Capsulas de Carreño

Argentina clasificó con sudor

La TerceraLa Tercera, Chile

* Carlos Tévez terminó con la historia colombiana en la Copa América. El Apache definió a favor de la Albiceleste una dramática serie de penales.

A veces, el fútbol es justo. Y Argentina puede dar fe de aquello. Porque lo que no encontró Argentina en los 90 minutos ante Colombia, después de dominar todo el partido, lo abrazó en la definición a penales. La selección albiceleste se clasificó a semifinales tras imponerse a los cafeteros por 5-4, y quedó a la espera de lo que suceda en el choque entre Brasil y Paraguay.

Merecido lo de Argentina, que buscó y buscó imponerse en el tiempo regular ante un rival que no apareció, como en toda la Copa, en la estatura que se esperaba. Bien por Messi, que quiso demostrar que es el mejor del mundo cuando su selección más se lo pedía. Bien por el torneo, que mantiene con vida a un equipo competitivo y hambriento de título.

Arrancó mejor Argentina, aprovechando los espacios que dejaba el mediocampo cafetero. Por primera vez en el torneo se encontró con un rival que no se entró a defender, pero que además, no sabía qué hacer en la cancha. Colombia parecía un equipo sin memoria, pero sobre todo sin carácter.

La intención de Pekerman de sumar delanteros y volantes ofensivos, no dio resultados positivos, principalmente porque el equipo no tenía la pelota. Entonces, un equipo preparado más para atacar que para defender, no sabía correr detrás de la pelota, apropiada por los transandinos.

Lentamente, las ocasiones de riesgo se empezaron a suceder en el pórtico de David Ospina. Lo tuvo Pastores, después Rojo y luego Agüero. Demasiados avisos para Pekerman, que intentó enmendar el error mandando a la cancha a un volante, Cardona, por el  exasperante Teo Gutiérrez.

Pero aquello no sería suficiente para equiparar la brega. Ospina seguía siendo gran figura, regalando entre otras cosas una doble atajada sobre Agüero y Messi digna del mejor del mundo. Argentina aprovechaba cada error en la salida de Colombia para poner hombres en posición de ataque, pero como ha sido la tónica en la Copa, le costaba desequilibrar en el área.

Los 10 remates de Argentina en el primer tiempo contra ninguno de su rival era la mejor muestra de la enorme superioridad en el juego. Pero para desgracia de Messi y compañia, en el fútbol  sólo vale desnivelar en el marcador para ganar un partido.

Tanta farra comenzó a envenenar las piernas y sobre todo la cabeza de los transandinos. En el segundo tiempo desaparecieron las acciones de riesgo en el pórtco de Ospina y de pronto los fantasmas se posaron sobre Sausalito. Y cuando parecía que la maldición del arco colombiano se rompía, una mano milagrosa del compañero de Sánchez en Arsenal, el palo o el traveasaño le decían que no a los albicelestes.

Pero lo que no encontró en los 90’, sí Argentina lo pudo abrazar desde los 12 pasos. Y sigue con vida. Porque el fútbol a veces es justo.

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