las quejas que se escuchan durante los partidos que se han disputado y en los que no se han registrado asistencias plenas, es que se ven asientos vacíos.

La prensa estadounidense ha puntualizado que quienes han viajado han creado una atmosfera fabulosa y de bienestar, pero la ambición de los organizadores de tener tribunas llenas como las del ‘Hard Rock Stadium’, con capacidad para 65.000 espectadores, era una locura y más en una zona tan costosa como es Miami.

Es una pena ver un estadio con claros en las graderías y es decepcionante por ser escenarios muy grandes y en los que se han invertido millones de dólares. Lo ideal, por ejemplo, que el partido Uruguay-Panama se hubiese programado en un estadio de menor dimensión como los que se juegan en la programación de la MLS.

Lo anterior es una lección para la Copa Mundial de Clubes de la FIFA-2025 y también para la candidatura de Estados Unidos a la Copa Mundial Femenina 2031.

Otro asunto. Parecía funcionar en 1994, cuando se colocó césped natural en el ‘Poniac Silverdome’ para la Copa del Mundo. ¿Ha retrocedido la tecnología del césped? ¿Son los jugadores más exigentes en este tiempo? ¿O los poderes fácticos no están dedicando suficiente tiempo a sus esfuerzos agrícolas? Seguiremos en este tema…

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