Capsulas de Carreño

Bueno mijitos, a camellar. Por Pablo Arbeláez Restrepo

Tres de los duros que se salvaron de la caída en Le Havre. Alberto Contador, Rigoberto Urán -pasa a ser el líder del Etixx- y Alejandro Valverde, quien se había ido al suelo horas antes. Foto cortesía Tinkoff-Saxo.

Tres de los duros que se salvaron de la caída en Le Havre. Alberto Contador, Rigoberto Urán -pasa a ser el líder del Etixx- y Alejandro Valverde, quien se había ido al suelo horas antes. Foto cortesía Tinkoff-Saxo.

Por Pablo Arbeláez Restrepo

Pablo Arbelaez

Tarde que temprano la carretera pondría a cada uno en un determinado sitio. El infortunio no pudo ser mayor para el equipo Etixx-Quick Step, que se erigía como el más sólido, sin embargo, el ciclismo en ocasiones suele tener picos tan altos y tan bajos, que en apenas horas el panorama cambia de tal forma y de manera tan inesperada como la abrupta despedida por accidente del líder Tony Martin.

Por este motivo y haciendo una alegoría con las palabras que suele emplear Rigoberto Urán en las redes sociales -no son dichas por él en esta oportunidad-, «bueno mijitos, llegó la hora de camellar». Y mucho más por parte de sus compañeros que este jueves tuvieron cara y sello con la inesperada victoria del checo Zdenek Stybar, 29 años, y el accidente de Martin.

La ida de Martin con la clavícula izquierda rota y el desempeño de Michal Kwiatowski, ponen el antioqueño ante el liderazgo de su formación a partir de este viernes, situación que se presentó antes de tiempo y la que se preveía fuera el martes próximo, una vez llegara la alta montaña. El urraeño es ahora sexto, a 36 segundos en la general que comanda Chris Froome (Team Sky), quien se pone por segunda vez la camiseta amarilla.

Un reto enorme se plantea para Rigo, quien al igual que sus compañeros esperaban con ansias la contrarreloj por equipos en la que figuraban como favoritos. Ahora el panorama es otro, pero la responsabilidad sigue siendo la misma. Con el abandono de Martin se va el pistón mayor.

Y dentro de las variadas vicisitudes que se viven en el Tour, está, igualmente la caída de Nairo Quintana, quien chocó en el múltiple accidente provocado por el golpe del líder Martin, en el que también se vieron involucrados Nibali, van Garderen y Froome. Quintana, que no es de aspavientos, quiso restarle importancia al raspón en su brazo derecho con una declaración tranquila: «tengo un golpe superficial y espero que no sea nada. Hay que esperar hasta mañana», advirtió el líder del Movistar, quien estaba inquieto por la caída que horas antes había sufrido Alejandro Valverde.

Colofón a una en apariencia «tranquila» sexta jornada, pero que a falta de 400 metros en una colina del puerto de Le Havre, recordó lo complicado que es el Tour, en el que la carretera se encarga de poner a los ciclistas en un determinado lugar.

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