Capsulas de Carreño

Clásico a lo Pedro Sarmiento. Intenso

Nacional sigue en su senda ganadora, exhibiendo un juego más compacto, no tan individual como antes; con jugadores que han subido su nivel; se nota un ambiente más familiar y solidario, Foto @Dimayor.com.

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Por Jorge Iván Londoño Maya.
Columnistas Cápsulas.

 

El destino se especializa en depararnos momentos llenos de asombro y de sensibilidad. Y esta vez no fue inferior, porque el clásico 335 entre Nacional y Medellín, se celebró el día de las exequias de Pedro Sarmiento, reconocido personaje del fútbol que aportó a los dos equipos; en el verde como jugador y técnico, y en el rojo como técnico, y en ambos con el sello de campeón.

 

Por un tema de escritorio, el Atanasio albergó 43.700 hinchas verdes, pero seguramente también había hinchas rojos vestidos de civil;  esto hizo que el equipo se sintiera más local que nunca y por ende el Medellín mucho más huérfano; obviamente esta situación se trocará en el partido de vuelta.

 

Luego de la festiva y colorida bienvenida, Antioquia entera se puso de pie para otorgarle un minuto de silencio a Sarmiento

 

Comienza el partido con la conducción de Wilmar Roldán, quien no había desempacado la maleta de su viaje a Buenos Aires en donde pitó el partido de vuelta entre River y Mineiro por la Copa Libertadores. Tiene más millas que Indianápolis. A propósito, anoche Roldán le extendió el minuto de silencio al pito, porque dio un concierto de “dejar jugar” con todos los juguetes; los jugadores ya conocen su estilo, pero esta vez se demoraron para entrar en esa honda del “hágale pues”.

 

Nacional con más posesión del balón pero pausada, y Medellín con un avance más fluido, con menos toques. El primer disparo a puerta se produce al minuto 30 por parte de Marino que Chaux ataja en acción rastrera sin problema; esto nos muestra que el medio campo se convirtió en el “tocadero” preferido.

 

Al minuto 36, es Marino quien se encarga de cambiar el baile de bolero por el de salsa; deja en el camino a Fory, entra al área y hace un pase templadito para que Sarmiento de taconazo marque el golazo que su tocayo de apellido se merecía. Celebración en las barbas de la tribuna sur.

 

En una acción anterior al gol, es el chino Sandoval quien chuta desde la mitad de la cancha, lo que obliga a Ospina, que andaba salido, a ponerle rasgos verdes a su uniforme, el balón salió desviado. Termina el primer tiempo con un Medellín con tendencia a esperar y que acusa la falta de su hinchada, y un Nacional con tendencia al ataque y que tiene en exceso el aliento de su parcialidad.

 

No hubo descanso porque los gritos de ¡triqui, triqui, jalouin! nos obligaron a entregar dulces a las brujitas, al hombre araña, a la ranita, a pinocho y a la princesa.

 

En el segundo tiempo sigue el decorado verde en la tribuna, esta vez con una magnífica coreografía en las tribunas orientales, que permiten leer: “Orgullo Antioqueño”, pero en la cancha hay dos cambios, entra Joan Castro por Aguirre, quien acusó una molestia por un salto en un tiro de esquina, y cambia también el trámite del partido, porque es el Medellín el que se apropia del terreno y del balón. Un cabezazo a quemarropa de Perlaza pone a prueba los reflejos de Ospina quien manda el balón al tiro de esquina. Posteriormente son dos remates rojos consecutivos que Ospina nuevamente ataja en acciones rastreras, por lo que el estadio estalla en júbilo.

 

Fue un partido tan disputado que sin pensarlo llegó el minuto 88 en el que Guzmán, saliendo con solvencia desde atrás, manda un pase largo al “mono” Dairon Asprilla, por lo que prende motores y va dejando en el camino a los que lo tratan de marcar, entra al área y allí le comenten falta, lo que genera el penal, que cobra Ceppelini para marcar el segundo y celebrarlo, esta vez, en las barbas de la tribuna norte. Esta jugada da lugar a tarjetas amarillas para el técnico Restrepo y para Sandoval, por reclamos relacionados por la falta que ellos consideraron contra Moreno, y previa a la jugada del penal.

 

Se jugaron pues, los primeros 90 minutos de esta serie de 180. Legará el partido de vuelta, con un decorado diferente, porque el Atanasio será rojo y unos poquitos hinchas verdes vestidos de civil. Al término de ese partido se definirá cual pasa a la final de esta copa Colombia. La ventaja la tiene Nacional; pero nada está consumado.

 

Nacional sigue en su senda ganadora, exhibiendo un juego más compacto, no tan individual como antes; con jugadores que han subido su nivel; se nota un ambiente más familiar y solidario, en el que a todas luces el técnico y sus asistentes tienen mucha participación. Así las cosas, no perdemos la fe para el próximo partido contra los cardenales.

 

Un sabio dijo “Los únicos que te dicen la verdad se llaman tiempo y destino”.

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