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Ante Boyacá-Chicó: noche de errores y despilfarros.
- Actualizado: 29 agosto, 2023
Por María Victoria Zapata B.
Columnista Cápsulas.
*Ojalá los yerros de estos últimos juegos sirvan de experiencia y aprendizaje y le permitan al orientador aplicar correctivos.
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Muy pobre fue el fútbol del DIM anoche, en su partido de la octava fecha, ante Boyacá-Chicó, en el estadio Atanasio Girardot. Y también muchos cuestionamientos tras el 1-1 que dejó un amargo sabor a derrota en la hinchada roja.
En un partido que esperábamos se reafirmaran algunas fortalezas y se corrigieran algunos fallos recurrentes y suficientemente identificados, peor no pudo ser la presentación del Equipo del Pueblo. Nada se reafirmó, nada se corrigió y el cuadro rojo jugó su peor partido en la era Arias.
Para empezar, el fútbol del DIM solamente “aguantó” hasta el minuto 18, cuando el autogol del zaguero Elkin Mosquera puso la pizarra 1-0 a favor del DIM. Desorden táctico, juego retrasado y un ataque esporádico caracterizaron el juego de Independiente Medellín después del gol.
La igualdad, al minuto 40 y en una de las escasas llegadas del onceno boyacense, tuvo responsabilidad compartida entre arquero Chunga – que soltó el balón- y defensores del DIM.
Al término del período inicial ya preocupaban el fútbol rojo lo mismo que la inoperancia del medio campo con un Moreno desconectado y un Torres con un bajísimo nivel, el empate a un gol y los protuberantes yerros en definición del delantero Brayan León, que se registraron en los minutos 10 y 45.
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El período complementario trajo consigo más inquietudes… y más equivocaciones… Como era de esperarse, Boyacá-Chicó se reagrupó en zona defensiva y cuidó su empate, mientras el DIM intentó, de manera atropellada y desordenada , desnivelar nuevamente la pizarra.
Con escaso fútbol colectivo, un medio campo sin oficio, un gol anulado a Cetré (al minuto 50 por fuera de lugar), un Medellín caótico, las primeras sustituciones en el DIM ( Torres y Moreno por Alvarado y Plata) y dos desperdicios más por parte de Brayan León (en los minutos 47 y 55) llegó la jugada del penal, una de las más polémicas del partido.
¿Por qué lo cobró Brayan León? Si algo exigía el partido en ese momento eran la seguridad, serenidad, efectividad y DEFINICIÓN, condiciones que León no ha mostrado desde su llegada al DIM… Tampoco en el Junior. ¿Por qué se pasó por encima de la autoridad del técnico Arias, que había determinado lo cobrara Cetré?, ¿Quién toma las decisiones en el terreno de juego, el técnico o los jugadores?
Después del penal malogrado y sus desafortunadas implicaciones, con las cinco sustituciones agotadas tras los ingresos de Yulián Gómez, Andrés Ibargüen y Léyser Chaverra, por Daniel Londoño, Brayan León y Deinner Quiñones, respectivamente, y el cronómetro en contra, el DIM no dio señales de cambio, pues continuó con su esterilidad en zona medular y atropellado en ataque.
Al minuto 90+3 se presentó la segunda acción polémica del partido, por la anotación de Léyser Chaverra, anulada por el juez central, Luis Delgado, después de una prolongada sucesión de diálogos y revisión de la pantalla Var. La decisión, según explicó, se tomó por la ubicación de Orejuela. ¿Por qué no se analizó la jugada completa ni se consideró la posición del zaguero boyacense que le cambió la trayectoria al balón después del remate de Chaverra?
Conclusiones.
Ante Boyacá-Chicó, el fútbol del DIM no superó la barrera de los 18 minutos. Después del autogol visitante, regaló balón y medio campo, se replegó, fue incapaz de contrarrestar la presión defensiva del Chicó, se olvidó de atacar y le dio vida al rival.
Inexplicable la ubicación de Diego Moreno como N° 10. Lució perdido, desubicado y sin aporte alguno en generación de juego ni en marca. Y También deplorable el nivel de juego de Daniel Torres, con la franja de capitán en la noche anterior. Ayer el técnico se demoró en ordenar los primeros relevos.
La falta de definición – o de confianza en sí mismo- de Brayan León es un problema crónico, que está afectando, como lo vimos anoche, el rendimiento del DIM en ataque. En partidos donde el acierto en un penal es determinante para el resultado, este tipo de cobros debe ejecutarlos quien se encuentre mejor preparado, deportiva y mentalmente. Y quien esté autorizado para ello. En el DIM no ocurrió lo uno ni lo otro.
El viernes, ante Águilas y ayer, ante Boyacá-Chicó, Independiente Medellín cayó en profundos baches y se notó el estancamiento del buen trabajo que se venía realizando con el técnico Alfredo Arias. Vimos muchos errores y quedamos con bastantes inquietudes y sinsabores. No hay que subestimar a ningún rival, no se pueden regalar puntos y no se deben desaprovechar las oportunidades de anotar las penas máximas. Tampoco es sano, bajo ningún aspecto, que la autoridad del cuerpo técnico quede en entredicho.
Ojalá los yerros y disgustos de estos últimos juegos sirvan de experiencia y aprendizaje y le permitan al orientador rojo aplicar los correctivos y enderezar el rumbo. La de ayer fue una noche de errores y despilfarros, una noche de frustraciones, una noche para olvidar.
[María Victoria Zapata B.]