Capsulas de Carreño

0 – 3 CON URUGUAY. COLOMBIA…NADA !!! (Wbeimar Muñoz Ceballos)

MONTEVIDEO. Uruguay ganó bien. Fue superior en las dos áreas. Gobernó la pelota, porque le dio mejores trazos. En los físico fue más rápido y anticipante en toda la cancha, ganando los duelos en defensa, ataque y transiciones. Foto AFP /Página Conmebol

MONTEVIDEO. Uruguay ganó bien. Fue superior en las dos áreas. Gobernó la pelota, porque le dio mejores trazos. En los físico fue más rápido y anticipante en toda la cancha, ganando los duelos en defensa, ataque y transiciones. Foto AFP /Página Conmebol

 

Por:  Wbeimar  Muñoz  Ceballos
ZZZZZZZZZZZZWbeimar Muñoz (25)

Nada en defensa, nada en el medio y en ataque apenas un cabezazo de Jeison en el palo, durante los noventa minutos de la contienda.   Una noche en el Centenario de Montevideo, con más enredos que brillo y con la ilusión de millones de colombianos derribada como un castillo de naipes.  Una clásica ’’colombianada’’, que estábamos lejos de imaginar.

Sin jugar un gran partido frente a Perú, la selección ganó 2-0.  Bien sabemos que un resultado favorable, muchas veces maquilla los defectos.  Sin embargo en ésta segunda salida de las eliminatorias al Mundial, quedaron al desnudo muchos problemas, que llevan a la conclusión de que la victoria charrúa es inobjetable y merecida.   La tricolor superada en todas las fases de juego, no encontró respuestas ni del técnico ni de los jugadores, ni en lo individual ni en lo cooperativo.

Se sabía que Uruguay era un equipo fuerte en el juego aéreo y lo comprobó con tres cabezazos en el primer período ( uno de Stuani y dos de Godín), pero Colombia le dejó levantar la pelota desde los costados, por falta de doblajes eficientes en el marcaje.   A los 34’ en un tiro de esquina cobrado por Sánchez saltó Edwin y su frente saludó a la noche, pero no al balón.  Se perdió la referencia de DIEGO GODÍN y el zaguero celebró el 1-0.  En el arco de Muslera, entre tanto, se podía cantar ‘’Noche de paz’’.   La guerra avisada, mató a los soldados de la retaguardia.

A los 5’ del segundo tiempo, Lodeiro cruzó un pase hacia ROLÁN.  Saltó  Arias, quien tampoco hizo contacto con la pelota…simplemente se abrazó con el viento.  A espalda del lateral, ROLÁN  le hizo un arabesco de vaselina a Ospina y el 2-0 hizo sacudir los cimientos del estadio.   A partir de allí, Colombia quedó en cuidados intensivos, porque se fue a atacar y regaló llanuras para el contragolpe, que aprovechó ABEL HERNÁNDEZ a 2’ del final, después de un saque de meta de Muslera y una peinada de Stuani.  El delantero disparó desde un ángulo imposible, después de eludir a Jeison y la jornada dibujó un paisaje celeste con el 3-0.

Perdió Colombia, porque no ha reencontrado su estilo de circulación de pelota.   En el segundo tiempo jugó con tres creativos : Macnelli, Edwin y Cuadrado.  Ni aquel, ni ese,  ni éste, pudieron aguantar el cuero  y cada presión colectiva del local, significó  la pérdida de la pelota por parte de la gente de Péckerman, quien se mostró tan confundido como el onceno que dirige.  Pocas  veces hubo más de dos  pases consecutivos, los balones largos eran dirigidos al rival y no al compañero y  en  las jugadas divididas contrastó la velocidad charrúa con la lentitud de Colombia y por eso siempre ganaron los del Río de la Plata.

Si los circuitos de fútbol se hacen caminando y la presión grupal para recuperar el balón es  a paso cansino, es lógico suponer que en todos los combates hombre a hombre, anticiparon los uruguayos.   La tricolor nunca tuvo amplitud de juego y por eso careció de profundidad.  No hubo jugadores con chispa y a medida que fue avanzando el partido, el juego colombiano se hizo previsible y sin sorpresa.   Llegar a la puerta de Muslera, se transformó en quimera.   Nunca Colombia dominó el juego, en una noche de más errores que aciertos, de más sombras que luces.

Desde el Mundial de Brasil, Colombia no encuentra finura con la pelota, porque ni James se la dio en la Copa América y ello obedece en gran parte a la lentitud de los posibles receptores y a que la movilidad en función de desmarcación, no es constante.  Nuestro combinado estuvo más preocupado de marcar al comienzo ( 11 faltas por 7 uruguayas en los 45’ iniciales)  y de pegar al final, que de jugar.   Pegó Edwin quien es un hombre llamado a generar fútbol y pegó Cuadrado quien vió la roja.   Es decir : jugamos al revés.   Nos descompusimos.

Uruguay ganó bien.   Fue superior en las dos áreas.   Gobernó la pelota, porque le dio mejores trazos.  En los físico fue más rápido y anticipante en toda la cancha, ganando los duelos en defensa, ataque y transiciones.  Cerró mejor los espacios atrás y los supo abrir arriba, que fue lo que justamente no hizo Colombia.   El primero siempre estuvo ordenado y el segundo no.   Péckerman situó a Macnelli a 50 metros del arco, lo que es inconcebible.    Otra vez cerró con Falcao, quien vive su propia angustia existencial.   Y prefirió darle más de media hora de fútbol a Castillo, relegando y maltratando una vez más a Jackson, seguramente porque es callado y su   vida solo muestra rasgos de humildad.

Por todo lo anterior, ésta vez las sombras de la noche, borraron hasta la bendición de Dios.

No les parece ???

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