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Ante Deportivo Táchira, monólogo rojo… (opinión).
- Actualizado: 5 febrero, 2020

Salto alto de Maicol Balanta quien sigue negado con el arco pero altamente solidario con el grupo. Triunfo categórico y estimulante. Foto @DIM_oficial.
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Por María Victoria Zapata B.
Columnista Cápsulas.
*Desde aquel 4-0 a Peñarol, el 28 de enero de 2009, también en el estadio Atanasio Girardot y en fase dos, el Deportivo Independiente Medellín no derrotaba por goleada a un rival en Copa Libertadores.
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Muy frágil el onceno venezolano y con múltiples limitaciones que se pusieron en evidencia desde el comienzo mismo del partido, tras el cobro de penal que convirtió el volante Javier Reina y puso en ventaja al DIM cuando apenas transcurrían dos minutos de juego.
No obstante la obligación de adelantar líneas, el cuadro tachirense careció de reacción y de argumentos ofensivos y convirtió al arquero Andrés Mosquera Marmolejo en un espectador más del partido. Sin ideas y pasivo en marca y en ataque, fue incapaz de contrarrestar tanto el trabajo colectivo rojo como la excelencia futbolística de la dupla Ricaurte- Reina en mitad de campo. La anotación de Larry Angulo, al minuto 22, y el golazo de Javier Reina, al 43, no solo fueron previsibles sino efecto de la abismal diferencia entre los dos contendores que anoche se enfrentaron en el Atanasio Girardot.
El 3-0 con el que concluyó el período inicial, fue un marcador generoso para con el cuadro de la ciudad de San Cristóbal.
Aunque Medellín le bajó un poco el ritmo al partido pero sin dejar de hacer presencia en el arco de José David Contreras especialmente a través del contragolpe, el período complementario fue una réplica del primer tiempo: Dominio en todos los sectores del campo, incluyendo las bandas, inspiración de la sociedad Reina-Ricaurte, entrega, solidaridad y un gol con el sello juvenil de Juan Manuel Cuesta, al minuto 70, quien había relevado a Larry Angulo instantes atrás, y envió al fondo de la red el primer balón que tocó, para el 4-0 con el que concluyó el compromiso.
En cuanto al rival, el Deportivo Táchira, mostró debilidades a granel, las dos más notorias la carencia de estructura colectiva y la incapacidad en el manejo del esférico. Ambas se reflejaron en sus profundas deficiencias en defensa, su pasividad en marca y su insolvencia en ataque. Su pobreza táctica y futbolística se manifestó durante los 90 minutos de juego.
UN TRÍO DE LUJO
Desde el debut del Deportivo Independiente Medellín en el campeonato del presente año, han sobresalido el trabajo, el talento y, muy especialmente, el entendimiento entre los dos volantes de armado, que hoy constituyen la piedra angular del fútbol rojo. Ante Deportivo Táchira ratificaron la trascendencia de su vistosa y efectiva sociedad.
Si a ellos se suma la calidad y sacrificio de Adrián Arregui, quien anoche jugó retrasado y cumplió además una destacada función en zona defensiva, entre los centrales Cadavid y Murillo, no nos queda más que concluir que la zona de volantes del Equipo del Pueblo es una fortaleza y un lujo. Fútbol, talento, transpiración y goles.
Llama la atención, igualmente, la labor de Juan Fernando Caicedo, un jugador sinónimo de sacrificio y entrega. No es centro delantero ni goleador, lo reitero, pero arrastra marca, abre espacios y es vital en el andamiaje del equipo.
DOS GRANDES RETOS PARA EL TÉCNICO.
Nunca deja de sorprendernos el técnico Aldo Antonio Bobadilla y ayer no fue la excepción. Parco en sus declaraciones, habla con un fútbol práctico y simple y, lo mejor, asociado. Es motivador y caudillo desde el banco. Ordena, orienta, aplaude, impulsa y transmite seguridad y confianza. Su influencia se percibe por igual en el fútbol que despliega el equipo, en el estado de ánimo de los jugadores y en una tribuna que se identifica con el espectáculo que le brinda el DIM.
Hoy Bobadilla enfrenta dos grandes compromisos con el Deportivo Independiente Medellín: Copa y Liga.
Aunque el 4-0 a Deportivo Táchira es holgado y esperanzador, hay que refrendarlo el martes próximo en el Polideportivo de Pueblo Nuevo, en San Cristóbal. Tampoco perder de vista el campeonato colombiano, más exigente aun en el presente año, y con un nuevo compromiso para el DIM dentro dos días ante el boyacense Patriotas.
Muy a pesar de la mejoría que ya se observa en el rendimiento de algunos jugadores que iniciaron el año con un precario nivel, como Larry Angulo y Maicol Balanta, o en la tranquilidad que generan el consolidado estilo de fútbol asociado y ofensivo y el poderoso tridente de mitad de campo –Arregui, Ricaurte y Reina- no se pueden desconocer la cortedad de la nómina ni las dificultades con la suplencia.
En consecuencia, el desafío es mucho mayor para el timonel del DIM. Por ello, y sin importar que tan grande sea el reto, los hinchas respaldamos a ese gran Aldo que en buena hora volvió al equipo del cual hizo parte, como arquero, en aquella otrora goleada roja, a Peñarol, en el año 2009.
Finalmente, es gratificante iniciar con pie derecho y con un 4-0 la participación en Copa Libertadores. El de ayer fue un triunfo categórico y estimulante.
[María Victoria Zapata B.]
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