Capsulas de Carreño

Bucaramanga 2- DIM 0.  Y seguimos sin clasificar. 

El mixto del DIM no respondió, los goles siguieron extraviados y el espíritu batallador y combativo del DIM tampoco  se vio por parte alguna en el gramado del Américo Montanini. Foto @DIM_Oficial.

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Por María Victoria Zapata B.
Columnista Cápsulas.
María Victoria Zapata, Dama Roja del comentario o simplemente Pola.

Después del juego con Fortaleza en el estadio Metropolitano de Techo, hace dos semanas, que concluyó 0-0, pensaba que ese había sido el peor partido del Deportivo Independiente Medellín en el presente campeonato.  Y me equivoqué. Porque  fue peor el de anoche, ante Atlético Bucaramanga en la capital santandereana,  que dejó como resultado un 0-2 muy amargo por la pobreza del cuadro rojo  para el segundo revés del DIM en Liga y un nuevo y preocupante aplazamiento de la clasificación a cuadrangulares.

Más mal no pudo jugar el Equipo del Pueblo en el Américo Montani. Con una nómina en su mayoría suplente debido a lesiones y/o sanciones de muchos de sus titulares y la presencia de dos canteranos promocionados a la primera escuadra, Davinson Estupiñán y Halan Loboa, quienes ingresaron ya avanzado  el período complementario, el DIM adoleció, además, de fútbol, de argumentos tácticos, de ideas y de combatividad.

Nada que ver con el onceno aguerrido que en las  fechas 14 y 15 derrotó a Santa Fe en, El Campín o al Once Caldas, en Atanasio Girardot, ni con ese batallador cuadro rojo que el domingo inmediatamente anterior se sobrepuso a la adversidad y a su inferioridad numérica y que, en abierto desafío al cronómetro, empató el clásico en los minutos finales del partido.

No. El Independiente Medellín que anoche enfrentó al Atlético Bucaramanga fue un equipo pusilánime, desordenado, incapaz, carente de cerebro, de corazón y de recursos. Un fútbol tan pobre que le robó

fuerza tanto al debut  de los canteranos Estupiñán y Loboa como  al  tan anhelado y esperado retorno del zaguero central Joaquín  Varela, quien con su ingreso al minuto 81  puso fin a una   ausencia de 9 meses,  por su severa lesión de ligamentos y el prolongado proceso de recuperación

Y fue, igualmente, un DIM que  agudizó  su déficit en definición y su problemática con las lesiones, que ante Bucaramanga se incrementó con los obligados relevos de Alexis Serna, al minuto 22, y de Marcus Vinicius, al 65. También dejó en evidencia, una vez más, el bajo rendimiento de algunos titulares, de los suplentes y de un buen número de los jugadores contratados para la presente temporada.

Pero al margen de suspensiones, lesiones, promoción de juveniles y deprimente nivel de algunos jugadores, llama la atención la fluctuación anímica, táctica y futbolística de Independiente Medellín. Unos altibajos incomprensibles en una escuadra con aspiraciones y con obligaciones, como las de buscar con vehemencia los puntos que le permitan la clasificación a cuadrangulares sin tanto sobresalto.

Basta tan solo con mirar el pésimo desempeño  en algunos compromisos del campeonato actual. Por ejemplo, los empates ante Equidad, Deportivo Cali y Águilas Doradas,  que contrastan con las victorias nítidas ante Millonarios y Santa Fe, ambas en El Campín,  y el fútbol inteligente, ordenado y batallador que también exhibió en sus triunfos ante Llaneros y Once Caldas lo mismo en los dos juegos con Atlético Nacional.

Ante Fortaleza, en Techo, era imperativo acometer a búsqueda de  los 3 puntos que aseguraran  el paso a cuadrangulares, sin embargo el fútbol rojo no solo desconcertó por su  tedioso juego lateralizado o  hacia atrás y la consecuente reducción a la mínima expresión de su volumen de ataque, sino que careció de estructura, de ideas, de motivaciones, de ambiciones y, lo peor, de actitud.  Su juego indolente y  el 0-0 con el que concluyó el partido  aplazaron la clasificación. 

Ayer, ante los leopardos, la obligación se hacía mayor, en virtud de las dificultades originadas por las ausencias de Francisco y Leyser Chaverra, Brayan León, Homer Martínez, Luis, “el chino” Sandoval, el polaco Fydriszewski y Yéferson Rodallega. Tal deber le quedó grande a  los veteranos y a los suplentes por igual. El único y solitario luchador fue el arquero Aguerre.

Infortunadamente, el equipo mixto no respondió, los goles siguieron extraviados y el espíritu batallador y combativo del DIM tampoco  se vio por parte alguna en el gramado del Américo Montanini. La derrota, 0-2, fue  reflejo  de lo poco que hizo el DIM por el resultado. Ni siquiera los  protuberantes yerros  arbitrales justifican la pésima presentación del Equipo del Pueblo en la Ciudad de los Parques.

Quedan muchos interrogantes y demasiadas inquietudes de cara a los tres partidos que restan por jugar en la fase clasificatoria, ante Tolima, Pereira y América. ¿Por qué esas  bruscas variaciones mentales, anímicas, tácticas y futbolísticas en el DIM?, ¿Por qué ese miedo de atacar y buscar el gol en todos los partidos?, ¿Cuál es la causa de tantas y tan reiteradas lesiones de los jugadores?, ¿Vinicius, otra vez lesionado? ¿A qué jugará el DIM  ante Tolima y Pereira?,

Mientras asimilamos  esta segunda derrota  lo mismo que este fútbol  rojo de inexplicables contrastes, quedamos expectantes frente al compromiso del próximo jueves ante el cuadro pijao. ¿Será el de clasificación o se prolongará más esta tortura? Lo que ya si tenemos claro es que anoche el DIM jugó un partido deplorable, que no respondió colectiva ni individualmente, que el único jugador con una buena calificación fue el arquero Washington Aguerre y que el DIM sigue sin clasificar. Esto último es lo que más preocupa.
[María Victoria Zapata B.] 

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