Capsulas de Carreño

Victoria con escaso fútbol

Por María Victoria Zapata B.

* Ante el Santa Fue fue un triunfo sin alegría, sin contundencia y, lo más inquietante, sin fútbol.

Un solo gol, de Germán Cano en cobro de pena máxima, al minuto 60, le entregó al DIM su primera victoria local en la temporada 2019.

A pesar de ello, el fútbol rojo continúa en un estado de decadencia imposible de ocultar. Juega mal el DIM,  sigue  confundido el técnico Octavio Zambrano. No dejamos de hacernos preguntas los  creyentes poderosos y, después de nueve fechas, casi la mitad del campeonato,  el panorama luce aun oscuro y sombrío para un equipo que aún no encuentra  su rumbo.

Aunque es muy difícil  hacer análisis de un partido tan atípico como el  de la novena fecha, ante Santa Fe, queda claro que el DIM es un equipo  carente de chispa, colectividad, fútbol  y orden táctico.  En medio del diluvio  que cayó sobre el Atanasio Girardot, y que  impidió el normal desarrollo del compromiso,  fue el cuadro cardenal  el que se adueñó del balón y manejó las acciones de los primeros 45 minutos de juego,  mostró alguna voluntad ofensiva  y exigió en tres oportunidades  al arquero David González. El fútbol poderoso, ese que se extravió hace rato ya,  no hizo su aparición ayer, en el período inicial y muy poco en los retrasados 45 finales, a pesar de su triunfo.

Tras la suspensión  y reanudación del partido, más de una hora después de la culminación del primer tiempo, y el ingreso y debut  del juvenil  volante Juan Manuel Cuesta, de 17 años,   Independiente Medellín mostró  una mejor disposición al ataque, en la que Leonardo Castro y el citado Cuesta fueron  los protagonistas en el arco de Banguera. Fue, sin embargo, una inexistente falta del zaguero  José Moya sobre Andrés Ricaurte, que el árbitro decretó como tiro penal, la que desequilibró el juego, al minuto 60, con el efectivo cobro de Germán Cano, para el único gol del partido y el  primer triunfo local del  DIM en el campeonato.

No obstante la consecución de  estos valiosos tres puntos, quedaron muchos sinsabores, lo mismo que preguntas sin respuestas en este partido pasado por agua.

– Así mejorara en los primeros minutos del período  complementario,  Medellín jugó mal ante Santa Fe. Desordenado, desconectado, acéfalo y sin un líder en la cancha. Se ganó y se sacó el arco en cero, pero el fútbol colectivo sigue sin aparecer. El DIM 2019 no tiene elaboración de juego, depende de algún chispazo y de acciones individuales. Así se hayan obtenido 7 puntos en los últimos tres juegos, no se observa una mejoría significativa en el equipo.

– Inexplicables dos de las tres sustituciones: cuando el DIM  presionaba y buscaba la segunda anotación, Larry Angulo relevó a Leonardo Castro (minuto 64) y Nicolás Palacios a William Arboleda (al 76). Hasta ahí llegaron la profundidad, las intenciones de gol y el poco orden mostrados por el DIM en el segundo tiempo.

– Dichas sustituciones nos plantean varios interrogantes: ¿Por qué razón insiste  el técnico del DIM con dos  volantes- Angulo y Palacios- cuyo nivel de juego no  les permite ni siquiera hacer parte del banco? ¿Por qué  no hubo delantero suplente en la lista de convocados? ¿Tiene algún sentido renunciar al ataque cuando se juega en condición de local? ¿Acaso no era mejor asegurar el partido con un segundo gol que replegarse y permitir la reacción cardenal, como en efecto ocurrió?

– También preocupa demasiado el bajo rendimiento de Andrés Ricaurte, que se encuentra a años luz de aquel cerebral jugador que viéramos en el torneo inmediatamente anterior. ¿por qué  ese descenso en su nivel de juego? Una pregunta similar se  aplica al caso Larry Angulo, distante de su rendimiento en el 2018.

– A pesar de su ansiedad, su ímpetu y su a veces desmedida velocidad, el Chacho Castro es fundamental en el ataque rojo. ¿Tiene sentido relevar a un delantero de sus características cuando se adolece de llegadas, de sorpresa y de gol? ¿Y tiene más sentido aún sustituirlo por un volante de marca, cuyo aporte al equipo es nulo?

En cuanto a los aspectos positivos, no cabe duda que esta segunda victoria en línea levanta la moral en el DIM, especialmente en la antesala del clásico ante Atlético Nacional.  Y para resaltar, la actitud de los jugadores pese a la pobreza futbolística del equipo el muy buen debut del juvenil Juan Manuel Cuesta, quien ingresó  en remplazo de Brayan Castrillón, al minuto 46.  Un jugador con temperamento,  ganas y  excelente pegada.

Finalmente,  no podemos dejar de lado las palabras del técnico Octavio Zambrano, referidas al atacante William Palacios, cuya vinculación al DIM se había dado a conocer de forma oficial el 1 de febrero pasado y que, según  palabras del propio orientador rojo antes del inicio del compromiso, ya  fue licenciado del equipo: «William no va a estar con nosotros. No se ajustó a la norma disciplinaria de Independiente Medellín. Yo mismo le ofrecí ayuda a William, porque para mí lo más importante es la persona”

Con sus antecedentes disciplinarios,  no sorprende para nada  su despido del Deportivo independiente Medellín. Lo que  sigue  sorprendiendo es el porqué de  su contratación.

En conclusión, ganó el DIM y  ascendió algunos escaños en la tabla de posiciones. Sin embargo la carencia de sociedades y  de sincronización   aumentan el  preocupante saldo en rojo. El de ayer fue un triunfo sin alegría, sin contundencia y, lo más inquietante, sin fútbol.

 

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