- Acompañamiento rojo a David Loaiza (Cápsulas)
- Nacional estrenará defensa vs. Envigado
- ¿Por qué no juega Loaiza? Comunicado DIM
- Súper Copa Juvenil: Cúcuta 0 – Nacional 0
- Con Jaguares 0 – Junior 0 y victoria del Tolima, empezó la 15
- Nacional es un ascensor, Medellín en ascenso
- La calculadora del ‘Pelón’ Arias
- DIM también sonríe en Copa (Cápsulas)
- Palmeiras lo sufrió pero aguantó a Boca. Síntesis
- Síntesis Copa: Cúcuta 0 – DIM 1, Pons
A la hora del balance, una asignatura aplazada tres veces (María Victoria Zapata)
- Actualizado: 21 diciembre, 2015
Por María Victoria Zapata B.
———————————————
*Es un hecho que el DIM se derrumbó en momentos en que más compacto se debió mostrar.
———————————————-
Imposible desligar el segundo partido semifinal del presente campeonato, con aquellos en los que se disputaron los títulos del primer torneo del 2015 y del segundo del 2014.
Todavía producen amargura las finales con el Deportivo Cali- y también con Santa Fe hace un año, para ser más precisos- y la eliminación, en semifinales, ante Atlético Nacional. Y duelen, porque el muy pobre fútbol que mostró el DIM en estos juegos cruciales no solo no se correspondió con el comportamiento del equipo durante los últimos torneos sino porque, además, subestimó la importancia de dichos partidos y menospreció los objetivos institucionales de tres campeonatos consecutivos.
Son situaciones nada fáciles de asimilar e imposibles de desconocer a la hora de un balance. Tres hechos recurrentes, con un elevado grado de similitud y que obligan a un análisis a conciencia por parte de dirigencia, cuerpo técnico, jugadores y, por supuesto, hinchas del DIM.
Con Santa Fe
Bajo el mando del orientador Hernán Torres, Independiente Medellín terminó la fase clasificatoria con 30 puntos, uno menos que el líder, Santa Fe. Hizo parte del cuadrangular B con el Deportivo Cali, Águilas-(asentado en la ciudad de Pereira el año inmediatamente anterior, y Deportes Tolima. Con 11 puntos en dicha liguilla y erigido finalista con una fecha de anticipación, el DIM disputó el título con el cuadro cardenal.
El miércoles 17 de diciembre del 2014, en el juego de ida, en el Atanasio Girardot, se eclipsó la sexta estrella del Poderoso. De un dominio total y una anotación a favor (Germán Cano) al término del primer tiempo, Medellín se desdibujó, le entregó pelota y protagonismo a su rival que, en 3 minutos (67 y 70), le dio vuelta al marcador y se quedó con los tres puntos que no se defendieron con fútbol ni con actitud.
El empate a un gol en El Campín, cuatro días después, ratificó la aspiración y estrella santafereñas y la pasividad de un Deportivo Independiente Medellín nublado y carente de la jerarquía e inteligencia que se precisaban en los compromisos por la definición del título. Más que la no obtención del campeonato, dolió la manera tan pusilánime como el DIM abordó los dos juegos definitivos en el segundo torneo del 2014.
Se repitió el golpe, más fuerte aun
Y ocurrió justamente en la final del campeonato siguiente, seis meses después, primero en el estadio Palmaseca y, posteriormente, en el templo rojo, el Atanasio Girardot.
De un equipo con gran rendimiento en las primeras fechas del torneo y que, además, practicó un fútbol vistoso y efectivo, se pasó a un DIM apocado e inconexo, que resignó muchos puntos en condición de local y puso en entredicho hasta su permanencia en el grupo de los ocho. El relevo en el cuerpo técnico a dos fechas de la conclusión del torneo (HernánTorres- Darío Sierra por Leonel Álvarez- Luis Fernando Herrera) marcó el cierre de la fase clasificatoria, en la que la victoria 2-0 ante Envigado en el debut de Leonel Álvarez, aseguró el tiquete.
Con un sistema de eliminación directa entre los clasificados, el DIM enfrentó en su primera llave al Atlético Junior, con el que empató, 2-2, en el Metropolitano. La presencia de cuatro extranjeros en el terreno de juego por parte del cuadro local, le dio la victoria, 3-0, al DIM en el escritorio. El triunfo del DIM, 1-0, en el partido de vuelta, en el Atanasio Girardot, lo llevó a la fase semifinal, en la que empató sin goles con Deportes Tolima en Techo y lo derrotó, 3-1, en Medellín, en un compromiso lleno de dramatismo, buen fútbol y entrega.
La final, con un Deportivo Cali caracterizado por la juventud de su nómina, extraída de sus divisiones inferiores, presentó demasiadas similitudes con los juegos disputados con Independiente Santa Fe seis meses atrás. Una historia repetida para un DIM sin fútbol, sin sentido de pertenencia y sin ambiciones, que desmentía por completo a ese otro equipo rojo que eliminara con todos los méritos al aguerrido onceno pijao, fue incapaz de hacer frente al impetuoso cuadro azucarero que lo derrotó, con justicia, 1-0, en Palmaseca.
Y cuando todos pensábamos que el Medellín haría uso de su condición de local y emplearía sus argumentos deportivos y motivacionales en busca de la remontada que lo llevara a alzar orgulloso la copa, amargamente nos encontramos con un equipo apático y plano, al que solo le alcanzó su magro fútbol y su escasa actitud para un 1-1 que le negó, nuevamente, la anhelada sexta estrella. Un golpe durísimo, que aun lacera el alma.
Y una vez más, nos quedamos sin fútbol, sin actitud y sin ilusión
No obstante el bache en el que cayó en mitad del torneo, el DIM recobró su fútbol y concluyó la fase clasificatoria con inmejorable curva ascendente, recuperación que se materializó con la doble victoria al sorprendente Alianza Petrolera, 2-0, en el estadio Daniel Villa Zapata de Barrancabermeja y 4-0 en el Atanasio Girardot.
El primer compromiso de la fase semifinal ante Atlético Nacional , y en el mejor partido jugado por el DIM en el torneo, el triunfo 1-0 a su tradicional rival de plaza y, fundamentalmente, el fútbol, la inteligencia y la jerarquía exhibidos en esos noventa minutos de juego, se constituyeron en una invitación al sueño y a la ilusión pero…
Tal como ocurriera con Santa Fe y con el Cali, el DIM se desmoronó en su fútbol, en su estado de ánimo y en su combatividad. Dejó en el camerino todas sus fortalezas deportivas y mentales, con su pasividad renunció a la lucha por el paso a la final e inexplicablemente perdió su rumbo en un momento crucial del campeonato.
¿Más mental que físico?
Ni la demostrada incapacidad del DIM en el cobro de las penas máximas, su nómina (reducida en algunos sectores y posiciones), su poca efectividad en los pórticos contrarios ni las graves y prolongadas lesiones de jugadores vitales como Elacio Córdoba, Luis Carlos Arias o John Edison Hernández, justifican o esclarecen el desmoronamiento del Deportivo Independiente Medellín en las dos finales anteriores ni en la fase semifinal de la recientemente concluida Liga Águila II del 2015. Tampoco tiene que ver con largos procesos ni con la ausencia ( o presencia) de rutilantes figuras en onceno inicial por cuanto al equipo lo aniquiló su “pobreza” mental.
Al margen de la calidad de los contendores mencionados (Santa Fe, Cali y Nacional), cuyos méritos no son objeto de discusión, los por que se centran en esa película rebobinada durante tres torneos consecutivos, en esos penosos capítulos en los que el comportamiento motivacional y futbolístico del DIM nos dejó tantos sinsabores y en la paupérrima predisposición anímica y deportiva del DIM en juegos tan trascendentales como los citados.
Es un hecho que el DIM se derrumbó en momentos en que más compacto se debió mostrar. Que mutó el coraje por cobardía, que cambió acometividad por pasividad y que esa caída de su fortaleza mental arrasó también con su vigor futbolístico. Como no preguntarse, entonces ¿Por qué esa debilidad mental del DIM justamente cuando más fuerza se requiere?¿Qué esta fallando en este aspecto? ¿Cómo corregirlo? ¿Por qué ese miedo de llegar a la meta?
Un tema imposible de omitir en el balance 2015 y varios interrogantes para dirigentes, cuerpo técnico y jugadores rojos.
[María Victoria Zapata B.]
10 comentarios