- En Copa: lo que casi nunca se ve (Cápsulas)
- El indescifrable Nacional.
- Águilas 0 – Nacional 3, todo Verde
- Girona, líder. RESULTADOS Internacionales
- Hoy Copa: Cúcuta-DIM.. Millos Alianza
- Nacional sin futuro, Nacional sin esperanza.
- Fútbol en contravía (Cápsulas)
- Leonel Álvarez en Equipo F: «¿Cómo no voy a querer dirigir a Nacional?»
- Súper Copa Juvenil: Programación octavos de final-ida
- Para agregar, hoy Copa Colombia
Chile, rival de Colombia (Javier Castell López, El Heraldo)
- Actualizado: 11 noviembre, 2015
Por Javier Castell López,
El Heraldo
—————————————–
*Y a lo mejor se motiva en que “cuanto más gordo sea el enemigo, mejor para vencerle”.
——————————————–
Desde el arribo de Marcelo Bielsa al fútbol chileno, los jugadores de esta selección se convirtieron en unos obsesos por el ataque. El técnico argentino los convenció de que la manera de toparse con el equilibrio era atacando. Los persuadió positivamente de ser protagonista durante el trámite del juego, de no negociar ese estilo por la condición de visitante, por el prestigio del rival, por la importancia del evento. Les animó a que se adueñaran del balón, los adiestró para presionar con dinámica.
Clasificó al Mundial de Sudáfrica y dejó evidencias de su crecimiento. Sin embargo, no le alcanzó para equipararse en resultados a los más grandes. Quizá la razón está en donde generalmente está: la categoría de los jugadores. Pero también creo que esa inflexibilidad con la que se relaciona con la propuesta, no le permitió descubrir el valor de los matices. Siempre hacia adelante; siempre a máxima velocidad; siempre ese impulso incontenible para “hacer” el gol en todas las jugadas que iniciaba, pero provocaba una réplica del rival que lo dejaba en desventaja y pocos defensas para el auxilio inmediato.
La Chile, dirigida ahora por Jorge Sampaoli, conserva la idea madre de aquella de Bielsa; supera en dinámica a todas las otras de Sudamérica, impone el ritmo de juego, ataca con muchos, defiende con varios. También planifica la esperanza del éxito desde atacar más que el rival. De tomar las riendas del partido con la presión para recuperar el balón, la movilidad y el desmarque para ofender.
Pero Sampaoli, a diferencia de Bielsa, no es tan fundamentalista. Está convencido del estilo protagónico de su selección, pero sabe que existen fisuras. Es abierto a pequeñas remodelaciones. Esas que sirven para administrar imperfecciones propias o provocadas por los adversarios.
A ese rival, actual campeón de América, y en mi opinión el que mejor funcionamiento y rendimiento tiene hoy por hoy, se enfrentará Colombia. No creo que sea el mejor momento de Colombia para dirimir fuerzas con esta clase de rival. Apenas dos razones se me ocurren en este instante: tres pilares fundamentales. Ospina, Zapata y James son una incertidumbre por su inactividad y desde la Copa América el equipo juega discretamente. Pero tiene buenos jugadores y a lo mejor se motiva en que “cuanto más gordo sea el enemigo, mejor para vencerle”.