Capsulas de Carreño

Ante Deportivo Táchira,  monólogo rojo… (opinión).

Salto alto de Maicol Balanta quien sigue negado con el arco pero altamente solidario con el grupo. Triunfo categórico y estimulante. Foto @DIM_oficial.

Por María Victoria Zapata B.
Columnista Cápsulas.

*Desde aquel 4-0 a Peñarol, el 28 de enero de 2009, también en el estadio Atanasio Girardot y en fase dos, el Deportivo Independiente Medellín  no  derrotaba por goleada a un rival en Copa Libertadores.

Muy frágil el onceno  venezolano y con múltiples  limitaciones que se pusieron en evidencia desde el comienzo mismo del partido, tras el cobro de penal  que convirtió el volante Javier Reina  y puso en ventaja al DIM  cuando apenas transcurrían  dos minutos de juego.

 

No obstante la obligación de adelantar líneas,  el cuadro tachirense  careció  de reacción  y  de argumentos ofensivos  y convirtió al  arquero Andrés Mosquera Marmolejo  en  un espectador más del partido.  Sin ideas y  pasivo en marca y en ataque,  fue incapaz de contrarrestar   tanto el trabajo colectivo rojo  como  la excelencia  futbolística de la  dupla Ricaurte- Reina en mitad de campo.  La anotación  de Larry Angulo, al minuto 22, y el golazo de Javier Reina, al 43,  no solo fueron previsibles sino efecto  de la abismal diferencia entre los dos contendores que anoche se enfrentaron en el Atanasio Girardot.

 

El 3-0 con el que concluyó el período inicial,  fue un marcador generoso para con el cuadro  de la ciudad de San Cristóbal.

 

Aunque Medellín le bajó un poco el ritmo al partido pero sin  dejar de hacer presencia en  el arco de José David  Contreras  especialmente a través del contragolpe,   el período complementario fue una réplica del primer tiempo:  Dominio en todos los sectores del campo,  incluyendo las bandas, inspiración de la sociedad Reina-Ricaurte,  entrega, solidaridad  y un gol con el sello juvenil de Juan  Manuel Cuesta,  al minuto 70, quien  había relevado a Larry Angulo instantes atrás,  y envió al fondo de la red el primer balón que tocó, para  el 4-0  con el que concluyó el compromiso.

 

En cuanto al rival, el Deportivo Táchira, mostró debilidades a granel, las dos más notorias la carencia de estructura colectiva  y la incapacidad en el manejo del esférico.  Ambas  se reflejaron en sus profundas deficiencias en defensa, su pasividad en marca y  su insolvencia  en ataque. Su pobreza táctica y futbolística se manifestó durante los 90 minutos de juego.

 

UN TRÍO DE LUJO

Desde el debut del Deportivo Independiente Medellín en el campeonato del presente año,  han sobresalido  el trabajo, el talento y, muy especialmente,  el entendimiento  entre los dos volantes de armado, que hoy constituyen la piedra angular del fútbol rojo. Ante Deportivo Táchira  ratificaron  la trascendencia  de su vistosa y efectiva sociedad.

Si  a ellos se suma  la calidad y sacrificio de Adrián Arregui, quien anoche jugó retrasado  y cumplió además una destacada función  en zona defensiva, entre los centrales Cadavid y Murillo,  no nos queda más que concluir  que la zona de volantes del Equipo del Pueblo es una fortaleza y un lujo. Fútbol, talento, transpiración y goles.

 

Llama la atención, igualmente,  la labor de Juan Fernando  Caicedo, un jugador sinónimo de sacrificio y entrega.  No es centro delantero ni goleador, lo reitero, pero  arrastra marca, abre espacios y es vital  en el andamiaje del equipo.

 

DOS GRANDES RETOS PARA EL TÉCNICO.

Nunca deja de sorprendernos  el  técnico Aldo Antonio Bobadilla y ayer no fue la excepción. Parco  en sus declaraciones,  habla con  un fútbol  práctico y simple y, lo mejor, asociado.  Es  motivador  y caudillo  desde el banco. Ordena, orienta, aplaude,  impulsa  y transmite seguridad y confianza.  Su influencia se percibe por igual  en el  fútbol que despliega el equipo,  en el estado de ánimo de los jugadores y en una tribuna que se identifica con el espectáculo que le brinda  el DIM.

 

Hoy  Bobadilla enfrenta dos  grandes  compromisos  con el Deportivo Independiente Medellín: Copa  y Liga.

 

Aunque el  4-0 a Deportivo Táchira  es  holgado y  esperanzador, hay que refrendarlo el martes próximo en el  Polideportivo de Pueblo Nuevo, en San Cristóbal.  Tampoco  perder de vista  el campeonato  colombiano,  más exigente aun en el presente año, y con un nuevo compromiso para el DIM  dentro  dos días ante  el boyacense  Patriotas.

Muy a  pesar de la mejoría que ya se observa en el rendimiento de algunos jugadores  que iniciaron el año con un precario nivel,  como Larry Angulo y Maicol Balanta,  o en la tranquilidad que  generan  el  consolidado estilo de  fútbol  asociado y ofensivo y  el poderoso tridente de mitad de campo –Arregui, Ricaurte y Reina-   no se pueden desconocer la cortedad de la nómina ni las dificultades con la suplencia.

En consecuencia,  el desafío es mucho mayor para el  timonel del DIM.  Por ello, y sin importar que tan grande sea el reto,  los hinchas  respaldamos  a ese gran Aldo que  en buena hora  volvió  al equipo  del cual  hizo parte, como  arquero,  en aquella otrora goleada roja, a Peñarol,  en el año 2009.

 

Finalmente, es gratificante iniciar con pie derecho  y con  un  4-0  la participación en Copa Libertadores.  El de ayer fue un triunfo categórico y estimulante.
[María Victoria Zapata B.]

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